Millones de personas disfrutan las creaciones que su blogger, ilustrador o músico preferido pone a disposición pública. Esos contenidos de calidad suponen horas de trabajo que ese creador dedica desinteresadamente. Y ello a pesar de que trabaja como cualquier ciudadano corriente.
¿No sería ideal liberar al autor para que se dedicara a tiempo completo a su labor creativa? Si los seguidores se unieran para contribuir con una suscripción mensual y acceder al contenido del creador, éste ofrecería más y mejor material. Pues, esa solución existe y se llama Patreon.
Patreon es una plataforma que facilita que creadores y artistas reciban pagos recurrentes de sus fans, consiguiendo ingresos estables que les permiten dedicarse a su tarea creativa de tiempo completo y así ofrecer contenido exclusivo.
Basada en el sistema de crowdfunding, la plataforma reúne grandes cantidades de dinero a partir de los micropagos de numerosos usuarios. De esta forma, aportes desde 1 dólar se suman hasta alcanzar cifras de cientos o miles de dólares al mes, asegurando una subsistencia cómoda al creador.
Es una plataforma excelente para ser rentabilizada por bloggers, podcasters, streamers, ilustradores o músicos ya que, si cuentan con muchos seguidores y consiguen activarles, los patrocinios pueden ser suculentos.
En 2013, la banda Pomplamoose tenía cientos de miles de suscriptores en YouTube. Sin embargo, Jack Conte, uno de sus miembros, apenas acumulaba mil dólares en su cuenta bancaria. El músico concibió la idea de una plataforma que les permitiera subsistir de sus creaciones y recibir pagos por ello.
Así, nace Patreon, que ya cuenta con cerca de 50.000 creadores que actualmente la utilizan. La idea de Jack tiene hoy un millón de patrocinadores activos y recauda 150 millones de dólares por año.
Hay dos elementos clave: creador y patrocinador, que se relacionan de maneras muy sencillas. El creador recauda dinero de los patrocinadores y a cambio ofrece recompensas. Se puede financiar por obra creada o una cantidad mensual, normalmente a partir de un dólar.
Solicitan patrocinio describiendo sus creaciones, exponiendo su metodología, explicando las recompensas, y del modo más atractivo para movilizar a su audiencia.
De lo persuasivo que el creador resulte, depende el éxito del mecenazgo, por lo que se aconseja aportar vídeos de presentación, imágenes o cualquier otro extra que motive al respaldo. Otra buena idea es convocar un objetivo que conlleve un beneficio general.
Por último, un planteamiento eficaz necesita el apoyo de una campaña de promoción externa, ya que sólo desde Patreon es difícil crear suficiente repercusión.
Los seguidores reciben contenidos o servicios extra por parte del subvencionado. Pero, sobre todo, se convierten en mecenas y le ayudan a continuar su carrera, asegurando a su vez la producción de nuevos materiales para su consumo.
Tras presentar un medio de pago —tarjeta o PayPal—, los usuarios pueden comenzar sus mecenazgos, aceptando alguna de las fórmulas propuestas por el creador.
Es conocida la teoría de los 1.000 True Fans de Kevin Kelly: un autor puede vivir de su trabajo si cuenta con 1.000 fans verdaderos. Un creador que comparte su trabajo de forma desinteresada, que durante años cultiva su blog o su canal de YouTube, tendrá una comunidad fiel y sus creaciones serán populares. Y si sus fans están dispuestos a apoyarle económicamente, puede obtener gran rentabilidad en Patreon.
Una razón importante del éxito de Patreon es la transparencia de sus cuentas: el creador recibe el 90% de la cantidad aportada por los patronos, el 5% se destina a los costes de explotación, y el 5% restante es la comisión que obtiene Patreon. De esta forma, tanto creadores como patrocinadores saben a dónde se dirige cada uno de los dólares aportados. Y la verdad es que parece un reparto bastante razonable.
Otra ventaja notable para los creadores es ingresar una cantidad constante —que idealmente va creciendo en la medida que su popularidad atrae a más seguidores—, alejándose de la inestabilidad de ingresos publicitarios, o procedentes del botón Donate de Paypal, que suponen una ayuda puntual, pero no cubren gastos fijos, algo que sí permite Patreon.
Para los seguidores, Patreon ofrece una conexión con el creador que va más allá del pago mensual, como las recompensas especiales, lo que brinda una sensación de pertenencia y comunidad.
Una laguna de Patreon es cómo descuida cualquier idioma que no sea el inglés. El español tampoco lo trata bien. No es posible buscar proyectos por idioma o país. La única fórmula es teclear “español” en la caja de búsqueda. O probar con el país: “México”, “España”, “Chile”, etc. Todo muy poco operativo.
Quizá por ello no hay apenas casos de éxito en español en la plataforma. Apenas alguna excepción como AnaitGames, un blog sobre videojuegos, con una base de setecientos patrocinadores y recaudando más de 4.000 dólares al mes. Otro ejemplo es el de Politibot, con 280 patronos y casi 700 dólares por mes, más humilde pero igualmente una cifra considerable para nuestro ámbito. Porque lo más habitual es que los creadores hispanohablantes cuenten con poquísimos seguidores o, la mayoría de ellos, incluso con cero patrocinios.
Muy por encima de las cuentas en español quedan los Top Creators. Pueden cobrar más de 90.000 dólares por mes, como Chapo Trap House, un podcast político estadounidense.
El fundador de Patreon, Jack Conte, sigue financiando aquí su carrera, gracias a unos 1.000 patronos y unos 3.700 dólares por cada vídeo que produce. Por cierto, excelente su presentación como ejemplo de buena práctica para captar patronos.
Patreon ha liberado a muchos artistas que ahora pueden simplemente crear, sin tener sobre ellos la carga de los ingresos menguantes procedentes de la publicidad —pensemos en el crecimiento del uso de los Ad blockers, por ejemplo—, y las ganancias ridículas que a veces se ofrecen a bloggers y otros creadores en el Internet de lengua española.
La estrategia de Patreon es un win-win, ya que otorga a los seguidores una herramienta fácil de apoyo al creador, que obtiene rentas por su arte, y produce obras que disfruta y mejoran la vida del patrocinador. Es un círculo virtuoso.
La gran barrera de esta plataforma es su monoatención al habla inglesa, lo que redunda en pocos creadores hispanos. Pero la situación está mejorando e irá a más en el futuro.