Los partidos reconocieron la derrota. “Estamos orgullosos de ese 40 % que apuesta por un país distinto”, comentó desde la Izquierda Libertaria, Ana Albornoz.
Con el balotaje presidencial ya cerrado y una diferencia clara en la Región del Biobío —63,85% para José Antonio Kast frente a 36,15% de Jeannette Jara—, los partidos y movimientos que integraron la campaña regional del oficialismo asumieron el resultado y comenzaron a delinear el rol que ejercerán desde el territorio. Las reacciones coincidieron en validar la derrota, defender las reformas sociales y llamar a una reorganización política amplia.
Desde el comando Biobío, la aceptación del desenlace fue transversal entre las principales fuerzas del bloque. Desde el Partido Comunista (PC) —colectividad de la candidata presidencial—, su presidente regional, Pablo Cuevas, destacó el carácter unitario del proceso y el respaldo recibido en la región. “Fuimos capaces de enfrentar de manera unitaria este proceso”, señaló, subrayando que desde ese espacio seguirán defendiendo las conquistas sociales alcanzadas como base para una vida más digna.
En una línea similar, la presidenta regional del Partido Socialista (PS), Julia Rojas, sostuvo que “la democracia es así, podemos ganar y podemos perder”, reconociendo que se trató de una derrota amplia. A su juicio, el escenario obliga a asumir con claridad el nuevo rol político y a proyectar una acción atenta al rumbo que adopte el próximo gobierno, sin desconocer el mensaje entregado por las urnas.
Rojas agregó que el resultado “nos obliga también a ser una oposición vigilante”, poniendo el acento en evitar retrocesos en derechos ya conquistados. En ese marco, enfatizó la necesidad de reconstruirse políticamente, fortalecer la unidad del sector y ofrecer lecturas distintas de la realidad, como base para volver a articular una alternativa desde la centroizquierda con vocación de mayoría.
Desde el Frente Amplio (FA) en Concepción, Leila Seguel afirmó que la derrota fue asumida “con humildad”, pero descartó cualquier repliegue político. “Desde mañana mismo seguiremos trabajando”, indicó, llamando a una oposición férrea y coherente con sus convicciones. Añadió que el futuro del país “no es un cheque en blanco” y que el diálogo democrático será clave para resguardar la institucionalidad.
La Democracia Cristiana (DC) también se sumó a dicho diagnóstico. Su presidenta en Concepción, Patricia Venegas, valoró el liderazgo de Jara y aseveró que el resultado fue distinto a lo esperado. Señaló que el escenario obliga a replanteamientos, pero también a mantener la unidad demostrada durante la campaña y a seguir adelante como fuerza de centroizquierda, respetando las definiciones internas del partido.
Por otro lado, desde otras colectividades del bloque, el presidente regional del Partido Liberal (PL), Ricardo León, sostuvo que, pese a que la derrota fue “contundente”, corresponde asumirla con humildad y proyectar una acción que “va a defender lo que se ha avanzado en este gobierno”, combinando firmeza con disposición al diálogo cuando existan puntos de acuerdo en beneficio del país.
Una mirada más orgánica entregó Ana Albornoz, encargada política de Izquierda Libertaria, quien reconoció el “dolor” que deja la derrota, pero valoró el respaldo obtenido. “Estamos orgullosos de ese 40 % que apuesta por un país distinto”, afirmó, llamando a reorganizarse no solo en clave electoral, sino también desde los movimientos territoriales, sindicatos, juntas de vecinos y organizaciones sociales.
Finalmente, Fernando Maureira, dirigente nacional de la Juventud Radical y referente comunal en Concepción, puso el acento en la unidad del bloque. Agradeció el despliegue de la militancia y advirtió que el escenario obliga a un proceso de rearme político, con el objetivo de “no perder los derechos que se han luchado por tantos años”.
Pese a la derrota en la región, las reacciones del comando coincidieron en que el ciclo electoral quedó cerrado y se abre ahora una etapa de reorganización política. Con énfasis en la defensa de derechos sociales, la unidad del bloque y el trabajo territorial, los partidos y movimientos del oficialismo en el Biobío proyectan una oposición activa, institucional y con vocación de reconstrucción.