Editorial

Distanciamiento físico con cercanía social

Es imperioso que el distanciamiento físico no afecte el sentido de solidaridad y de cercanía como sociedad. Adoptar la distancia física sin perder la proximidad social.

Por: Editorial Diario Concepción 02 de Abril 2020
Fotografía: Agencia UNO

Distanciamiento social. Evitar el contacto cercano con otras personas es la práctica recomendada por especialistas sanitarios en todo el mundo como una forma segura de prevención de contagio y contención del coronavirus. Cuando las personas infectadas se mantienen alejadas de los demás, no pueden contagiar a nadie. Si menos personas se enferman al mismo tiempo, médicos y hospitales serán más capaces de seguir tratando a aquellas que lo necesiten. El distanciamiento social se ha convertido en un imperativo de sentido común: mientras el coronavirus se siga extendiendo, es mejor adoptar el enfoque de “más vale prevenir que curar”.

Sin embargo, algunos especialistas del área de la salud mental plantean que lo correcto es el “distanciamiento físico”, no social. El aislamiento social, sostienen, aumenta el riesgo de una variedad de problemas, como enfermedades cardíacas, depresión, demencia e incluso la muerte. Recientemente, la revista Science publicó un artículo sobre un metaanálisis de 2015 de la literatura científica realizado por Julianne Holt-Lunstad, psicóloga investigadora de la Universidad Brigham Young. El trabajo constató que el aislamiento social crónico aumenta el riesgo de mortalidad en un 29%. Una posible explicación es que los contactos sociales pueden amortiguar los efectos negativos del estrés.

Hay que destacar que el aislamiento físico, las cuarentenas y la reclusión de las familias en sus hogares puede agudizar los niveles de violencia. Violencia intrafamiliar, de género, abusos y maltratos. Sin el control de una red social de apoyo -familiares, amigos, vecinos y conocidos-, los episodios de violencia al interior de los hogares tienden aumentar. El llamado es siempre a estar atentos para cuidar de quienes puedan estar más expuestos a la violencia.

Es imperioso que el distanciamiento físico no afecte el sentido de solidaridad y de cercanía como sociedad. En diferentes latitudes, comunidades cantan de edificio a edificio, juegan bingo, se apoyan con alimentos y necesidades diarias, usan WhatsApp para mantener la educación de los hijos en espacios virtuales. Los medios digitales disponibles nos entregan la posibilidad de adoptar la distancia física sin perder la proximidad social. Eso también es una estrategia fundamental de autocuidado. Cuidémonos entre todos.

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