Al evaluar las reacciones al último debate mundial sobre crisis climática y la responsabilidad de las acciones del hombre sobre el ambiente, es posible observar reacciones de incredulidad o sarcasmo, sobre el discurso de la señorita Thunberg, algunos líderes mundiales no sólo han cuestionado el fondo de sus declaraciones, sino que han sugerido que no es otra cosa que la cara visible de otros actores, que la utilizan para sus propios y, por supuesto, interesados fines.
Sin embargo, a pesar de esas opiniones desde tribunas potentes, el grueso de la población se está paulatinamente haciendo cargo, tomando parte, con convencimiento variable, en las dinámicas para disminuir el impacto negativo de la humanidad sobre el planeta. La información para actuar de modo diferente a como lo hemos venido haciendo no es sólo aquella de los ambientalistas aficionados, los últimos datos de la organización Global Footprint Network, indican que el lunes 29 de julio de 2019 se agotó la capacidad de recursos de todo el planeta para este año, una semana antes que en 2018. Esto significa que de aquí al 31 de diciembre de 2019, los seres humanos estamos sobrexplotando los recursos que nos da el planeta Tierra, es decir, la humanidad necesita 1,75 planetas Tierra al año para vivir.
El agotamiento de los recursos es uno de los problemas que más preocupa a la sociedad, como se evidenció en la primera Cumbre de la Tierra organizada por Naciones Unidas en Río en 1992, oportunidad en la cual se explicó que el consumo de algunos recursos clave superaba en un 25% las posibilidades de recuperación de la Tierra. Cinco años después, en el Foro de Río + 5, se alertó sobre la aceleración del proceso, de forma tal que el consumo a escala planetaria superaba ya en un 33% a las posibilidades de recuperación.
Nuestro planeta es el espacio donde se desarrolla la vida, en este momento, con todos los seres vivos y sus componentes naturales, un entorno que está siendo modificado cada día por actividades del hombre, es ese hogar conocido como Medio Ambiente. En términos simples, cuidar ese entorno es generar conciencia sobre la importancia de preservar la riqueza natural, la posibilidad de emplear un tiempo grato, respirando aire limpio, en contacto con la naturaleza, la tierra, la fauna y la flora, particularmente con sus futuros herederos, los niños y niñas del Chile de mañana.
En la reciente Segunda Encuesta de Percepción Social sobre Ciencia y Tecnología en Chile, se identifica como ámbitos relevantes los asuntos ambientales, los cuales ocupan las primeras posiciones en la tabla de problemas a resolver. Los encabeza la búsqueda de fuentes de energía renovable con un poco más del 25% de opiniones, seguida por la búsqueda de soluciones para la contaminación con metales de sectores residenciales, la escasez de agua y los efectos de la contaminación del aire.
En una proporción un tanto inesperada, el sondeo reveló que un 74% de los encuestados cree que “hay que cuidar el medio ambiente, aunque eso signifique frenar el desarrollo económico del país” del mismo modo, un 84% considera que el cuidado del medio ambiente es un problema inmediato y urgente mientras que sólo el 14% lo considera como un problema para pensar en el futuro.
Es, posiblemente, sólo una encuesta, pero deja abierta la posibilidad de transformar las declaraciones en acción, todos debemos hacer nuestra parte.