Actores del ecosistema regional revisan el escenario actual y plantean alternativas de solución. Valor equivaldría a una inversión anual de aproximadamente $12 millones.
Según cifras de la Quinta Encuesta sobre Microemprendimiento elaborada en 2017 por la división de estudios del Ministerio de Economía en conjunto con el Instituto Nacional de Estadísticas, “las utilidades promedio de los emprendedores están en el rango de $375.001 y $450.000, en tanto, para las emprendedoras el rango es $225.001 y $375.000”.
La encuesta también indica que más del 50% de los emprendedores no cuenta con ningún tipo de contabilidad (Ver gráfico).
Andrés Oreña.
Cabe destacar que según el INE “a contar de la quinta versión (2017), la encuesta se enfoca solo en los microemprendedores, denominando de esta manera a los Trabajadores por Cuenta Propia o Empleadores dueños de una microempresa con hasta 10 trabajadores (incluyendo al dueño), lo cual está en línea con los estándares internacionales y la experiencia de este tipo de encuestas en la Región”.
Rodrigo Sainz, emprendedor penquista, CEO y gerente general de Mifutu.ro, explica que “el segmento de microemprendimietos implica un uso acotado de capital, por lo que si pensamos en retornos anuales de 30% o más sobre el capital, el capital promedio utilizado por micro empresarios sería de aproximadamente $12 millones (asumiendo los $300 mil mensuales). Esto implica que si tuvieran capacidad de reinvertir lo que ganan obtendrían buenas tasas de crecimiento, pero por lo general no pueden reinvertir ya que deben utilizar esas ganancias para pagar sus propios gastos familiares (dividendos forzados)”.
Otro punto relevante que remarca Sainz es el hecho de que “comienzan a tomar deudas para reemplazar la reinversión lo que termina por destruir el negocio, dado que, al ser frágil en sus ventas, quiebran cuando no pueden devolver el dinero al banco”.
Es por lo anterior que el CEO de Mifutu.ro recomienda “fomentar el uso del capital propio envés de la deuda. El capital propio proviene de dos fuentes, o lo pone el dueño o por generación propia de dinero (reinversión de sus flujos de caja). Si el dueño no puede financiar el aumento de capital requerido puede invitar a nuevos socios para que lo apoyen en el riesgo (no banco). A ese mecanismo se denomina crowdfunding o financiamiento en masa, ya presente en el mundo hace más de 20 años. Pueden utilizar plataformas clásicas como broota.com o con tecnología blockchain como godzillion.io”.
En tanto, Jorge Sanhueza, responsable de Emprendimiento del Hub Digital Everis Concepción, indica: “las políticas públicas sostenidas -varias administraciones- en emprendimiento han permitido la generación de un ecosistema reconocido a nivel internacional, con muchas soluciones sofisticadas y tecnológicamente muy robustas, que no tienen nada que envidiar a aquellas desarrollas en países del primer mundo”.
No obstante lo anterior y “reflexionando sobre estos datos -promedio de ganancias- con los emprendedores de nuestro Hub Digital”, señala el responsable de Emprendimiento del Hub Digital Everis Concepción, “estimamos que existen tres dificultades: a) Inconvenientes para cuantificar tamaño del mercado (debe ser Latinoamérica y/o el mundo); b) Problemas para valorizar los productos o servicios, e incluso el propio negocio; y c) Es urgente transferir habilidades para la venta, que serán muy distintas conforme la naturaliza del negocio y perfil de cada cliente. Por tanto, el contacto y relación con el mercado es fundamental para el éxito y crecimiento de un emprendimiento; y parafraseando a René Descartes, una máxima de todo emprendedor debe ser: “Vendo, luego existo”.
Andrés Oreña.
Andrés Oreña.