Facultativos ven viable la idea, pero también realizan sus observaciones. Hay reparos en que no se terminen vendiendo entre donantes y exista confianza en el ente administrador.
Una vez más es una mujer quien se destaca atreviéndose a realizar una propuesta y, más valorable aún, en tiempos de contingencia.
Se trata de Jeannete Wolfersdorf, ex directora de la Bolsa de Santiago, quien propone el “Capitalismo equitativo” como idea para predistribuir la riqueza en Chile.
Preguntamos a economistas y académicos de las universidades locales cuál era su visión respecto de la iniciativa.
Es así como, Claudio Parés, director del Departamento de Economía de la Facea de la Universidad de Concepción, sostiene en primera instancia que “me parece bastante interesante su propuesta, sin embargo, depende de manera crucial de la buena voluntad de los involucrados”.
Luego, apunta a que “dada la forma en que están estructurados los patrimonios y las riquezas en Chile, entregar un porcentaje de la riqueza (en acciones) por una vez a un fondo, derivaría en que las sociedades terminarían vendiéndose entre sí o a otras nuevas, aumentando la cantidad de acciones o cualquier otro subterfugio en caso de que algún empresario quiera luego salirse del sistema”.
En resumen, dice Parés, “el sistema dejaría de ser voluntario y pasaría a transformarse en un impuesto. Y si es un impuesto, pierde legitimidad que, entiendo, es parte fundamental de la propuesta”.
En tanto, Luis Felipe Slier Muñoz, director de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, coincide con Parés en que “en palabras simples, consiste en una donación de dinero a una institución”.
Slier también refresca la memoria al decir que “esta inquietud data de 2010 aproximadamente y busca que grandes riquezas de un país determinado donen parte de sus fortunas y se generen fondos que sean administrados y entregados a quienes menos poseen en la sociedad”.
Ahora, pese a que el académico estima técnicamente viable esta iniciativa, tiene sus reparos en cuanto a que “lo que más importa es que tenga una viabilidad de conciencia y voluntad de aquellos que con grandes riquezas entreguen un porcentaje de sus acciones a precio cero a este fondo y que con ello se pueda apoyar a quienes menos tienen”.
Otro punto relevante para el analista es sobre “quiénes serán los que integren el gobierno corporativo encargado de definir el correcto uso de los recursos o cómo se manejará el aspecto tributario frente al retiro de utilidades”.
Requerido acerca de eventuales soluciones al escenario actual, Slier considera clave el rol de la educación.
Andrés Ulloa, académico de la Facea de la Ucsc, también considera que la idea es “técnicamente viable, aunque es necesario definir bien el ente que administraría este fondo y que sea absolutamente independiente de cualquier tendencia política de manera de evitar populismo”.
Aquí Ulloa se refiere específicamente al Banco Central de Chile, “siempre que este siga siendo independiente, ya que con los cambios constitucionales todo el sistema económico esta en duda”.