Aprender a observar los acontecimientos con el criterio de la ciencia, que se basa en evidencias, en la verificación de la información disponible, una forma de pensamiento que sale al paso de las mentiras, las medias verdades, y las propuestas populistas sin fundamento.
Con la tecnología desaparecen puestos de trabajo, pero, al mismo tiempo, se abren nuevas oportunidades laborales, aunque con otros estándares, un desafío que no se ha aquilatado suficientemente; la calidad y competencias de nuestro capital humano.
Todos los proyectos tienen que pasar por el implacable escrutinio del impacto ambiental, no solo el inmediato, sino el eventual, con el paso del tiempo y la evolución de los cambios futuros a nivel planetario y en particular, para el territorio nacional.
A pesar de todo el usual coro de discursos de inspirada retórica y la propuesta urgente de la juventud ambientalista, recibida con aplausos, no hay una respuesta contundente de cambios en las políticas de protección ambiental.