Cultura y Espectáculos

Lebu se acerca a los Oscar con los cortometrajes nominados a mejor animación e Imagen real

Por cuarto año consecutivo, la reciente versión de CineLebu mostró los diez cortos nominados gracias a su alianza con Ampas. El nivel, como usual, es altísimo.

Por: Esteban Andaur 23 de Febrero 2019
Fotografía: Cedida

Animación

Bao

Viendo el filme de Pixar por segunda vez, mis sentimientos permanecieron igual: Bao (2018) me conmovió profundamente otra vez, y provee un placer visual idiosincrásico. La joven directora Domee Shi consigue transmitir las alegrías y el desgaste de una madre mientras su hijo crece, y cómo las cosas se complican cuando empieza a interactuar más y más con el mundo exterior, y el hijo amenaza a la madre con no continuar con las tradiciones familiares.

El diseño de todos los personajes incluye cabezas del tamaño de un dumpling enorme, ¿o tendrán cuerpos pequeñitos? Parecen juguetes adorables, algo muy Disney, por lo demás. Bao es una experiencia edificante para todas las generaciones que la visionen, y es la principal razón por la que Los Increíbles 2 me gustó tanto.

Late Afternoon

Este corto aborda de una manera muy original la enfermedad de Alzheimer. Late Afternoon (2017) tiene de protagonista a una anciana que, sentada en un sillón, ve pasar el día mientras una joven mujer la atiende. De los mínimos estímulos que recibe aquella tarde, como una taza de té, recuerda períodos importantes de su vida, ve los años pasar en su mente, pero queda perpleja, pues no sabe de dónde vienen tantas imágenes y conexiones con gente que apenas conoce.

El corto irlandés dirigido Louise Bagnall está animado en 2D, y los trazos simples y los profusos colores saturados, nos dan la ilusión de que, tanto en la mente de la abuela como en el mundo físico, los personajes flotan en una sola dimensión unidos por el amor. Parece un corto de fantasía, cuando lo que hace es retratar la cotidianeidad de los pacientes de Alzheimer con imaginación y honestidad.

Animal Behaviour

Los animales antropomórficos son a menudo la perfecta sátira de la condición humana, y Animal Behaviour (2018), de David Fine y Alison Snowden, adhiere a la tendencia de una forma muy inventiva. Un perro es un psiquiatra que conduce una sesión de terapia en grupo. Los pacientes frecuentes son una sanguijuela, una mantis, un gato, un chancho y un pájaro. Todos tienen trastornos mentales y no muestran el menor interés en salir adelante; pero otro paciente, un gorila iracundo, entra de súbito a la consulta, y su cinismo se apodera de la sesión.

Los trazos son gruesos en esta animación en 2D de Canadá, y el sentido del humor ácido, junto con los desarrollos de la historia, sugieren un excelente piloto para una serie de televisión subversiva. Sería un futuro genial para el corto, tiene mucho potencial. No obstante, como trabajo unitario funciona excelentemente: es graciosísimo, los dibujos desprolijos son cautivantes, y cuando los animales son provocados al máximo y ya no pueden con su civilidad, revelan cuán animales son de verdad. Al igual que lo harían los seres humanos.

Weekends

Esta es una historia universal, pero que está contada de una forma bastante expresiva. ¿Qué significa que la madre del niño, que es el protagonista de Weekends (2017) use un cuello ortopédico incluso cuando su novio abusivo ya la ha abandonado? ¿Acaso es un símbolo de lo profundas que son las heridas físicas en el espíritu? Probablemente, sea lo que el director Trevor Jiménez quiera que pensemos; mas lo interesante son las muchas lecturas que uno le pueda dar al corto.

