Acaba de dar la Paes, ha practicado muchos deportes y desde hace un tiempo decidió concentrarse en el vóleibol. Fue la destacada del colegio Almondale de San Pedro de la Paz en la premiación escolar y ahora busca una universidad donde seguir frente a la red.
Leticia Bello está en todas. Le encanta el deporte y se apasiona al hablar del juego, de sus sueños ahora que debe entrar a la universidad. Tiene 18 años, acaba de egresar del Almondale de San Pedro de la Paz y fue la deportista destacada de su colegio en la ceremonia de premiación de Adicpa en el auditorio de la UDD. Sonríe y sabe que va por buen camino. El deporte siempre lo es.
“Practico esta disciplina desde Quinto Básico a nivel de colegio y como en Séptimo ya me metí a un club, a la UdeC, y después me cambié a mi actual equipo que es Club Vóleibol Bío Bío. Antes jugué ajedrez, hice gimnasia artística, rítmica, básquetbol, atletismo, fútbol (fue destacada arquera)… En general intenté con hartos deportes desde chica y siempre los disfruté harto, pero en un momento sentí que encontré lo que más me gustaba y me concentré en eso”, asegura mientras comparte con los premiados.
¿Y qué terminó empujándola definitivamente al vóleibol? Leticia señaló que “una siempre se engancha en un deporte por las compañeras o por la motivación que te da algún profesor. En mi caso, tuve al profe Edgardo, que trabajaba en el IHC (su anterior colegio), y me gustaba cómo hacía sus clases, me entretenía mucho. Esta disciplina es muy mental, aunque muchas personas no lo ven así, y es un juego muy colectivo, donde no sirve lo que hace una sola sino lo que logras como equipo. Comunicarse bien, tener todas la misma mentalidad. Puedes ir muchos puntos abajo, pero necesariamente debemos levantarnos entre todas”.
Pasó de mover alfiles y torres a ponerse los guantes en el arco y también practicó con cintas de gimnasia. Al ir creciendo y tomando elecciones, advirtió que “me agrada también el deporte individual porque en mis 6 años de ajedrez andaba más sola, en mi onda, y me gustaba bastante, pero en el vóleibol aprendí de las amistades y que no solo se trata de ganar sino de la experiencia con otras personas. Eso me terminó atrapando”.
Sobre sus características y ubicación en la cancha, señaló que “juego hace un tiempo de opuesta, pero ahora me están poniendo más de central. La opuesta ataca y defiende, en uno y en dos. Antes me ponían como punta, pero siento que no tenía la mejor defensa y ahí es fundamental. De central, que es donde estoy probando, es bloqueo y ataque y de a poco me estoy enamorando de esa posición”.
Deja el colegio y apunta que “acá nos dirige la miss Ángela, que llegó este año, y las titulares éramos casi todas de Cuarto Medio.
Entrenamos una vez a la semana y nos ha ido bien, tenemos muy buena química y estamos tratando de motivar a las chicas que vienen después, que tomarán el relevo ahora que nos vamos. Una ya está pensando en la universidad y he mirado solo las que tienen más vóleibol. No puedo evitarlo. He mirado la UdeC y la Unab o la San Sebastián. En mi club ya hay compañeras jugando ahí y yo quiero jugar hasta que sea vieja, hasta que no me den los huesos. Esto sigue para largo”.
Y también se prepara fuerte porque será más duro. “A ese nivel se entrena más, pero ya tengo una rutina para compatibilizar bien las prácticas y el estudio. Si se pone más pesada la pista, de alguna forma lo arreglaremos porque así debe ser cuando algo a una la apasiona”, afirmó entusiasmada.