Cultura y Espectáculos

Logran reconstruir la muerte de soldado momificado del Museo de Historia Natural de Concepción

El hombre que había combatido en la Guerra del Pacífico, al momento de su muerte tenía entre 33 a 39 años y medía aproximadamente 1.50 metros.

Por: Daniela Salgado 08 de Agosto 2019
Fotografía: Museo de Historia Natural de Concepción

Tras casi un año de diversas pericias, el Museo de Historia Natural de Concepción logró reconstruir las circunstancias de muerte del soldado combatiente de la Guerra del Pacífico (1879-1884) que está resguardado en el recinto.

La investigación realizada por el jefe curatorial del Museo, Eduardo Becker, junto al antropólogo físico, Dr. Educardo Saldías, dio importantes hallazgos gracias a los resultados de los análisis de peritaje balístico, carbono 14 y ADN antiguo.

El primero, realizado por el Laboratorio de Criminalística de Carabineros, Labocar, de Santiago, estableció que el proyectil de calibre 11×53 R, encontrado en el cuerpo de la momia, es compatible con la munición de los fusiles Comblain II o Gras (utilizados tanto el Ejército Chileno como en el peruano).

La presencia del proyectil en el cuerpo, la inexistencia de orificio de salida y la ausencia de compromiso óseo en el trayecto interno del proyectil (flanco izquierdo del abdomen) indicarían que se trató de un disparo a larga distancia superior a 300 m.

Es por eso que Eduardo Saldías, en base al ángulo de entrada del proyectil, se atreve a inferir que el soldado podría haber estado ubicado en un terreno superior al individuo que disparó y que el arma pudo haber estado a 1.40 m sobre el suelo.

El proyectil, en tanto, entró por el flanco izquierdo del abdomen del soldado y se alojó en la vértebra L2, por ende, la víctima también se habría encontrado posiblemente de pie y en posición de disparo.

Por otra parte, los estudios imagenológicos y bioantropológicos centrados en el sistema óseo, permitieron estimar que la edad del soldado al momento de su muerte era entre 33 a 39 años y que su estatura aproximada era de 1,50 metros. A pesar de tener patologías menores y caries en sus dientes, en general, presentaba una buena salud ósea.

Los análisis de Carbono 14 y de ADN antiguo fueron efectuados por la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y gracias a sus resultados se pudo confirmar que el soldado efectivamente vivió en la segunda mitad del siglo XIX y sugieren una correlación genética más cercana con la población chilena.

Eduardo Becker destacó la labor que en esta investigación han jugado las entidades colaboradoras, como el Labocar de Carabineros y la Universidad de Barcelona. “Nosotros como institución no contamos con todos los especialistas o implementos técnicos para este nivel de análisis, sin embargo, las redes de trabajo nos han permitido ampliar el espectro y calidad de las investigaciones desarrolladas en el Museo”.

Aún resta conocer los resultados del análisis de isótopos, que podrían aproximar cuál era la dieta que tuvo a lo largo de su vida este soldado, cuestión que podría entregar más información sobre la macro zona de la cual provenía.

Esta momia llegó como una donación al Museo de Historia Natural de Concepción, aproximadamente, en la década del 20. Según se infirió, a través de una bota que llevaba puesta, se trataría de un soldado chileno muerto en la batalla del Campo de la Alianza (1880), tras lo cual su cuerpo sufrió la consecuente momificación natural producto de las condiciones ambientales.

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