Ciudades que contemplen, para las personas mayores, adecuaciones en el transporte, la vivienda, la participación social, el respeto, la inclusión social, el empleo, la comunicación y la información.
Cada vez es más evidente que los políticos suelen fallar a la hora de identificarse cercanamente con los ciudadanos, es muy posible que algunos tengan conciencia de esta situación y cambien su modo de actuar, sobre todo los más recientes, antes de ser capturados por ese mundo particular con reglas del juego cambiantes y no todas transparentes. Pero hay un grupo de autoridades de parecido origen que están en contacto permanente con las personas, por la naturaleza de su tarea, especialmente las autoridades edilicias, en las cuales su tarea se confunde con las preocupaciones reales de la gente.
Una de estas realidades es el surgimiento de una nueva, urgente y masiva demanda de hacer a las comunas incluyentes para la población de adultos mayores. Los representantes de este colectivo en la Región han estado planteando esta situación por largo tiempo, una de estas acciones fue la carta dirigida, a fines del año 2017, a los “Representantes del Congreso Nacional República de Chile”, a quienes se les hace llegar los resultados obtenidos en la Región del Bío Bío, en la cual expresaban el resultado del trabajo participativo realizado por las organizaciones de adultos mayores de todas las comunas, que integran la Federación Regional de Uniones comunales de Adultos Mayores.
Básicamente lo que allí se expone es que habiendo Chile ratificado ese mismo año la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de los Adultos Mayores, para “promover, proteger y asegurar el reconocimiento y el pleno goce y ejercicio, en condiciones de igualdad, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de la persona mayor, a fin de contribuir a su plena inclusión, integración y participación en la sociedad” hay una conclusión vinculante y que nuestro país encuentra entonces comprometido a realizar avances tangibles para la consecución de los derechos contenidos en la Convención.
Parte importante de esta protección reside en tener ciudades amigables con las personas mayores, en relación con el transporte, la vivienda, la participación social, el respeto, la inclusión social, la participación cívica y el empleo; la comunicación y la información. Una idea en el XVIII Congreso Mundial sobre Gerontología en Río de Janeiro, que en una publicación sobre la materia, expresa sucintamente, “una ciudad amigable con los mayores alienta el envejecimiento activo mediante la optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen”.
Según la información del Servicio Nacional del Adulto Mayor, a junio 2019 en Chile ya son 22 los municipios que se han sumado a la Red Mundial de Ciudades Amigables, también se expresa que es necesario estos den a conocer a la brevedad sus buenas prácticas, diagnósticos y planes de acción, información que resulta indispensable como aporte para el desarrollo de otras comunidades en Chile y el mundo. Una mirada a nuestra ciudad es suficiente para detectar todavía falencias en veredas, trasporte colectivo y accesos, entre otros. Hay necesidades múltiples, basta con recordar que en un estudio realizado el año pasado por la Universidad San Sebastián, un 42% de los adultos mayores de Concepción declaró que sus ingresos no le alcanzan para cubrir sus necesidades, cifra que permite, aproximadamente, estimar su magnitud.