Política

Cinco miradas a 30 años del NO y el retorno de la democracia

El temor y desconfianza por las acciones que podría emprender en la dictadura en caso de una derrota, fue clave para que la oposición se ordenase en torno a la causa. Las críticas al proceso posterior, también son parte del análisis.

Por: Ángel Rogel 30 de Septiembre 2018
Fotografía: Gentileza Revista Nos

Las calles del Gran Concepción, la noche del 5 de octubre de 1988, no fue escenario de caravanas de vehículos y bocinazos. Mucho menos hubo grupos de personas gritando “ya cayó” o destapando botellas de champaña en la Plaza de la Independencia.

Horas antes, tras una larga jornada marcada por la incertidumbre, en particular por lo que podía ser la actuación de la dictadura y los miembros de la Junta Militar, el comandante en jefe de las Fuerza Aérea, Fernando Matthei, reconocía el triunfo de la opción NO y sus adherentes celebraron con euforia, sí, pero al interior de sus viviendas o en los puntos de reunión acordados.

Por cierto, hubo quienes se animaron a salir, pero el número fue inferior al que se había pronunciado en las urnas para decir NO a la continuidad de Augusto Pinochet.

El próximo viernes se cumplirán 30 años del triunfo del NO, del fin de la dictadura y el inicio de la democracia, y algunos de los políticos que participaron de la campaña recuerdan esos momentos y, aunque con matices, coinciden en dos hechos: la mística de aquellos años jamás se volvió a repetir en campaña alguna y el triunfo fue fruto de “todos” quienes deseaban vivir en un país libre.

El camino de “un lápiz y un papel” fue la mejor opción, coincidieron.

Los apoderados

En 1988 Humberto Toro tenía tres cargos políticos. Era presidente del Comando Regional de Trabajadores de la Octava Región, bajo el cual fue encargado de convocar a las grandes marchas contra la dictadura; era presidente nacional del Movimiento Sindical Unitario; y secretario general del Mapu.

Recordó lo complejo del proceso, considerando las dos visiones que existían en la oposición, una política y “una más frontal”. No obstante, una vez tomada la decisión, lo difícil fue convencer a la ciudadanía que se movilizara.

“Debíamos lograr tener apoderados en cada una de las mesas; la sensación, para la gente, de que iba a ver defensores de su voto en cada mesa. Eso nos daba garantías de que la personas se iban a levantar e irían a votar sin temor”, comentó. En ese sentido, dijo, fue clave la unidad de los partidos opositores al régimen.

Uno de los partidos que más colaboró en ese tema fue el Humanista (PH). La presidenta regional del PH, Loreto Muñoz, recordó que “en ese tiempo, junto con la DC, éramos uno de los pocos partidos que estaban legalizados, por eso, muchos humanistas fueron apoderados”.

“Había mucha mística. Todos trabajamos mucho. Teníamos un norte común, recuperar la democracia. Yo era presidente del PH y, en ese sentido, me tocó firmar muchos poderes para que las personas fueran apoderados de mesa. Había mucho temor, porque no sabíamos qué podía pasar al día siguiente, pero pese a eso, hubo participación, aunque no fue fácil”, agregó Muñoz.

Bernardo Daroch era militante del Mapu y recuerda que junto a Pedro Rocha (PRSD) estaba a cargo de temas administrativos, mientras que José Miguel Ortiz (DC) y Juan Martínez (PS), oficiaban de voceros.

“Nos preparamos para resguardar el proceso. Tuvimos barriales para preparar a las personas y para que defendieran los votos del NO en las mesas. Y el mismo día hubo instancias de formalidad y, otros, de clandestinidad. Para conocer el proceso nos concentramos en el hotel Alonso de Ercilla, pero también habían equipos que estaban funcionando en casas y departamentos”, relató.

Pedro Cisterna había sido dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) y, en octubre de 1988, era parte de la coordinación juvenil del Comité de Elecciones Libres y militaba en la DC.

“Había un sector, la Alianza Democrática, que estaba por las elecciones libres, como máxima discusión y desde esa lógica, participar del plebiscito era opción para terminar con la dictadura. Había otro sector que veía con mucha desconfianza este tema y por un tema ideológico estaba por una salida más radical. Ahora, por las características de este país, y el grado de organización, se fue convergiendo en forma progresiva hacia la primera propuesta”, sostuvo.

Cisterna fue parte de quienes estuvieron a cargo de la recolectar la información de los votos. “Se montó un sistema por fax, que era lo más rápido que teníamos en ese minuto. Esa información la íbamos traspasando a una mesa central en Santiago, para ir contrastando con la información que entregaba la dictadura. Bueno, me tocó esa parte por mi formación ingenieril”, recordó.

