El seremi del ramo, Carlos Jara, aseguró que el Estado, a través de los municipios, se ha esforzado en atacar esta problemática. Por otro lado, adelantó que se revisará el sistema de capacitaciones a través del Sence, por ejemplo, ya que no estaría cumpliendo objetivos.
En la Región del Bío Bío 11.660 personas, que actualmente forman parte de la fuerza laboral de 938.260, nunca fueron a la escuela, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística.
Sí. Ni un día. Esto quiere decir que tampoco formaron parte de la educación preescolar, primaria, secundaria, técnica y universitaria. Ni hablar de postítulos, maestrías y doctorados.
Los motivos detrás de este fenómeno son múltiples y tiene directa relación con la precariedad social que les tocó enfrentar desde la niñez.
“Siempre quise ir, pero por necesidad no podía. Mi papá nos abandonó. Éramos muchos hermanos y tuve que apoyar a mi madre”, contó don Pedro, quien se dedica a diversas tareas en la construcción, principalmente como ayudante.
Esta coyuntura es una constante. Por ejemplo, durante el 2010, quienes no eran parte de un proceso educativo alcanzaron los 10.840.
En 2011 se registraron 11.570, en 2012 un total de 10.310. Posteriormente, en 2013 estos fueron 10.460.
Seguidamente, en el 2014 el INE detectó una baja respetable, llegando a 8.850. En 2015 fue similar con 8.810.
En el 2016 terminó con 8.720 y en 2017 hubo un repunte a 9.070. Finalmente, hasta llegar a los primeros meses de 2018 para experimentar un alza, llegando a los 11.660.
Un grupo importante ha cumplido, pero de manera parcial. Es así como los que sólo rindieron con el primer ciclo de escolaridad son 94.930 y hasta el segundo (octavo básico) 125.480.
Otros 417.950 completaron solamente la enseñanza media. Un total de 119.000 obtuvieron un título técnico.
¿Universitarios? Son 154.260. De ellos, 10.280 tienen postítulos y maestrías. Mientras que doctorados se reducen a 2.040. Otro dato: 1.210 tienen un nivel ignorado.
La gran duda es si muchos de los que pertenecen a ese sector de la población, que nunca conoció una sala de clases, pudo aprender a leer, escribir y a realizar operaciones matemáticas básicas.
“En mi caso pude con la ayuda de mi mamá y una tía. Leo lento. Sé sumar, restar, multiplicar y dividir. Con eso me defiendo en la vida. Para que no me hagan tonto”, destacó don Pedro.
El Gobierno Regional, al ser consultado por estas cifras manifestó que hay esfuerzos por mejorar las condiciones.
“El analfabetismo es un problema grave que año tras año ha ido disminuyendo drásticamente. El Ministerio de Educación y los establecimientos municipales tienen planes de nivelación de estudios para acabar con esta brecha cultural”, aseveró el seremi del Trabajo y Previsión Social, Carlos Jara Bustos.
Eso sí, manifestó preocupación por los otros niveles de que se entregan por parte del aparato estatal, que no estarían atacando la problemática de manera certera.
“Más allá del Gobierno local, debe implementarse un cambio importante en el sistema de capacitación del Sence. El Ministro del Trabajo ya lo dijo en su visita a Concepción, la evaluación que se hace no es buena”, aseguró Jara.
Añadió que “los cursos que se dictan, a veces, no parecen concordar con la necesidad real que existe en cada localidad. Por lo tanto, eso es algo que se debe revisar definitivamente y se va a hacer. El Presidente Sebastián Piñera tiene planeado hacer una reestructuración profunda”, adelantó Jara.
La señora María, por ejemplo, ha optado a capacitaciones mediante Fosis que se ejecutan en los municipios para tener apoyo laboral.
“He podido acceder a mejores oportunidades. Por lo general soy asesora del hogar. Sé que por no haberme educado debo sacrificarme más para tener plata. Y es bueno que te apoyen. No te sientes sola. Todo lo que gano es para mis hijos. Si hubiera estudiado, sé que mi vida podría ser mejor y la de ellos también. Con la edad, eso sí, ya no te preocupas de eso. Uno sólo mira adelante y esta ayuda es importante”, resaltó.