Los números entregan un panorama de cómo se ha manejado el brote de coronavirus en diferentes países. Los que fueron indecisos al principio, hoy pagan el precio.
En el análisis diario del brote de coronavirus, se hace énfasis en dos cifras: el número de personas infectadas y la cantidad de fallecidos. Sin recibir demasiada atención, el número de pacientes que se han recuperado es igualmente sorprendente y va en aumento.
Estas mediciones están en los informes diarios entregados por el Ministerio de Salud y ahí se detalla el número de casos confirmados, la cantidad de infectados de un día a otro, los fallecidos y la cifra de personas que ya fueron dadas de alta.
Hasta ayer en la tarde, el país contaba con más de 1.600 casos de contagios por COVID-19 y cinco personas muertas por la enfermedad. Del total de contagiados, ya había 43 casos que pasaron por la etapa más crítica de la enfermedad, estaban recuperados y dados de alta.
Japón tenía números similares a Chile del jueves: de casos confirmados con el COVID-19 sumaba 1.387, pero el número de muertos llegó a 47, casi 6 veces más, mientras que los dados de alta sumaban 359. A su vez, la tasa de recuperación en China se ubica en 82,7 por ciento. En Irán, el porcentaje de recuperados representa casi el 33 por ciento del total de casos confirmados. En Italia, el porcentaje de recuperación es de solo 9,43 por ciento.
Estos números entregan panorama de cómo se ha manejado el brote de coronavirus en diferentes países. China tiene el mayor número de casos (cerca de 90 mil), pero también tiene un porcentaje alto de recuperación. China y demás países asiáticos fueron muy activos en aplicar las medidas necesarias para contener la pandemia. Los que tardaron más, como Italia, Estados Unidos, España, Alemania, Francia y Reino Unido, están entre los más afectados.
Según los especialistas, los países de Latinoamérica se encuentran en una fase intermedia del brote. La curva de contagio no está en su punto más alto. Quizás por eso existan opiniones dispares respecto a las medidas implementadas, por ejemplo, en Chile. Para algunos, hay exceso, puesto que el brote no se traducirá en la tragedia anunciada, afirman.
Tal vez, todas las medidas buscan evitar una catástrofe sanitaria. Los países antes indecisos, hoy pagan el precio. No hay que olvidar otra cifra más: El brote registra una tasa de mortalidad de 3,84 por ciento en todo el planeta. Y nadie quiere estar en esa estadística.