“Siento que el riesgo que implica el hacer una película es tan grande, que de verdad hay que hacerlo lo mejor posible”
Es uno de los referentes indiscutidos al momento de hablar del cine nacional contemporáneo. Si bien no posee una extensa filmografía -ocho largometrajes y dos series documentales- cada uno de sus trabajos son una especie de sinfonía, donde cada pieza está puesta de forma bien pensada y nada es al azar.
El incombustible y destacado cineasta Silvio Caiozzi fue el invitado de honor de Tecné, encuentro de tecnologías que revolucionan los contenidos, organizado por la sede Concepción. Instancia en que se reunió con jóvenes y futuros realizadores, con quienes compartió sus experiencias en la industria fílmica.
“A mí siempre me ha gustado el diálogo con los alumnos, siempre lo he hecho y me encanta, aunque curiosamente nunca he sido profesor. Me lo han ofrecido, pero pasa que estoy tan metido en distintas cosas, que el tiempo y dedicación que ha basado toda su obra literaria en personas y situaciones de allá, de fin de mundo”, señaló Caiozzi.
Respecto a cómo desarrolló la idea y la forma en que se narra la historia, el realizador detalló que “al leer su obra me aluciné con todo este mundo y sus personajes, pero no encontré una línea central que sintiera que fuera suficiente para una película. Entonces los dos juntos fuimos a Coyhaique a conocer esa zona de su infancia y adolescencia, y al volver se me ocurrió sugerirle qué pasaba si todas esas historias y maravillosos personajes, los pegamos a un escritor que vuelve a su lugar de origen después de 50 años que se fue de ahí”.
Al respecto, agregó que “como espectadores se podrán ver dos narrativas simultáneas. Una es la del presente, la del reencuentro con sus conocidos.
Pero, al mismo tiempo, se va viendo lo que pasa con él como escritor, o sea, cómo basado en sus recuerdos, va creando una obra literaria, es decir, lo que vemos no son flashback sino sus recuerdos transformados en algo imaginativo, fantasioso y maravilloso. Y todo esto lo va transformando a él. Se va sacando todas las caretas que se ha puesto a lo largo de toda su vida. Es un tremendo desafío y una tremenda película. Muy entretenida y llena de interesantes personajes”.
Llama la atención que entre este nuevo largometraje y su anterior -“Cachimba”- han transcurrido casi 13 años. Esto según el cineasta “es algo que me ha pasado siempre, porque primero me tengo que enamorar profundamente de algo, y hay veces en que pasan varios años que no me enamoro de nada, y cuando pasa me pongo a trabajar sistemáticamente, y ese trabajo lo hago con mucha paciencia para hacerlo de la mejor manera posible. En resumen, dejo que la cosa fluya y de repente aparece una idea que me vuelve loco y me adentro en ella, pero mientras no suceda no hago nada”.
Precisamente, el guión de “Y de pronto el amanecer” se demoró varios años en estar terminado y convencer al director, teniendo “todo lo que tiene que tener un guión importante, que es entretención por una parte, y por otro contenido, poesía y aventura. Este nuevo film lo tiene todo”, acotó Caiozzi.
A lo que añadió que “me demoro porque siento que el riesgo que implica el hacer una película es tan grande, que de verdad hay que hacerlo lo mejor posible. Por eso yo insisto e insisto en la sala de montaje, voy quedándome contento con lo mejor de lo mejor”.
Es cosa de tiempo
Dentro de esta larga pausa, han pasado múltiples cosas en la industria del cine nacional, tanto en la producción de nuevos trabajos audiovisuales como en su consolidación.
Sobre esto, el director manifestó que “hoy se produce mucho gracias a la ley de cine y los fondos disponibles, además la tecnología ha evolucionado enormemente a favor de la industria, no hay nada que envidiarle a un país desarrollado en cine. Tenemos en Chile todos los equipos necesarios para hacer lo mejor. Y el cine chileno actual es bastante heterogéneo”.
En ese sentido, comentó además que “los cineastas jóvenes están haciendo cada uno cosas distintas. Creo que es una etapa de desarrollo , ya llegará un momento en que se encuentre un lenguaje común, como lograron brasileños y argentinos. Uno se da cuenta cuando una película es argentina, a las chilenas les falta eso, es un tema de madurez, de tiempo nada más. Está bien que todo el mundo haga lo que quiere hacer, y después esperemos que se desarrolle el sello del cine chileno”.
Quizás la carencia de este sello ha contribuido a que las películas chilenas sean más reconocidas en extranjero, algo que para el cineasta “no es algo nuevo, Chile se ha caracterizado por este tipo de cosas. No se pone la camiseta por lo propio, es algo bien curioso, que por ejemplo, no es así en Argentina. Falta eso, pero creo que igual se irá dando, también es cosa de esperar”.
Aunque no realizó ninguna película del 2004 hasta ahora, Caiozzi trabajó entre el 2007 y 2008 en la serie documental “Descorchando Chile”, la que fue estrenada por Canal 13 el 2010. Período en que recién comenzaba a gestar las ideas de su nueva película y que no avanzaban mucho.
“Eso pasó cuando estaba recién pensando en el guión de ‘Y de pronto el amanecer’, y hubo un momento en que no sabíamos como seguirlo, estábamos en un impasse, entonces de ahí pasaron dos años en que me alejé de la película y me metí en la serie de los vinos. Fueron 12 capítulos en un tema que de a poco me empezó a gustar mucho, me dieron muchas ganas -junto al inglés Olly Smith- de empezar a recorrer el país y de conocerlo a través de sus vinos. Esa fórmula me pareció muy interesante”, precisó.
Agregando que “sobre todo me gustó mucho la técnica de hacer el vino, ya que ciertamente es curioso que el hacerlo es muy parecido al proceso de realizar películas, hay muchas cosas en común. Y lo que más tienen en común es la pasión. Conocí muchas viñas, muchos enólogos y propietarios de viñas y son tremendamente apasionados. No es gente que necesariamente esté pensando en la plata, en primer lugar su pasión y después si les va bien económicamente ideal”.
Sobre los planes que tiene para el resto del año y más adelante, el reconocido director de “Coronación” recalcó que “en estos momentos estoy enfocado al cien por ciento en ‘Y de pronto el amanecer’. Tengo para uno o dos años más de viajes y presentaciones en festivales. Puede que en el camino me vuelva a enamorar de otra idea, no lo sé hasta que pase”.