Economía y negocios

Productores proyectan el difícil momento de las parras patrimoniales y el agro

Tres viñas, tres testimonios. Uno de ellos, perdió además de 100 años de tradición, más de 2 millones de dólares en inversión. El gremio vitivinícola pide que el Estado no los olvide. Las parras se niegan a desaparecer.

Por: Diario Concepción 31 de Enero 2017
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Tres viñas, tres testimonios. Uno de ellos, perdió además de 100 años de tradición, más de 2 millones de dólares en inversión. El gremio vitivinícola pide que el Estado no los olvide. Las parras se niegan a desaparecer.

 

Cristián Sandoval Cabezas
contacto@diarioconcepcion.cl

Lo perdió todo. Más de 60 mil parras de uva patrimonial –entre ellas, Moscatel de Alejandría y País- además de otras dos mil nuevas, 30 mil plantas de vivero, miles de metros de manguera de riego por goteo y tubería. Todo consumido en menos de 48 horas por las llamas de los incendios, pese al esfuerzo y riesgo de amigos, familiares y algunos voluntarios. Lamentablemente sin haber podido recibir aún ayuda aérea. Se trata del trágico testimonio del empresario, Sergio Amigo, de la Viña Cancha Alegre, de Cauquenes, quien aseguró que lo perdido es: la historia, el patrimonio y el sacrificio de generaciones en la lucha por preservar la uva patrimonial.

Más de 2 millones de dólares en pérdida, calculó Sergio Amigo, lo ocurrido en su viña, considerada una de las más importantes en vinos de autor, y por cierto, viña que trabaja de manera asociativa con otros viñedos del Valle del Itata, en el Bío Bío, cuando se trata de impulsar las uvas ancestrales de Chile. 

Es la otra cara de una parte de Chile agrícola destruido. El del sector viñatero del centro sur del país, que ahora brega con las consecuencias de los incendios. Y en el caso del Bío Bío, en el denominado por la prensa especializada extranjera como la Nueva Toscana de América Latina: el Valle del Itata, en Portezuelo, Ñipas, San Fabián, San Nicolás, Quillón, Coelemu, Guarilihue, entre otras localidades que en menor o mayor medida, hoy sufren las consecuencias de estos incendios, al igual que el dramática caso de la viña amiga del Itata, Cancha Alegre.

"Qué quieres que te diga. Es dantesco. Hasta hace dos semanas, estábamos felices recibiendo visitas, participando junto a otras viñas patrimoniales del Bío Bío, en la difusión de nuestras variedades y preparándonos para la próxima vendimia. Pero en menos de 48 horas, todo se quemó. Además de las casi 100 mil parras patrimoniales, perdimos bombas de pozo profundo, casi 50 hectáreas de añosa foresta nativa, 6 mil plantas de arándanos orgánicos destruidos. Es horrible. Gracias a Dios nadie de mi familia y los trabajadores murieron. Nos salvamos porque nos protegimos en un pozo", narró el empresario luego de combatir contra dos incendios en su Viña.

Más allá de lo económico

La historia de Sergio Amigo en Cauquenes es, sencillamente, dramática. Y que se repite en el sentir de los viñateros del Itata. Felipe Neira González, gerente de la Viña de Neira y presidente de la Asociación Gremial de Enólogos y Profesionales del Vino para el Valle del Itata, señaló que la situación en Itata es "crítica". "La comuna de Florida ha sido la más dañada en término de viticultura. Miles de parras viejas y centenarias han sufrido daños y personas que viven de eso, son producciones que se han heredado desde generación en generación y no puede ser que se estén quemando. Al igual que Portezuelo y San Nicolás. Si bien los pinos y eucaliptus no son los que originan dichos incendios, contribuyen en la propagación. Se ha dicho mucho que son intencionales y se ha encontrado evidencia de personas haciendo daño provocando los incendios. Nuestro llamado es estar atentos, a que los mismos campesinos y empresarios de la zona estén en alerta y evitar nuevos focos. Los incendios son intencionales y el pino, además del eucaliptus, son el mejor vehículo para propagarlos", dijo Felipe Neira.

El dirigente gremial de los pequeños y medianos productores de vino del Itata, hizo un llamado a las autoridades y el Estado para que "por favor regularicen mucho más todo lo referido a la plantación de pinos y eucaliptus, no puede ser que no existan cortafuegos eficientes entre una plantación de pino y otra. Porque lo que vemos en el Valle del Itata son miles de hectáreas de corrido de plantaciones de pino. Necesitamos que se regularice también con más fuerza la plantación de pino. No puede ser que cada vez que haya un incendio crezca aún más la forestación de los pinos y que crezca la forestación de nativa, pero en muy distintas proporciones. Es completamente descontrolada la plantación de pino y eucalipto en la zona". 

Tanto Felipe Neira como Sergio Amigo, hicieron hincapié en que se debe revisar el decreto ley 701 que declara que el 75% de todos los gastos que incúrranlas forestales en las plantaciones se les va a bonificar. "No puede ser que grandes empresas, nosotros y todos los chilenos le estemos pagando el 75% para que las forestales puedan plantar una especie tan dañina como es el pino. Son gastos que se deberían ocupar en otras cosas. Las grandes forestales marginan bastante, no creo que sea necesario que se les bonifique en las plantaciones", señaló el dirigente del Itata.

¿Y ahora qué?

Por su parte, el empresario de Viña Cancha Alegre, aseveró que es "necesario que el Estado entienda que los pequeños productos somos lo que salvaguardamos el patrimonio vitivinícola de Chile. Y muchos de ellos, para poder salvar dicho patrimonio, después de muchísimos años de trabajo, nos hemos endeudado con bancos. Por lo que pedimos que el Estado reconozca que este es un trabajo de cuidado de patrimonio, de preservación y el cuidado de la historia".

Amigo, que perdió dos millones de dólares en los incendios, enfatizó que "lo ideal sería que el Estado ayudara a comprar la cartera a los bancos y ellos nos generaran unos créditos blandos, por lo menos con dos años de gracia antes de pagar la primera cuota para poder volver a levantarnos. De otra manera es imposible empezar a pagar créditos antes".

En tanto, Magdalena Mendoza, de la Viña Piedra Lisa, en San Nicolás, informó que perdió los incendios destruyeron el 90% del campo en general y 30% de la producción vitivinícola, entre ellas la variedad País y Carignan. Se trata de un proyecto de vino a baja escala con agricultura sustentable, el cual se vio prácticamente destruido. 

"24 años de trabajo familiar. Parras centenarias. La consecuencia de todo esto es que la poca gente que aún quedaba trabajando en el campo, terminará yéndose a la ciudad. Y Chile no es Sanhattan, ni las grandes ciudades. La tradición está aquí, en el campo. Los alimentos no se producen en los supermercados, sino acá en la agricultura, en el campo. El Estado debe reorientar su política y mejorar las condiciones no sólo de lo forestal, sino también de nosotros, los pequeños y medianos productores", indicó Magdalena Mendoza quien representa a toda una familia dedicada por años al desarrollo agrícola en San Nicolás.

Finalmente, la Mesa del Vino, realizó un primer catastro de las hectáreas de viñedos quemadas hasta la fecha por los incendios en Chile, y se señaló que a la fecha se registran 94 hectáreas de viñas afectadas sobre un total de 141.000 a nivel nacional. Y esa pérdida se concentra hasta el momento en viñas de pequeños productores, varios de ellos con producción de vinos de cepas centenarias. 

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