Editorial

Libros de papel, feroces sobrevivientes en la era digital

Por: Editorial Diario Concepción 01 de Marzo 2018
Fotografía: Pexels

Los integrantes de las generaciones en retirada se habían por lo general refugiado en sus colecciones de libros, los lectores empedernidos, que habían recibido libros de sus padres y abuelos y que estaban observando con tristeza que no habría herederos agradecidos.

Ante el avance impetuosos de las nuevas tecnologías, con cambios cada vez más atractivos, incluyendo costos razonables, que se ha estado extendiendo en todos los ambientes, se pensó que a los libros impresos les había llegado al hora, sin embargo, como suele ocurrir en la historia, una dinámica que parecía incontrarrestable, empezó a detenerse, un signo muy elocuente que el medio parece haber encontrado su techo.

Para explicar ambos fenómenos, la cobertura por libros electrónicos y el regreso de los tradicionales, una organización de más de 150 científicos de treinta países, ha desarrollado el proyecto E-Read, desde la multidisciplina investigan el futuro de la lectura en la era de la digitalización

En un artículo del Alejandro Navas  Profesor de Sociología Universidad de Navarra, publicado en el diario de Navarra y reproducido por un medio capitalino, se hace una interesante comparación entre ambos medios, sus beneficios y defectos, con la importante distinción que la opinión se basa en la investigación reciente, las preguntas que pone sobre la mesa están posiblemente en la mente de todo adulto  de mediana edad, aquellas objeto de estudio por el proyecto E-Read

La descripción de las ventajas del medio digital están muy presentes para los usuarios, la posibilidad de  disponer de miles de textos, siempre al alcance de la mano, poder disponer de nuevo material en segundos, adquiriéndolos a menor precio, la posibilidad de modificar el tamaño de las letras a voluntad, entre otros detalles.

Sin embargo, a pesar de todas esas ventajas persisten defectos significativos;  no es fácil leer textos largos en la pantalla; lo leído se recuerda peor; disminuye la conexión emocional con los contenidos; la pantalla entorpece la comprensión intelectual de lo leído; se pierde concentración, pues los usuarios tienden a combinan la lectura con el uso de YouTube, WhatsApp o Facebook.  En contraste, psicólogos de Harvard  concluyen que tomar apuntes a mano resulta mucho más eficaz que hacerlo con laptops o dispositivos móviles, escribir obliga a procesar y seleccionar la información.

Además, la investigación indica otros efectos más de fondo, perceptibles ya en los niños pequeños;  la dependencia de las pantallas,  los nativos digitales suelen mostrar falencias, como la ausencia de empatía y escasa vida social; empobrecimiento de la fantasía; menor capacidad de concentración; falta de disciplina; limitaciones en el vocabulario; dificultad para el pensamiento abstracto.

En una de las  investigaciones, se interrogó a niños daneses de siete años, alumnos de una escuela en la que el iPad ha desplazado a los libros, sorpresivamente, muchos  dijeron que una de sus actividades de ocio preferidas era ir a las librerías para ver y tocar libros de papel: les encantaba sentirlos en las manos. Según decían, eso facilitaba la elección del libro y la lectura misma: bastaba con abrir el ejemplar, sin necesidad de encender aparatos y pulsar botones.

Los niños pueden ser los encargados de valorar lo que sus mayores habían olvidado, las inmensas potencialidades de un libro de cuerpo presente.

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