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Pacientes secuelados de coronavirus piden a “porfiados” cuidarse

Sólo en 2020 más de 1.500 personas de la Región requirieron camas UCI. Casi 400 enfermos se han recuperado en las salas weaning del Hospital Regional.

Por: Ximena Valenzuela 19 de Abril 2021
Fotografía: Cedida

Más de 3,5 veces a capacidad máxima se podría llenar el estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción con las 108.758 personas del Biobío que se han contagiado de coronavirus, de las que cerca del 5% ha requerido cama UCI y 1.783 no lograron sobrevivir.

El año pasado 1.391 personas de la Región requirieron cama UCI, a estas según explicó el coordinador de Redes Asistenciales, Carlos Vera, se debe sumar 251 pacientes que, hasta el 15 de abril de este año, fueron trasladados a otras regiones.

Aún no tienen las cifras de este año, el detalle hasta 2020 indica que 1.642 personas de la Región estuvieron en UCI y 1.050 conectados a ventilación mecánica y “de todas estas personas se nos ha muerto en la Región 256 y fuera de la Región 45”, dijo Vera.

Aprender a hablar, comer e, incluso, caminar son sólo parte de las consecuencias que contagiados de coronavirus deben enfrentar después de estar conectados a ventilación mecánica o ser sometidos a traqueotomía para salvar sus vidas. Por ello y buscando evitar que otros los sufran, pacientes secuelados de coronavirus, que aún dan la batalla para recuperarse, dieron su testimonio y llamaron a los porfiados a cuidarse y quedarse en casa.

Hace tres meses Carlos Salazar, 73 años, fue internado en el Hospital Regional, pasó por la UCI y tras ser extubado fue derivado a la sala weaning de recuperación, aún no sabe cómo se contagió, pues según dice, fue siempre cuidadoso.

Está agradecido del personal que lo atiende, contó que la fonoaudióloga, Ignacia Oliva, incluso, le canta, pero su vista se nubla cuando piensa en quienes se siguen exponiendo. “He visto a algunos que no respetan nada y no les pasa nada (…) y si llegaran a estar como estoy yo. No se lo deseo ni a mi peor enemigo (…) No saben el dolor, aunque uno trata de mejorar y no mejora”.

En la misma unidad weaning se encuentra la coronelina, Jacqueline Vergara, quien tampoco sabe cómo se contagió, pues en su casa, según dijo, todos se cuidaban.

“Estoy desde el 13 de febrero acá y estuve muy complicada”, relató con evidente dificultad y comentó que ahora, gracias a las atenciones recibidas, se siente mejor, ahora mantiene contacto con su familia por videollamadas, aunque reconoció que igual extraña la cercanía con su hija y nietas.

“Hay que cuidarse harto, mucho; los jóvenes no entienden que no pueden salir” recalcó.

La tristeza queda

Rafael Santander, venezolano de 50 años, se contagió en la pensión en que vive en Chiguayante con algunos de sus compatriotas y chilenos.

El abogado, que no llegó a estado crítico, pero aún permanece con terapia respiratoria por merma de capacidad, contó con tristeza que producto del virus perdió a su padre el 15 de diciembre.

A pesar de que todavía le cuesta hablar, producto de intubación, llamó a los chilenos a cuidarse y saber que por “un carrete, un ratico, pones en riesgo y peligro la vida tuya, la de los tuyos y no es justo (…) la vida se va, pero la tristeza queda como la mía por la partida de mi papá. Tienen que quitarse el concepto de que no es real”.

Agradeció el apoyo recibido en el hospital y dijo que el personal de la unidad weaning “tienen convicción, fuerza y energía, las que tienen para dársela a uno que está aquí acostado, que está aquí mal, toda esa energía es la que nos va a sacar adelante”.

Como Carlos, Rafael y Jacqueline, 196 personas estuvieron en las unidad weaning instaladas en las salas 31 y 32 del centro hospitalario. “Entre enero y marzo de 2021 van 180 y a eso hay que sumarle la apertura de la Sala 37, la tercera en la modalidad weaning desde el 22 de marzo, que ha recibido y tratado a otros 10 enfermos post cuadros de Covid graves”, detalló el director del Hospital Regional, Alejandro Torche,

El médico broncopulmonar y subdirector médico del Hospital Regional de Concepción, Miguel Aguayo, explicó que los pacientes después de tener una neumonía por Covid y haber estado conectado, intubado y sedado por muchos días, las personas necesitan rehabilitación y reintegración.

“Muchas funciones que para nosotros son básicas como pararse, comer, ir al baño y sentarse son hábitos que se pierden por el largo reposo y la inactividad, por ende, se generan problemas motores”, aseveró y agregó que, a este tipo de pacientes, se les conocen como, críticos crónicos.

La unidad que se encarga de la rehabilitación de contagiados por coronavirus, ubicada en el monoblock del regional, cuenta con 20 camas con equipos integrales conformados por kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, enfermeras, tens y médicos de diversas especialidades como fisiatras, por nombrar algunos. Se esfuerzan en cada turno en reeducar a los pacientes que han debido someterse a complicados procedimientos para recuperarlos.

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