Economía y Negocios

Techo y Santander lanzan voluntariado para apoyar microemprendimientos

30 voluntarios de las áreas comerciales del Banco trabajarán durante cuatro semanas con igual número de mujeres que viven en campamentos y villas de la V y VIII región.

Fotografía: Romilio Pasmiño G

Una nueva iniciativa de apoyo a las familias más vulnerables del país lanzó Santander junto a TECHO-Chile. En esta oportunidad, 30 voluntarios de las áreas comerciales del Banco trabajarán durante cuatro semanas con igual número de mujeres que viven en campamentos y villas de la V y VIII región, empoderándolas por medio de clases y asesorías de emprendimiento para aportar así al desarrollo de sus negocios y economía familiar. 

Este programa de microemprendimientos nace para contribuir a solucionar algunas problemáticas que se viven en villas y campamentos como deudas formales e informales excesivas, opciones de trabajo limitadas y rígidas e ingresos insuficientes. De hecho, el 62% de las familias que se encuentran en esta situación tiene un ingreso mensual menor a $242.000.

Los voluntarios tendrán cuatro sesiones vía online con las beneficiadas, encuentros en los que podrán impartir conocimientos básicos para emprender además resolver dudas y compartir experiencias. Los temas que se abordarán en las clases son definición del producto o servicio, ventas y público objetivo, publicidad y plataformas y costos y ganancias.

Vicente Stiepovich, director social de TECHO-Chile, agradeció el compromiso de los voluntarios del Banco. “Hoy más que nunca hay una profunda sensación de abandono en las familias que nosotros acompañamos. Que se inscriban ustedes junto a los otros cientos de voluntarios que trabajan en otros programas sirve no solo para el contenido que van a ver con las beneficiadas, sino que también para acompañarlas”, afirmó.

Por su parte, María José de la Noi, colaboradora de Santander y voluntaria de esta iniciativa, afirmó que “siento la necesidad y la obligación de ayudar a alguna persona que puede tener muchas habilidades, ideas, ganas y necesidades, pero que por alguna situación social y/o económica no tiene las herramientas para desarrollarlos. He recibido mucha ayuda en mi vida, por lo que siento el deber de seguir esta cadena de crecimiento”.

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