Editorial

Líderes del vecindario, pero bajo el promedio Ocde

Si el país busca reducir la inequidad, es clave focalizar los esfuerzos en los grupos socioeconómicos más vulnerables.

Por: Editorial Diario Concepción 31 de Enero 2020
Fotografía: Archivo | Agencia UNO

En medio de la intensa agenda generada por los movimientos sociales a fines de 2019, pasaron prácticamente inadvertidos los resultados de la prueba internacional Pisa, que es aplicada por la Ocde a escolares de 79 países y territorios. El examen, que se aplica cada tres años, se realizó en 2018 y evaluó materias como Ciencia, Matemáticas y Lectura a alumnos de 15 años.

En Chile fue rendida por 9 mil estudiantes, quienes quedaron bien evaluados en el ámbito latinoamericano. Pero, comparados a los países pertenecientes a la Ocde, los escolares chilenos se ubicaron bajo el promedio.

Los resultados en todos los ciclos que hemos participado nos sitúan bajo el promedio de la Ocde y sobre el latinoamericano. De hecho, la prueba Pisa revela que la educación escolar se muestra desmejorada. En la medición de Lectura, Chile obtuvo un promedio de 452 puntos, siete puntos menos en comparación a la evaluación anterior (2015). En los resultados en la competencia Matemática, los escolares chilenos alcanzaron un promedio de 417, seis puntos menos en comparación a la evaluación de 2015.

En cada ciclo de la medición, se profundiza un aspecto de la educación y en 2018 fue la vez de Lectura. Al respecto, el informe de la Ocde concluye que uno de cada cuatro estudiantes “no puede completar incluso las tareas de lectura más básicas”, lo que significa que es probable que tengan dificultades “para encontrar su camino en la vida en un mundo digital cada vez más volátil”.

La medición encuentra diferencias en materia de género: en promedio, las niñas sobrepasan a los niños en lectura, mientras que los hombres están por encima de las mujeres en matemáticas, pero por debajo en ciencia.

Las explicaciones para tales resultados son muchas. Baja inversión estatal en la educación media, escasez de programas para seguimiento y capacitación de los docentes, y que el nivel socioeconómico y cultural es una variable fuertemente asociada a los resultados en las tres áreas evaluadas.

Si el país busca reducir la inequidad, es clave focalizar los esfuerzos en los grupos socioeconómicos más vulnerables. El informe de la Prueba Pisa 2018 no deja dudas: Sin la educación adecuada, los jóvenes serán incapaces de enfrentar los desafíos del futuro mundo del trabajo y la desigualdad seguirá aumentando.

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