Cultura y Espectáculos

Conoce el antes y después de las desaparecidas salas de cine y teatro de Concepción

Durante décadas asistir a las salas de gran volumen e imponente altura era panorama obligado para los habitantes de Concepción. Sin embargo, ciertos cambios convirtieron a estos espacios en puntos olvidados de la ciudad.

Por: César Herrera 29 de Abril 2019
Fotografía: Captura | Proyecto Vermut YouTube

A principios del siglo XX, las salas de cine y teatro abundaban en Concepción. Eran el centro de la entretención local gracias a los grandes espectáculos, películas, conciertos, obras de teatros y revistas que se presentaban en la ciudad.

Estos espacios eran hitos socioculturales dentro de la urbe, gracias a que sus construcciones – de gran volumen y altura – servían como punto en común de la sociedad, convirtiéndose en parte de la identidad y la memoria de los penquistas.

Sin embargo, el paso de los años cambió radicalmente el destino y simbolismo de estos coliseos para la ciudadanía. A su vez, el avance de la tecnología, el desarrollo urbano y la economía, convirtieron a estos espacios en puntos olvidados del Gran Concepción.

Inicios

Los registros e investigaciones apuntan a que el primer edificio destinado al teatro que existió en la ciudad se quemó en 1882. Su nombre era Teatro Galán, el cual estuvo ubicado en calle Freire, entre Anibal Pinto y Caupolicán. De sus inicios poco se conoce.

Tras el siniestro, se decidió levantar en 1885 el Teatro Concepción, edificio que en 1928 pasó a manos de la Universidad de Concepción y que finalmente fue demolido. Una de las partes de su fachada aún puede apreciarse en el ingreso por Barros Arana del Mall del Centro.

Teatro Concepción, espacio ocupado en la actualidad por Mall del Centro | Historia Arquitectónica de Concepción

El arquitecto y administrador de la página Historia Arquitectónica de Concepción, Luis Darmendrail Salvo, explicó que “las antiguas salas de cine de Concepción surgen en un contexto en el cual el cine era un bien de consumo, era parte de la vida cotidiana de las personas, era algo muy valorado por la comunidad”. “Era una expresión cultural que, cuando recién surge, cala hondo en el imaginario colectivo y en la manera de apreciar también todo lo que rodeaba a las personas. Por eso tuvieron una importancia tan grande y por lo mismo proliferaron dentro de los centros urbanos, como en el caso de Concepción, que en vías principales como Barros Arana se instalan varias salas de cine sistemáticamente”, indicó Darmendrail.

A su vez, el profesional señaló que “la arquitectura juega un papel fundamental dentro de la construcción de estas salas, ya que no eran edificios cualquiera, esos edificios tenían que demostrar algún tipo de impronta arquitectónica, un lenguaje, una propuesta diferente, cada vez más grandes, más modernas y más acogedoras, transformando al cine en una experiencia”, detalló.

Auge

Así, comenzaron a proliferar las primeras salas en la capital de la Región del Bío Bío, las que – como ya se mencionó – eran utilizadas tanto para eventos, presentaciones de obras teatrales, como también para la proyección de películas. “Ya en la década del “30 podemos encontrar la aparición de los primeros teatros modernos. A finales de la década del “20, aparece el teatro Rialto, en calle Anibal Pinto, un antecesor a este tipo de cines. Pero en la década del “30 aparecen edificios como el Central en el “35 (actual teatro UdeC), estaban los teatros Roxy e Ideal, construidos ambos en el año “38, y todos tenían en común este ideario de una arquitectura mucho más moderna, con hormigón armado, con grandes salones, con foyer de grandes dimensiones, que generen una buena acogida a los espectadores, y también incorporaron nuevas tecnologías, en el tema acústico por ejemplo”. “Hay que comprender que es la masificación del cine sonoro, por lo tanto, hay efectivamente una innovación tecnológica que repercute también en la arquitectura para potenciar la sensación de un espacio acogedor y también, técnicamente, de gran calidad”, manifestó Darmendrail.

“En la década del “40, después del terremoto de 1939, los cines adquieren mayor importancia, lo que se nota en espacios que estaban dentro de edificios de departamentos y galerías comerciales, como en el caso del cine Cervantes en la galería Irázabal, o el cine Lux, o posteriormente el cine Windsor, que son cines que reflejaron otro tipo de arquitectura”, aseveró el arquitecto, quien añadió que, “de ese modo, en la década del “50 nacen nuevos lenguajes en el cine, y después del terremoto del “60 se modernizan las salas con los últimos bastiones del cine local, como el cine Lido, Regina y el Romano, todas obras insertas en edificios comerciales y al mismo tiempo de departamentos, todo en un ideario moderno, de fusionar funciones, de que exista una comunicación adentro de la ciudad”, apuntó el experto en arquitectura penquista.

Caída y presente

“Hoy en día, estas obras arquitectónicas en su gran mayoría han sido demolidas, como por ejemplo el teatro Roxy o el teatro Lux. En otros casos, sus usos han cambiado como en el caso del cine Cervantes, hoy un “ciber”, y también otras obras como por ejemplo el cine Regina que hoy es el centro de eventos del hotel El Dorado o el cine Romano que ahora es un centro de eventos. También todo eso pasó por la debacle del cine, la llegada de la televisión, la llegada de otros medios de comunicación más atractivos y cómodos quizás para los espectadores. Todo eso trajo consigo un cambio de apreciación. El cine dejó de ser un bien de consumo y tampoco generaba esa sensación de apreciar también la ciudad, porque de algún modo la gente se estancó, en medio de una nueva modalidad del sistema económico, de la manera de poder apreciar la ciudad. Ya la gente no se desplazaba a los centros urbanos como sí lo hacía hace 70 u 80 años, cambia completamente la visión del centro. Los cines ya no eran algo atractivo, muchos de ellos pasaron a ser cines porno, o simplemente quedaron abandonados, como por ejemplo el cine Plaza, que está en la galería Ramos, antiguamente cine Alcazar“, reveló Darmendrail.

Bajo este marco, “hoy en día tenemos una nueva manifestación diferente, que son por ejemplo los cine multisala de los malls, lo que es debatible porque finalmente son salas dentro de un gran edificio comercial, y ya no tienen esa arquitectura o esa impronta, con un lenguaje propio, con una independencia de estilo, todo pasa a ser más bien estandarizado y monótono desde un punto de vista arquitectónico”, sentenció el creador de Historia Arquitectónica de Concepción

¿Qué fue de las rimbombantes salas de cine y teatro de Concepción?

En la actualidad gran parte de las salas de teatro y cine que inundaron de glamorosos panoramas a la Región del Bío Bío cerraron sus puertas, ya sea por demolición o por el cambio de uso de sus espacios.

A continuación compartimos algunos de los coliseos más icónicos durante el siglo XX en Concepción.

Cine Lux, hoy edificio en demolición | Captura Proyecto Vermut

Teatro Concepción, hoy Mall del Centro | Captura Proyecto Vermut

Cine Cervantes, hoy tienda comercial | Captura Proyecto Vermut

Teatro Astor, hoy Club Havanna | Captura Proyecto Vermut

Cine Rex, hoy Vega El Esfuerzo | Captura Proyecto Vermut

Cine Romano, Hoy sala de eventos | Captura Proyecto Vermut

Cine Regina , hoy salón de eventos del hotel El Dorado | Captura Proyecto Vermut

Cine Plaza – Alcazar, hoy sala cerrada | Captura Proyecto Vermut

Cine Lido, hoy Sala Dos | Captura Proyecto Vermut

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