En San Pedro de la Paz la percepción es dispar. En Hualpén reportan quiebras durante el año pasado, por lo que clientes han sido absorbidos por negocios aledaños que manifestaron un leve repunte en este invierno.
Dulce y agraz. Es la percepción que tienen los almaceneros en los barrios de Concepción, San Pedro de la Paz y Hualpén, respecto de cómo va el ritmo de la economía actual.
En la capital regional, los emprendedores aseguran que las ventas han bajado hasta en un 50%.
En cambio, los sampedrinos y hualpeninos expresaron a este medio que el comportamiento del consumidor es dispar.
Esto porque si bien, en lo particular, han experimentan números positivos, han visto como colegas han sucumbido ante quiebras y cierres.
Sergio Luengo, de Leufuche en Ongolmo 733, Concepción, al ser consultado sobre los últimos seis meses, asegura que “ha estado lento y las ventas han estado bastante bajas. La forma que tengo de verlo es que si antes vendía $500 ahora vendo $400 para graficar la situación”.
En tanto, Cassandra Ortiz, dueña de Papafruta, ubicado en Ongolmo 724, fue enfática en manifestar que “decir pésimo, o decir horrible, es poco. En realidad la situación está muy mala”.
Ortiz agrega que “si lo comparamos con el año pasado, la situación de hoy día está peor, en mi caso las ventas bajaron un 50%, respecto del año anterior, y he observado que los clientes llevan menos cantidad. Antes llevaban más”.
En San Pedro de Paz las impresiones son mejores. Patricio Sepúlveda, de Pan y Más, ubicado en el pasaje 1 que da acceso hacia la Laguna Grande, revela que “nosotros con mi señora partimos un 19 abril de hace tres años donde el primer año fue de expectativas buenas, donde nos dimos a conocer, el público se hizo constante y estuvo rotando”.
Requerido acerca de cómo estuvo el negocio durante el 2017, reveló : “El año pasado tuvimos un bajón realmente significativo, lo que nos tuvo un poco desmoralizados, pero ahora este primer semestre, las ventas cumplieron nuestras expectativas con las cuales proyectamos este negocio y si continúan en forma estable durante todo el año sería fabuloso”.
Al comparar la estacionalidad respecto de los años anteriores, Sepúlveda indica que “en estos meses de junio y julio las ventas han estado un poco mejor. Tal vez porque nuestra principal oferta son distintos tipos de pan como el integral y el Ciabatta que es sin materia grasa y bien rico. Como complemento tenemos abarrotes, frutas y verduras”.
Por su parte, Nelly Iturra, con su negocio de Valencia 1945 en el Parque Residencial Laguna Grande, señala que “acá la cosa ha estado mala, porque han bajado las ventas y uno percibe que las personas andan con menos plata”.
Iturra precisa que “a pesar de que en el invierno, por la estacionalidad, siempre es más lento, la gente está más cautelosa para gastar, antes tenía para la venta diaria empanadas, pero ahora sólo vendo los fines de semana desde el viernes”.
En cuanto cómo proyecta el ritmo actual de la economía para lo que resta del año, la comerciante afirma que “de acuerdo con lo que he visto que dicen los economistas en la televisión, la economía está para deprimirse”.
En esta comuna, Milton Parra, tiene 35 años de experiencia con su local de Los Copihues 333, en Los Boldos. Allí dice que “para estos meses de junio y julio, las ventas no han estado tan malas. Esto dentro de una tendencia a la baja que venía desde el año pasado. Tanto así que ya han quebrado y cerrado cuatro negocios cercanos al mío”.
Fernando Henríquez y Maranatha de Postdam 445, también con 30 años en el mercado, han captado que a sus “caseros” no les está yendo tan bien.
“Gracias a Dios me va bien, pero sí he percibido que clientes que antes les iba bien, ahora no lo están. En comparación con otros años, en mi caso las ventas siempre aumentan un poco”, suspira con alivio Henríquez.