Opinión

Desigualdad, Inmovilidad y Redes Sociales

Políticas diseñadas para atacar la pobreza, como las políticas impositivas o de creación temporal de puestos de trabajo no cualificados, no son por sí mismas suficientes para atacar la desigualdad.

Por: Diario Concepción 05 de Octubre 2021
Fotografía: Cedida

Dra. Silvia Martínez Gorricho
Académica de Facea Ucsc

De acuerdo a Matthew Jackson, profesor de economía en Stanford, la fluidez constante de información a través de nuestras redes sociales ejerce una gran influencia sobre nosotros, afectando nuestras opiniones, oportunidades y comportamientos. Debido a nuestra dependencia informacional de las redes, la homofilia es un factor importante en la perpetuidad de la desigualdad intergeneracional al provocar que la prosperidad se concentre en ciertos grupos sociales.

La relación entre la desigualdad y la inmovilidad económica la podemos cristalizar en la llamada “Curva Great Gasby” de Alan Krueger, que evidencia que aquellos países con una mayor desigualdad tienden a sufrir de una mayor inmovilidad económica.

La importancia del entorno social ha quedado evidenciada en un experimento americano de los años noventas, “Moving to Opportunity”, en el que se seleccionaron, aleatoriamente, familias pobres a las que se les subvencionó un hogar en un vecindario más rico. La movilidad de las familias generó efectos significativos a largo plazo tanto en salud, como educación e ingresos de los niños afectados. Esto significa que no sólo la educación e ingresos parentales determinan la trayectoria de un niño, sino que ésta es críticamente afectada por la comunidad en la que el niño se desarrolla. Estudios sobre movilidad de inmigrantes también evidencian impactos significativos del entorno social.

El nivel de educación alcanzado por un individuo es igualmente un factor determinante en su trayectoria pues los avances tecnológicos incrementan la productividad de los trabajadores cualificados, mientras que reemplazan el trabajo no cualificado. La teoría económica clásica predice que una mayor inversión en educación, ajustaría los salarios, al aumentar la oferta de trabajo cualificado y disminuir la oferta de trabajo no cualificado, disminuyendo la desigualdad social. Sin embargo, es notorio que los individuos más vulnerables seguirían sufriendo de una desventaja asociada a su capital social que afectaría a sus oportunidades.

Políticas diseñadas para atacar la pobreza, como las políticas impositivas o de creación temporal de puestos de trabajo no cualificados, no son por sí mismas suficientes para atacar la desigualdad. Éstas podrían ser mucho más efectivas si se emparejaran con políticas destinadas a lidiar con las barreras sociales de información a largo plazo, como por ejemplo, engrandecer las redes sociales a través de pasantías, mentorías, políticas de acción afirmativas y subsidios a la educación.

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