Editorial

La necesidad de ampliar la lista de problemas pendientes

Por: Editorial Diario Concepción 30 de Diciembre 2017
Fotografía: Copesa

Los últimos acontecimientos dejan poco espacio para otra cosa, el mundo político se ocupa en sacar cuentas, no siempre felices. Silenciosamente se trabaja en conformar el próximo equipo gubernamental, mientras el gobierno saliente procede a ejecutar una suerte de tiro parto, lanzando, mientras se retira y  a plazos de emergencia, proyectos de reformas que demandan para su debido estudio harto más tiempo que el que les resta a los legisladores en este período.

La así llamada agenda del gobierno para dar cumplimiento a un supuesto mandato popular, resulta ser una conclusión bastante sui  generis, si se piensa en la escasa correspondencia entre ese respaldo aludido al programa gubernamental y la votación obtenida por el representante de la continuidad y heredero natural de la actual línea del ejecutivo.

Hay innumerables análisis en las últimas semanas, tanto para entender  los resultados del proceso eleccionario como para identificar las reales necesidades, demandas y preocupaciones de las personas, ya que éstas fueron en el fondo las que motivaron su opinión vertida en las urnas. Resulta indispensable, tanto para el ejecutivo entrante como para toda la así llamada familia política, conocer que tareas están pendientes y en qué orden de prioridades.

Si el referente fuera las iniciativas lanzadas al legislativo en condición de primera prioridad por el gobierno, lo que estaría pendiente son las  pensiones, la gratuidad, la reforma a la Constitución, pero, si se pone en duda esas prioridades desde la cúpula y se baja la consulta al ciudadano común, puede ser que los asuntos no estén en la jerarquía que comúnmente se les concede.

El Presidente ejecutivo de Espacio Público ha informado hace pocos meses sobre los resultados de una encuesta de opinión realizada en conjunto con Ipsos, bajo el denominador “Chilenas y chilenos hoy: desafiando los prejuicios y complejizando la discusión”, para conocer con mayor amplitud la índole de los problemas que preocupan a los chilenos más allá de lo rutinariamente han ocupado las agendas.

Los resultados de 1.000 entrevistas presenciales en cuatro grandes núcleos urbanos del país Antofagasta, Gran Santiago, Valparaíso-Viña del Mar y Concepción-Talcahuano, indican que la delincuencia sigue siendo el principal problema, los  que surgen con mayor fuerza son  la salud, el empleo y los problemas derivados de la corrupción política. Si bien es cierto la calidad de la educación sigue siendo un aspecto relevante, los problemas asociados al uso de alcohol, las drogas y el hostigamiento entre estudiantes se ven como temas pendientes no resueltos.

Igualmente se hacen más notorios asuntos postergados en el primer plano de las preocupaciones del gobierno, tales como aspectos asociados a la calidad de vida cotidiana, transporte público deficiente, congestión vehicular, contaminación ambiental, entre otros asuntos. Lo más relevante sin embargo, es que igualmente se detecta que las personas están dispuestas a colaborar al desarrollo de ciertas políticas públicas. En general, y muy consistentemente, los chilenos manifiestan estar de acuerdo con reformas que incluyan elementos de solidaridad; por ejemplo, integración de barrios y escuelas.

Las nuevas autoridades deberían considerar esa considerable y abierta capacidad de la ciudadanía para contribuir al desarrollo de las iniciativas, si estas son adecuada y legítimamente socializadas.

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