El niño está en medio de sus padres, figurativamente, como lo indican los elocuentes fotogramas. Se han divorciado y pasa los fines de semana con su padre en un departamento, donde comen comida chatarra, ven películas, etc.; los típicos fines de semana de ocio, fuera del hogar, que vienen con el divorcio. El tiempo pasa y el padre encuentra pareja: el distanciamiento entre padre e hijo es tan obvio como triste. La realidad se mezcla con imágenes oníricas, y con el mejor uso narrativo que he visto de <<Money for Nothing>> de Dire Straits.

Weekends transcurre en los 80, en Toronto, y los fotogramas suelen perder más color a medida que avanza el relato. Es un honesto retrato de la vida de un niño después del divorcio y su incapacidad de asimilar lo que acontece a su alrededor.

One Small Step

Este corto animado en 3D me recordó mucho a El primer hombre en la Luna. Es sobre un padre y su hija; son chinos americanos. Él es zapatero, ella sueña con llegar a la Luna (el nombre de la niña es Luna, para variar). Su padre trata de impulsarla en conseguir sus anhelos a través de su trabajo, le fabrica zapatos específicos para cada una de sus actividades; pero sus favoritas son las botas de astronauta que le hizo cuando era niña, y con las solía jugar.

One Small Step (2018) es hermoso, muy cercano a lo que hace Pixar, pero me habría gustado que la historia fuera un poco más novedosa. Los desarrollos son cliché, y si no fuera por la fuerza de las imágenes, por la ternura de la historia y ese final poético (como El primer hombre), el corto no encontraría su centro de gravedad. Mas es efectivo en conmovernos.

Imagen real

Madre

Viendo Madre (2017) de Rodrigo Sorogoyen por segunda vez ahora (ganó el año pasado en CineLebu), mis sentimientos al respecto siguen igual. Ahora sé que ésta es la primera parte de un largometraje homónimo que está preparando Sorogoyen, entiendo el final cruel y gratuito: no es un final. Sin embargo, tengo que evaluar la pieza en su individualidad, y recordando lo que percibí en Lebu, admiré la técnica y la ejecución, mas permanece insatisfactorio para mí.

El plano secuencia que es la historia completa, es impecable en fotografía, montaje, diseño de producción, iluminación. Y para qué hablar de las actrices y el guion. Una madre está en su departamento con su propia madre, cuando la primera recibe una llamada de su ex, pero quien está al otro lado es su hijo de seis años. En la conversación, la mujer cae en la cuenta de que el pequeño se encuentra solo en una playa desierta, y los peligros más inimaginables amenazan con hacerse realidad. La fluidez de la experiencia es visceral (o sea, Cuarón estaría orgulloso), pero este thriller sin sangre es vacuo; por supuesto que depende de un desarrollo mayor para adquirir sustancia.

El corto no es perfecto, aunque está muy bien, y espero que la película sea genial.

Fauve

Dos amigos marginales emprenden un juego peligroso, donde ambos se ponen trampas mutuamente para ver quién gana primero. Es el juego pueril y nimio que todos hemos jugado alguna vez cuando éramos más pequeños. En medio de las bromas, las advertencias de peligros lejanos no son verosímiles, el juego debe proseguir; pero los niños de Fauve (2018) cruzan el límite, y sus acciones les pasan la cuenta.

A través de un estilo directo y sencillo, el director Jérémy Comte nos permite empatizar con estos muchachos y, como ellos, nosotros tampoco podemos vislumbrar cuán grave será el peligro que los espera más adelante. El porqué de que los niños sean vagabundos nunca es establecido; lo que se prioriza es la poesía, no las razones, situándonos en la experiencia de un par de criaturas silvestres, antes del sacrificio que los podrá devolver a la civilización.

Marguerite

Éste es mi corto favorito. En Marguerite (2017), de la directora Marianne Farley, el personaje del título es una anciana que padece de diabetes, y está en sus últimos días. Disfruta de la compañía de su cuidadora, Rachel, todos los días, quien la asiste en todos sus quehaceres personales y domésticos, y cura sus heridas. Marguerite se entera un día de que la cuidadora es lesbiana, lo cual desencadena que revise episodios de su vida que había tratado de olvidar.

