
Es indispensable socializar los problemas, hacerlos parte de la conversación ciudadana. El que en pleno siglo XXI sigan habiendo en nuestras ciudades seres humanos viviendo en las calles es simplemente una realidad que no podemos aceptar
Si hay algo que a los dioses les produce indignación es que algún mortal se tome atribuciones, los castigos suelen ser ejemplificadores. El modelo ha sido tan exitoso que a los endiosados les viene de perillas para adoptar idéntica actitud, aquella de resentirse si alguien tiene a la osadía de hacerles sombra, no importa cuán tenue o sin mala intención.
La Región debe hacerse cargo de su desarrollo, con el compromiso de sus representantes en el nivel central para exigir las debidas y justas prioridades y materializar los frecuentemente aludidos factores potenciales.
En este impulso, nuestra región tiene mucho que aportar, siempre que las iniciativas emerjan desde sus autoridades, tenemos un paisaje variado y conmovedor, la posibilidad de capacitar un capital humano numeroso y conectividad perfectible.
Algo debe haber de inconveniente en los tiempos que corren cuando parece obsoleto o incluso retrógrado aludir a las buenas costumbres, de alguna manera parece reflejar una cierta ineptitud ser respetuoso y prudente, fuera del contexto de celeridad y olímpica indiferencia a las consecuencias inmediatas, se supone adivinadas y adecuadamente controladas por mentes preclaras inmunes al error.