Editorial

Nuevo y necesario impulso a la educación técnico – profesional

Por: Editorial Diario Concepción 02 de Noviembre 2018
Fotografía: Referencial | Agencia UNO

Los signos, aunque rápidamente desplazados de la atención de los medios por la emergencia de nuevos y más inmediatos acontecimientos, han sido bastante consistentes en lo relativo a la educación técnico- profesional, siempre desplazada por las dinámicas presentes en la educación superior. Esta vez el rumbo y perspectivas de este ámbito educacional parecen más  claros y al mismo  tiempo más evidente su posicionamiento en el futuro mundo laboral.

Por una parte, la inclusión de este tipo de formación en el modelo de gratuidad, un tema en sí mismo y, por otra, la serie de medidas recientemente anunciadas por el ejecutivo en la implementación de los, así llamados, siete pilares, el primero de los cuales es la creación de 300 liceos bicentenarios de excelencia, en su mayoría técnico profesionales y el  segundo, el envío de un proyecto de ley que amplía a todos los alumnos pertenecientes a los hogares del 70% más vulnerables la gratuidad en la educación técnico profesional.

Hay otras iniciativas contenidas en estas medidas, desde un Consejo Técnico Profesional que asista en el diseño de la estrategia y los contenidos de la educación técnica, hasta un Mapa Georeferencial de todo lo que se esté ocurriendo en ese entorno, lo cual permitirá monitorear cercanamente el avance de las diversas instancias formativas.

Sin embargo, hay un aspecto que debería tener una mayor y más cercana atención;   un marco de cualificaciones, proyecto que se ha venido trabajando desde el anterior gobierno y cuyo objetivo es contribuir a la existencia de un sistema de formación y trabajo articulado, que permita disminuir las brechas entre las necesidades estratégicas del país, las necesidades laborales del sector productivo, los requerimientos sociales y las competencias de las personas.

En un trabajo publicado el año pasado; “La educación técnico profesional y las competencias para la ciudadanía. El caso de las comunas de la Provincia de Concepción, Chile”, por académicos de las Universidades Católica de Temuco  y  Autónoma de Barcelona, se verificó el buen nivel de logro alcanzado por los alumnos respecto de las competencias para la ciudadanía, pero al mismo tiempo en la capacidad de desenvolverse adecuadamente en el mundo laboral, lo que repercutió en la buena realización de las labores y en la disponibilidad para llevarlas a cabo con expectativas de mejora.

El Ministro de Educación anterior del presente gobierno, comentó en su oportunidad la dificultad de innovar en las carreras universitarias tradicionales, usando como contraste la educación técnico-profesional, caracterizada por su permanente actualización, dinámica indispensable debido a que  la obsolescencia en este ámbito es vertiginosa.

La inversión del Estado debe ser suficiente para que los egresados de estas instituciones tengan la oportunidad de estar continuamente al día, aptos para enfrentar con idoneidad los desafíos de la tecnología y de un mundo laboral cambiante.  Puede haber reparos por los costos, una frase de Derek Curtis Bok, ex-Presidente de la Universidad de Harvard, es esclarecedora;  “Si ustedes creen que la educación es cara, esperen a ver lo cara que es la ignorancia”.

Ante un escenario de desaparición de determinadas profesiones clásicas, desplazadas por inteligencia artificial o automatización, la educación técnico profesional tiene una inédita y abierta oportunidad.

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