Economía y Negocios

Bencinas suman cuatro alzas seguidas y gobierno valora la utilidad del Mepco

En zonas más apartadas, el litro de combustible ya llegó a los $900. Las causas son el aumento del tipo de cambio y la amenaza de una guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Por: Javier Ochoa 23 de Septiembre 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

El pasado jueves subió por cuarta jornada consecutiva el precio de los combustibles, alcanzando un precio promedio en Concepción de  $867 para la gasolina de 95 octanos, y $874 como precio máximo.

En el histórico, y analizando el comportamiento desde abril de 2018, se constató un alza de 10% en este octanaje, y la tendencia al parecer será al alza, debido a que en parte esto se debe al tipo de cambio, pero también a la amenaza de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, que impulsa el precio del crudo hacia arriba.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, atribuyó el alza a los efectos de la guerra comercial y destacó que el mecanismo de estabilización ha permitido que el valor de los combustibles no sea mayor.

Según explicaron desde el Gobierno, los factores que han llevado a este precio son la volatilidad del tipo de cambio, el alza que ha sufrido el dólar hace algunas semanas y la incertidumbre por la guerra comercial.

Así lo dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien destacó el rol del mecanismo de estabilización de pesos; el Mepco.

Causas externas

Efectivamente, estimó el economista Centro de Estudios Corbiobío, Ariel Yévenes, en la actual coyuntura se están haciendo patente algunos efectos ligados a la incertidumbre e inestabilidad que generan los diferendos comerciales suscitados entre China y EE. UU. y que, junto con generar una mayor y evidente volatilidad, tanto en los mercados financieros como en la valoración de la divisa norteamericana, también presenta su correlato en el precio internacional del petróleo, que se encuentra escalando a niveles históricos.

“Lo más preocupante de la situación actual es que, de extenderse este escenario hacia los próximos meses, se podrían evidenciar incrementos más pronunciados en el precio internacional del petróleo, conforme los países del hemisferio norte vayan entrando hacia meses invernales, lo que tradicionalmente genera una presión al alza de los energéticos, conforme a la mayor demanda que se produce en esta temporada”.

Ahora bien, añadió, ello constituye una situación en la cual la economía chilena tiene escaso margen de acción en el corto plazo, dado su triple condición de, primero ser un demandante neto de petróleo en los mercados internacionales al no contar con producción interna, en segundo lugar ser una economía muy pequeña, esencialmente debiendo solo asumir precios internacionales con un margen prácticamente nulo de negociación y en tercer lugar el carácter altamente extrovertido de la economía chilena, que la vuelve más vulnerable frente a la volatilidad internacional, planteó Yévenes.

 ¿Qué hacer entonces?

A corto plazo la alternativa sigue siendo hacer cada vez más eficientes los mecanismos de estabilización de precios del petróleo, que a la fecha han permitido mitigar en parte los precios de combustibles a consumidor final. Y a largo plazo, sigue siendo clave avanzar en diversificar las fuentes de generación energética, con miras tanto a reducir la dependencia relativa del petróleo reduciendo así el riesgo frente a la volatilidad internacional y a su vez, ir haciendo más eficiente la matriz energética conforme el avance tecnológico lo permita y propicie.

Otros efectos

Por su parte, el economista de la UdeC, Víctor Hernández, recordó que “Chile no es un país autosuficiente en petróleo, y en consecuencia, debemos importar el 99,9% de crudo, cuyo valor de compra se está viendo afectado por el aumento del precio de materias primas. Por otro lado, estamos importando a un precio mayor porque ha aumentado el tipo de cambio, y esto gatilla efectos inflacionarios, y ya se están viendo aumento de precio de productos importados, como línea blanca y automóviles”.

Lo anterior, precisó el economista, podría presionar el límite de rango del Banco Central, cuya meta es 3%.

Por otra parte, esto provoca un impacto en el mercado monetario, financiero, porque el Banco Central, al ver que está aumentando la inflación producto de un aumento del valor del gasto, podría aumentar las tasas de interés, lo que probablemente ocurra hacia fines de año, aumentándola al menos una vez, proyecto el economista.

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