El también decano de la UBB habló de la importancia para la economía regional de mejorar la relación de mutua colaboración entre la empresa y la academia en la zona.
Benito Umaña Hermosilla, es decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío Bío y además posee el cargo de presidente del Círculo de Capital Social de la Región del Bío Bío.
El organismo está compuesto por Irade, más la Universidad del Bío Bío; de Concepción, Católica de la Santísima Concepción, del Desarrollo, Andrés Bello, San Sebastián, Santo Tomás y Santa María.
“El principal objetivo es la construcción de confianzas entre los distintos actores que dan forma al desarrollo económico social de la región”, afirmó el presidente de la organización quien en entrevista con Diario Concepción dio a conocer mayores detalles respecto de la importancia que reviste lograr mejorar los actuales lazos de trabajo entre la academia y el mundo empresarial de la zona.
– ¿Cuándo se realizó el convenio de asociación entre las universidades de la Región del Bío Bío?
– El acuerdo se firmó en julio del año 2016 y tuvo como principal objetivo profundizar en la formalización del trabajo conjunto de las instituciones de educación superior e Irade, en los del desarrollo de la región del Bío Bío, en el marco de la temática de capital social. Lo anterior, fue gestado por el Círculo de Capital Social (CCS).
No obstante lo anterior, el CCS tiene una mayor data, se gestó a partir del año 2010 al alero de Irade y desde ese año ha estado realizando un trabajo continuo con el objetivo de fortalecer el capital social en la región.
– ¿Qué universidades conforman la asociación?
– Irade, más la Universidad del Bío Bío; de Concepción, Católica de la Santísima Concepción, del Desarrollo, Andrés Bello, San Sebastián, Santo Tomás y Santa María.
– ¿Cuál es el objetivo del convenio?
– El Círculo de Capital Social está compuesto por los representantes de ocho universidades locales y su objetivo es abordar diferentes aspectos del acontecer regional y proponer acciones tendientes a impulsar el desarrollo económico y social de la región, sugerencias que podrían servir a las autoridades gubernamentales, empresarios, académicos y comunidad en general como un guía de trabajo.
Adicionalmente, realiza jornadas de trabajo con los representantes de las distintas universidades que lo integran, cuyo fin fue la generación de una mayor vinculación y una mayor disposición a la construcción de confianzas entre los actores, para abordar tema de interés regional y tendientes a incrementar el acervo de capital social en la región.
Respecto del acuerdo, el principal objetivo es contribuir a la construcción de confianzas entre los distintos actores que dan forma al desarrollo económico social de la región, reconocen y adhieren al compromiso de contribuir a la competitividad regional mediante la promoción del trabajo colaborativo entre la academia, la empresa y el estado.
– ¿Qué características tiene hoy día el desarrollo de capital social en Bío Bío?
– En mi opinión, en capital social se encuentra actualmente en desarrollo, sin lugar a dudas hay avances significativos, pero falta mucho que avanzar.
Se requiere instalar esta temática como un elemento de vital importancia en el quehacer regional. Fortalecer la colaboración entre, sector público, privado y comunidad. Avanzar aún más en la colaboración entre las universidades y entre estas y los sectores público y privado, deben ser ejes fundamentales.
– ¿Cómo es actualmente la relación entre las empresas y la academia en la Región?
– Actualmente, existe relación, y esta es mayor en algunos sectores, sin embargo, esta relación se debe fortalecer y afianzar, existen un gran potencial para ello.
– ¿Cuántas empresas existen en la Región y cuántas se relacionan actualmente con la academia?
– En la Región existen 108.780 empresas (según datos SII, año 2016). No tenemos información detallada de la relación con las instituciones de educación. Precisamente es ese una de las razones por las que creemos que es importante trabajar por tener mayor información en relación a la cantidad y calidad de las redes de colaboración.
En este marco la CCS presentó recientemente a Corfo, través de la Universidad del Bío Bío, un proyecto que busca precisamente fortalecer el trabajo en esta línea, el nombre del proyecto es “Desarrollo de Capital Social para la Competitividad e Innovación del Sector Turismo de la Región del Bío Bío”. Y también se trabaja para que prontamente el CCS pueda presentar, a través de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, un proyecto de Misión Tecnológica.
– ¿Qué beneficios tienen para la economía regional mejorar los vínculos entre las universidades y las empresas?
– El beneficio para la economía regional fue identificado en el marco del la estrategia regional 2015-2030. Es así como quedó plasmado en el Lineamiento estratégico III: “Liderar la construcción de capital humano y social, a través de la generación y atracción de talentos, aumentando la calidad en todos los niveles educativos y la calificación laboral; respetando y protegiendo el patrimonio cultural, las distintas identidades y el multiculturalismo.
Y en el objetivo estratégico de fortalecer la formación de capital humano con pertinencia territorial, el desarrollo de las personas, el capital social, el patrimonio cultural y artístico; para el ejercicio de la ciudadanía y el crecimiento económico inclusivo y sustentable.
– ¿Qué experiencias se han desarrollado hasta ahora que pueden destacarse?
– El CCS en sus inicios participó activamente en el Erede, mantiene un trabajo permanente para fortalecer la asociatividad entre las instituciones que la conforman, realiza foros en torno a la temática del capital social.
– ¿Qué estudios o cifras avalan los beneficios del trabajo conjunto entre la academia y la empresa?
– Faltan estudios sobre la materia, aplicados a la región del Bío Bío, es uno de los desafíos del CCS.
– ¿Cuál es el potencial de Bío Bío para proyectar el trabajo entre la empresa y las universidades?
– Enorme potencial, es una oportunidad para la Región del Bío Bío, está reconocido como uno de los pilares fundamentales en la estrategia regional.