Hubo demasiado temor en los efectos del estallido social, que finalmente se mostraron infundados a la luz de las cifras macro del país.
Las cifras que registran el crecimiento del país en los últimos meses de 2019 sorprendieron. Si bien noviembre presentó números negativos, tampoco fue la tragedia que muchos analistas vaticinaron. En cuanto a diciembre, según información preliminar del Banco Central, Chile registró un crecimiento de 1,1% en comparación con el mismo mes del año anterior. Ese resultado fue sorprendente y contra todo pronóstico anticipado por agentes de la banca, clasificadoras de riesgo y ejecutivos encuestados por el Banco Central.
De este modo, la recuperación de la economía, posterior al impacto del estallido social iniciado en octubre, estaría siendo algo más veloz a lo que originalmente se preveía. Dicho de otra forma: mostraron que el impacto de corto plazo del estallido social en la actividad fue menos intenso de lo esperado. De hecho, la cifra de diciembre es mejor al cálculo del propio ministro de Hacienda, Ignacio Briones, quien también había previsto un número negativo en torno al -1%.
Son buenas noticias para el país. Hubo demasiado temor en los efectos del estallido social que, finalmente, se mostraron infundados a la luz de las cifras macro del país. De hecho, la rápida recuperación fue observada primero en los resultados de los sectores económicos y luego al dato general de desempleo. Esto estaría también reflejado en las expectativas empresariales que, aunque continúan en zona pesimista, tienen una recuperación de casi cuatro puntos en el Indicador Mensual de Confianza Empresarial.
Conforme al calendario de publicación de las cifras de Cuentas Nacionales, la estimación del PIB 2019, así como las revisiones al primer, segundo y tercer trimestre, serán difundidas el próximo 18 de marzo. A la espera de las cifras oficiales del PIB, la economía chilena medida con el Imacec anotó una expansión de 1,23% en el ejercicio 2019, lo que supone el menor ritmo de expansión desde el -1,6% de 2009.
En 2009 se vivía el impacto de la crisis subprime y ello se reflejó en la actividad económica. Por el contrario, el 2020 comenzó con el buen desempeño de la economía y ello debe ser un aliento para que el país siga en la senda del crecimiento y acelere el ritmo de expansión. Por el momento, los pronósticos sombríos no coinciden con la realidad. Para este año, las perspectivas para el crecimiento se mantienen acotadas, y definitivamente dependerán en gran medida del escenario político.