La clínica más grande y de mayor complejidad del sur de Chile invertirá más de 5 millones dólares en equipamientos médicos e infraestructura. Y todo se medirá. Incluso la percepción de los usuarios.
Manuel Santelices Ríos es ingeniero comercial con un MBA y 30 años de experiencia laboral. Pasó por distintas instituciones de salud del país y al asumir el cargo de gerente general en octubre quedó impresionado con el prestigio y arraigo del Sanatorio con Bío Bío.
“No me había tocado ver algo así”, cuenta el ejecutivo para su primera entrevista a un medio regional. También, le sorprendió la velocidad de recuperación de la clínica tras la tragedia de abril de 2018: “Yo venía esperando algún avance, pero me encontré con una clínica reconstruida en 75 días y eso tampoco lo había visto nunca”.
El ejecutivo llega con un mandato del Directorio: renovación y crecimiento. Para 2019, serán destinados US$ 3,2 millones para adquisición de equipamientos de atención médica de última generación y otros US$ 2 millones serán invertidos en infraestructura. En paralelo, se negocia la instalación de una cafetería “con presencia internacional, con nombre y apellido”. Aunque Santelices evita dar nombres, fuentes de la industria confirmaron que se trata de la marca colombiana Juan Valdez.
En la Carta Gantt de 2019 figuran, además, la construcción de un edificio de cinco plantas, en el sitio del actual estacionamiento, que permitirá sumar cerca de 200 nuevas plazas. También, la adquisición de una clínica de una institución de salud regional que permitirá “aumentar un 30 por ciento el número de consultas médicas, un 60 por ciento los exámenes de laboratorio y un 30 por ciento la generación de imágenes”.
En atención ambulatoria, también hay novedades: la inauguración de un centro de atención en la Universidad de Concepción y una alianza con Versluys para instalar una toma de muestras en el centro comercial que se construye en el sector Brisas del Sol.
Y como lo que no se mide, no se puede mejorar, Santalices implementó un sistema que medirá la calidad de atención percibida por pacientes, familiares y otros usuarios de la clínica.
“Mediremos en los pasillos de ambulatorios, en los pasillos del hospital, en la interacción con los funcionarios”, aclara el ejecutivo. Por ahora, el plan va con viento en popa. “Estamos súper contentos y todo va conforme habíamos planificado”.