El actual diputado, José Miguel Ortiz (DC), quien era presidente provincial del partido y asumió la coordinación de la campaña, junto al socialista Juan Martínez. Nos dedicamos “full time”. No obstante, el diputado es categórico: “no me gusta cuando se dice que algunos estuvieron y otros no. No, mentira. Todos nos jugamos y soy testigo de ello”.

Dijo que existía una casa, en el sector Chillancito, donde operó un “aparato de comunicación” que sirvió para que la oposición se conectara y tuviera información de primera mano. “Lo supimos cinco personas, pues había que ser muy cuidadosos. Los servicios de seguridad llegaron a mi casa y a la de otros dirigentes como Juan Martínez, pero no encontraron los equipos”, relató.

Los dirigentes opositores acordaron esperar juntos la entrega de los cómputos. “Lo primero que nos llamó la atención era el retraso de la información, porque cuando el gobierno había entregado el primer computo, nosotros ya teníamos tres en nuestro propio canal de información”, contó Toro.

Celebración en casa

“Lo primero que hicimos, a través de los canales que teníamos, fue hacer el llamado a celebrar el triunfo en nuestras respectivas casas, evitar salir, porque si bien (Fernando) Matthei había reconocido el triunfo, no había pasado lo mismo con el gobierno. Pensábamos que cualquier provocación, podía terminar en algún enfrentamiento y un eventual argumento para desconocer el triunfo”, dijo Toro.

Loreto Muñoz comentó que hubo manifestaciones en las calles, aunque pequeñas. Un día después fue la gran marcha del triunfo. “El temor existía. Al día siguiente la alegría se desbordó. Volver a la democracia, después de una dictadura tan cruenta como la que tuvimos no era menor”, rememoró.

Cisterna agregó que había desconfianza respecto al actuar de la dictadura. “Más que racional, creo que fue una celebración mesurada por la emoción. Había control porque existía miedo, más que por una instrucción política”, opinó.

Treinta años después

A treinta años de lo ocurrido, por cierto, cada uno hace su propia reflexión respecto de lo que ha acontecido desde entonces.

“He llegado a una conclusión personal. El espíritu que te motiva a hacer algo, es sumamente importante, porque es lo que genera posteriormente una conducta. Cuando se dice que luchamos contra la dictadura, yo digo que lo que me motivó, y por tanto marcó los elementos valóricos posteriores y mi conducta, fue luchar por recuperar la democracia, que es muy distinto. Tengo la sensación que quienes lucharon contra la dictadura se quedaron en eso (…). Lo importante era tener libertad para uno y los demás. Yo estuve preso, relegado, desaparecido. La dictadura quiso imponer la odiosidad, en contra de chilenos que eran menos chilenos por pensar distintos. Por eso digo, que no solo luchamos política y electoralmente. También la derrotamos cultural y moralmente. Hoy no tengo odiosidad, pero sí se necesita verdad y justicia, eso es distinto”, dijo Toro.

“El valor de volver a la democracia es indudable. Ahí no puede haber cuestionamientos, no se trató solo de un papel y un lápiz. Pero de ahí, a como se ha dado el tema, es distinto. Los humanistas creemos que ha sido un gran desperdicio. Fue la razón por la cual nos salimos de la Concertación. En vez de involucrar a la gente en el proceso, se les obvió. Ahora que tenemos temas pendientes en previsión, salud o medio ambiente, y no logramos que la gente se motive”, comentó Muñoz.

La concentración que vaticinó el triunfo

“Nosotros con Juan Martínez no teníamos problemas para pedir permiso, cuando íbamos a realizar concentraciones, porque había un buen trato del gobernador provincial de turno que era civil. Si se daban dificultades, era porque gente iba a provocar, gente de derecha”, comentó Ortiz.

El diputado recordó que una semana antes del plebiscito supieron que vencerían tras una gran concentración en la Avenida Manuel Rodríguez, en Concepción.

“Nuestras concentraciones fueron brutales, pero hubo una que fue memorable, se ubicó el escenario en Manuel Rodríguez y Prat. ¿Sabes hasta donde había gente? Hasta Tucapel, 10 cuadras, y eso por favor colócalo… Miles y miles, se calcula que fueron más de 20 mil personas. En un sector, al final, comenzaron las lacrimógenas… Ahí nos dimos cuenta que íbamos a ganar fácil”, relató.

Temas pendientes

“Los gobiernos de la Concertación estuvieron muy preocupados de romper huevos y cuando se juega a la defensiva, al final, terminas perdiendo, te meten goles, o empatas. Creo que así ha sido la historia de Chile en los últimos años.
O sea, cuánto ha costado tener educación pública y gratuita que es básico en un Estado democrático. El tema de las AFP es el reflejo máximo de inequidad por parte de los grupos económicos en contra de toda la población trabajadora, donde caben todos independientes de su formación. Y podría seguir nombrando”, sostuvo Pedro Cisterna.

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