Camila Contreras, idealista y entusiasta en sus palabras, al igual que el nombre de la compañía de danza contemporánea que fundó hace 9 años, siempre está en constante movimiento y trabajando con otros, en redes, “no me imagino sentada en un escritorio muchas horas, por el contrario, el contacto con las personas, con distintas realidades, es lo que me interesa”.
Dentro de sus principales intereses, se encuentran las artes y humanidades, creyendo firmemente “que el contacto con el arte es fundamental para el desarrollo de las personas”.
Sobre la senda y veta artística que decidió seguir, Camila la define como un camino a la vez extenso e intenso, afinidad hacia el lado artístico que partió desde pequeña, “ principalmente el teatro y la danza, en el colegio participaba en varios talleres y actividades. Cuando terminé cuarto medio, no tenía mucha claridad, pero sí me interesaban las humanidades y como no había una escuela formal de teatro o danza, me decidí por literatura y entré a estudiar Pedagogía en Español (no con mucha seguridad), pero en el transcurso me encantó la carrera, luego ejercí como profesora un par de años y, paralelamente, estudié un magíster en literatura y luego el doctorado, mis tesis para ambos postgrados estuvieron vinculadas con las artes escénicas”.
Completando que “durante todos los años de universidad tomé muchos talleres de teatro y danza, hasta que el 2010 formamos con un grupo de amigos Escénica en Movimiento, que hasta el día de hoy, ha sido un pilar fundamental en mi trabajo y desarrollo. En estos momentos, estoy dedicada a la gestión cultural dentro del Centro Cultural Escénica en Movimiento y también en el área de mediación y formación de públicos”.
La profesional reconoce que dentro del círculo más íntimo en el que se desenvuelve, existe una igualdad entre hombres y mujeres, lo que lamentablemente no se replica en las otras disciplinas de las artes, “en la música, por ejemplo, existe una marcada supremacía de lo masculino, también en la literatura, formando círculos de poder y que la sociedad valida. En el caso del teatro y la danza, que son las disciplinas en que me muevo, las mujeres hemos dado un vuelco a estas ideas, buscando la equidad en todas las aristas, visibilizando el trabajo que realizan las artistas y gestoras”.
Profundizando que “creo que el escenario es un poco más favorable en el área artística y cultural, pero de todas formas la desigualdad es algo que también está presente, por ejemplo, si hacemos un recorrido histórico se hace evidente que las oportunidades para el desarrollo artístico de mujeres en otras épocas eran mucho menor, y en la actualidad hay diferencias laborales importantes (sueldos, puestos de trabajo, entre otros)”.
“El arte, en general, nos da la posibilidad de reflexionar sobre distintas problemáticas, y la de género es una de ellas. Nos permite contribuir a que se tome conciencia y se generen acciones para realmente hacer cambios desde pequeños, con niñas y niños con una mentalidad más abierta, con claridad de sus derechos y oportunidades”.
Respecto si ha sentido algún tipo de discriminación o situación incómoda por ser mujer, Camila es enfática al señalar que “ninguna mujer no lo ha sentido, desde pequeñas lo vemos, existe una ‘condición’ que te etiqueta con ciertas obligaciones, deberes e incluso derechos diferenciados para hombres y mujeres, y esto está tan arraigado que muchas veces lo dejamos pasar, porque se vuelve normal y cotidiano”.