Economía y negocios

PIB 2017: ¿se cumplirá la esperada trayectoria para un crecimiento "de menos a más"?

Durante los últimos tres años, las proyecciones de expertos y autoridades de Gobierno apuntaban a que la economía registraría una trayectoria ascendente, sin embargo, nada de eso ha sucedido. Para este año, la esperanza está puesta en que sí se concrete.

Por: Diario Concepción 17 de Enero 2017
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Durante los últimos tres años, las proyecciones de expertos y autoridades de Gobierno apuntaban a que la economía registraría una trayectoria ascendente, sin embargo, nada de eso ha sucedido. Para este año, la esperanza está puesta en que sí se concrete.

 

En 2014 el mensaje de las autoridades económicas era que el crecimiento del país iría de menos a más. En 2015 se volvió a enfatizar en que esa sería la trayectoria de la actividad. Y en 2016 lo mismo. Sin embargo, la realidad dijo otra cosa y en ninguno de esos años la actividad mostró señales de repuntes sino que todo lo contrario: trayectorias descendentes o más bien planas. 

Pese a estos magros antecedentes, las expectativas de los agentes de mercado para 2017 no es otra que esperar un crecimiento de menos a más, pero no necesariamente porque habrá una aceleración, sino más bien por efecto de base de comparación. De acuerdo a 11 economistas consultados por Pulso, el primer trimestre la economía partirá con un Producto Interno Bruto (PIB) promedio de 1%; el segundo se espera que suba a 1,7%; el tercero alcance el 2% para finalmente crecer 2,6% el último cuarto. 

De concretarse esta proyección, el año en su conjunto, tendría un PIB de 1,8%, levemente superior al 1,5% que se espera que cierre 2016. Así las cosas, considerando que el PIB 2014 fue de 2,3%, el 2015 1,9%, más las proyecciones de 1,5% para 2016 y de 1,8% para 2017, la expansión de la actividad en los últimos cuatro años llegaría a 1,8%. 

A estas alturas, las razones de la mayor desaceleración que ha mostrado la economía están claras: el término de los altos precios de cobre afectó la inversión minera, pero también las reformas impulsadas por la actual administración incidió en las expectativas empresariales. A eso se suma que el sector no minero ha mostrado una desaceleración desde principios de 2016 a la fecha. 

El propio ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, señaló tras conocer que el Índice Mensual de la Actividad Económica (Imacec) de noviembre fue de sólo 0,8%, que las reformas habían impactado en la actividad y enfatizó en la necesidad de "redoblar los esfuerzos para atenuar y ojalá hacer desaparecer ruidos que son completamente innecesarios para que las empresas puedan tomar decisiones". 

En específico apuntó a que "la moción parlamentaria aprobada en la Cámara de Diputados sobre las sanitarias considera cambios sustanciales a las reglas del juego de una industria regulada" y recalcó que "el Gobierno no apoyará temas como los referidos a rentabilidad mínima, entre otros". 

Es más dijo que la incertidumbre regulatoria cuando no es bien estudiada, cuando hay cambios que llevan incertidumbre, es bien dañina".

Todo esto no ha ayudado a mejorar las expectativas de empresarios y consumidores desde sus niveles pesimistas. Si bien, en los últimos meses, estos indicadores han mostrado leves alzas, el escenario de las elecciones presidenciales podría ayudar o empeorar el clima de inversión.

¿Punto de inflexión? 

De concretarse esta senda, también se podría materializar el punto de inflexión, sin embargo, nada de eso está asegurado. De acuerdo al economista de Banco Santander, Gabriel Cestau, "el punto de inflexión llegará de la mano de la recuperación de las confianzas. En la medida en que se materialicen mejores expectativas para los negocios y las familias, el país observará una recuperación del crecimiento". Sin embargo, añadió que "la dinámica actual de la economía chilena nos lleva a proyectar una lenta recuperación". Benjamín Sierra, economista jefe de Scotiabank subrayó que en las condiciones actuales, es difícil esperar que el crecimiento alcance al 3% (tendencial) antes de 2019 y sostener que habrá un punto de inflexión". 

A su turno, la académica de la Universidad Finis Terrae, Luz María Koch, afirmó que "está claro que el próximo año el crecimiento del país será levemente mayor al actual, empujado principalmente por la industria minera". No obstante, acotó que "para hablar de un punto de inflexión se debe tener en cuenta que la tasa de crecimiento de los próximos años estará asociada a las políticas públicas que se implementen para el mediano plazo". 

Mientras que para el académico de la Universidad Gabriela Mistral, Erik Haindl, "si China no tiene una crisis crediticia lo probable es que sea un punto de inflexión en el sentido que el crecimiento de 2017 debería ser más alto que el de 2016". 

Principales riesgos

Los expertos afirman que entre los principales riesgos que podría dañar aún más la economía están los de carácter externos. Entre los cuales menciona lo que pueda suceder con la trayectoria de la tasa de interés en Estados Unidos por parte de la Reserva Federal (Fed) y cómo evolucione la economía China. 

En este punto, Sierra aseveró que "los principales riesgos se refieren a China y el comercio mundial. El primero puede tener un impacto fuerte sobre el precio del cobre, en uno u otro sentido. El segundo puede afectar a otras áreas de nuestra economía". 

Por el lado interno, Sierra puntualizó que "los ruidos siguen siendo los relacionados con las confianzas: la de inversionistas y de consumidores permanecen bastante deterioradas y significan un pesado lastre para un repunte".

Asimismo Cestau acotó que la incertidumbre "tiene su origen en la economía internacional. La evolución de la política monetaria en Estados Unidos podría determinar un mayor costo de financiamiento, lo que a su vez podría ser reforzado ante una revisión a la baja de la calificación crediticia chilena". En el plano interno, el experto agregó que "si las confianzas se mantuvieran en niveles pesimistas, no se produciría la recuperación del producto hacia el potencial". 

 

 

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