La canadiense Marguerite es mi corto favorito en imagen real y espero que gane. Además, es la que suena más fuerte en la categoría.

Marguerite es un corto impredecible. La dirección de Farley es sofisticada, con palabras simples y suma austeridad visual, incluyendo certeros fotogramas negros en las transiciones. Ella saca lo mejor de sus actrices Béatrice Picard y Sandrine Bisson en esta historia de las generaciones que se quedaron en el clóset. Pese a que Marguerite ha guardado tanto dolor para sí misma toda su vida, Rachel la escucha y la sostiene. Un beso fraterno puede ser el acto más compasivo de un ser humano a otro, y, asimismo, el regalo más sanador de una curandera.

Detainment

Robbie y Jon son dos amigos de diez años cada uno. Han hecho la cimarra y están en un mall causando desmanes y robando, y encuentran a un infante de dos años, James Bulger, afuera de una tienda; Jon lo agarra de un brazo y se lo lleva, y los tres dan un largo paseo por la ciudad. Bulger aparece muerto a los días, y Robbie y Jon son detenidos por la policía y llevados a confesar el secuestro, la tortura y el asesinato del bebé. Esto pasó de verdad en Irlanda en 1993, y remeció al mundo. Detainment (2018) de Vincent Lambe está basado en transcripciones y grabaciones de los interrogatorios a los dos niños.

De vez en cuando, vemos la cinta con los audios siendo reproducida; vemos parte de los hechos en flashbacks, mientras los menores los describen, aunque dejando fuera los detalles más gráficos. Lambe nos indica en un texto que hubo ciertos actos de violencia en contra de Bulger que son tan perturbadores que nunca han sido divulgados y fueron omitidos del juicio. Detainment nos deja con muchas preguntas. Si dos niños son capaces de un mal tan profundo y primitivo, ¿cómo se les puede juzgar? Si disfrutaron del daño que le causaron a otro ser humano, ¿cuánto de humanidad hay en ellos? ¿Lo omitido del juicio influyó en la decisión de encarcelarlos? ¿Cuánto mal puede soportar el sistema para aplicar la justicia apropiada?

Los padres de los asesinos sufren; me compadecí de los primeros, por los segundos fue mucho más difícil, y me pregunto si será posible conmiserarse por ellos. Son psicópatas, por lo que no hay lección que aprender aquí, no hay crecimiento, no hay drama; el enfoque del corto es expositivo, casi clínico, y es el correcto. Los niños actores que interpretan a los asesinos son brillantes y terroríficas, sirviendo el propósito de Lambe de iluminar al espectador sobre comportamientos aberrantes y el sistema judicial. Esto es material de pesadillas.

Skin

Un padre le corta el pelo a su hijo en la primera escena de Skin (2018) de Guy Nattiv. El pequeño es amado por sus padres, se divierten, y todo estaría bien si no fueran una familia de skinheads. El corto de Guy Nattiv estudia el efecto que el racismo y la xenofobia tiene en los niños, a través de la observación, imitación y violencia reactiva. Sin embargo, los protagonistas son los adultos (ir)responsables de sus hijos.

El corto Skin habla de una familia de skinheads y asuntos de raza en EE.UU. Es controvertido e inteligente, y popular entre el público.

La historia expone y ataca con ingenio el peso irracional que la gente, históricamente, le ha dado al color de la piel, y exhibe la vacuidad de la venganza. Temí por la vida de los niños durante todo el filme, ya fuera por los peligros que enfrentaran de parte de pandillas blancas o afroamericanas, y sobre todo en sus propios hogares.

Jonathan Tucker es intimidante como el padre skin, ama a su hijo, mas lo pone en riesgo con su comportamiento volátil, sus extremas formas de entretención y valores retorcidos; y el arco de su personaje es impredecible y chocante. Encima, el filme se atreve a reconfigurar el concepto de <<blackface.>>

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