Cultura y Espectáculos

La compleja y difícil sobrevivencia de iniciativas culturales privadas

Son varios los ejemplos de espacios que no han perdurado con el tiempo, pese a lo bueno de sus propuestas, siendo el financiamiento la principal barrera que sortear. La tenacidad y amor por el arte han logrado que pocos sigan funcionando.

Por: Mauricio Maldonado 11 de Noviembre 2018
Fotografía: Andrés Oreña P.

El anuncio a comienzos de semana del cierre inminente del Museo Stom, noticia dada por su propio dueño Tomás Stom a través de redes sociales y que justo dentro de este mes cumple tres décadas, puso en la palestra lo difícil y complejo de llevar adelante iniciativas culturales por parte de privados. “En este trabajo, el principal problema es conseguir auspicio, por ejemplo para realizar un catálogo que registre cada exposición. De hecho en la actualidad solo lo hacemos para las muestras que celebran los aniversarios de la sala. Los recursos están concentrados en la capital de preferencia y no existe mayor interés en fomentar las artes en regiones”, comentó Carmen Azócar, dueña de la galería de arte El Caballo Verde, que a principios de mes también estuvo de aniversario cumpliendo 33 años de vida.

Esta misma senda es la que ha seguido la Galería de los Ocho, que con más de una década de trayectoria, el poder mantenerse en el tiempo es un tema con el cual luchan de forma permanente. “El financiamiento es un tema complejo que vemos mes. Más en detalle, la galería se financia con aportes mensuales de cada uno de los integrantes, y con porcentaje de las ventas que se realizan. No contamos con aportes externos ni estatales ni privados, nos tenemos que ordenar y exigir financiamiento para ir subsistiendo y manteniendo el espacio abierto. Una tarea no menor si consideramos que cada mes inauguramos muestras nuevas”, manifestó Rodrigo Burgos, artistas visual y director de la Galería de los Ocho.

Palabras a las que profundizó que “nuestra galería es una galería atípica, está compuesta por quienes exponen, por lo que a diferencia de otros espacios no hay una gerencia ni un aparataje complejo desde el punto de vista administrativo, todo se conversa, se generan consensos, por lo que se hace más fácil tanto su gestión como nuestra convivencia. Dentro de las dificultades, está siempre el componente económico, de poder generar ventas, hoy en día no es prioridad el arte. Otra dificultad que vemos, es que se podría genera un calendario consensuado con el resto de los espacios expositivos para no tener un mismo día dos o tras inauguraciones, que nos agrupemos y como asociación poder tener más voz en nuestro discurso cultural”.

Buenos, pero poco sustentables

Si bien, pese a las dificultades, principalmente, económicas que deben enfrentar ambos espacios, han sido perseverantes y tenaces, impulsados por el amor y la pasión por el arte, en seguir alimentando el ambiente cultural de la ciudad. Sin embargo, son muchos los espacios que se han quedado en el camino, que pese a ser ideas novedosas y rupturistas, no han prosperado, principalmente, por su financiamiento y a una dedicación en un cien por ciento.

“Cerramos debido a la falta, tanto económico como de contenidos. Las personas rehúsan gastar en bienes culturales, lo que hace imposible mantener un espacio libre de fondos concursables. Al no tener ingresos, no se puede contratar a un equipo de trabajo con dedicación exclusiva, que es lo que necesita un proyecto de ese tipo para diversificar sus formas de financiamiento, sus metodologías de trabajo y su programación”, comentó Rosa Valdivia, artista visual y gestora cultura creadora de Zaguán Arte&Libros, espacio que el 2017 tras tres años de funcionamiento cerró sus puertas.

Situación a la que redondeó que el cierre se produjo, en lo fundamental, “a la falta de un equipo de trabajo contratado con dedicación exclusiva, la falta de conocimiento del sistema tributario, el nulo acceso a softwares de gestión y administración”.

Poco sustentable y una mantención que cada vez se tornaba más cuesta arriba, fue lo que gatillo que Del Aire Artería bajara sus cortinas hace un par de años. Una iniciativa comandada por la actriz Valentina Durán y la artista visual Constanza Green, que fue epicentro de importantes acontecimientos culturales de diferente índole. “Creo que la principal dificultad de llevar adelante espacios de este tipo es el pago de arriendo en un lugar que cumpla con las condiciones adecuadas y la mantención, además de que no hay ningún descuento en el impuesto a la venta de obras de arte. Se podría realizar una iniciativa así contando con un espacio”, confesó Durán.

Un caso más reciente en esta línea, es lo acontecido con Espacio de Arte Labbé, el cual creado el 2016 por Carmen González Labbé y Marianela Concha debió cerrar sus puertas hace unas semanas.

Razones familiares, fundamentalmente, detonaron en un fin sin vuelta atrás. “Espacio de Arte Labbé, es un proyecto que se instaló en una casa muy especial, cuya data del año 1953 y en que vivió su niñez y juventud Carmen González Labbé junto a sus padres. El sueño llega a su fin por cosas del destino tal vez. La casa debe ser vendida en conjunto con la casa de al lado, también familiar de Carmen. Allí, ya no vive nadie, razón por la cual, sus herederos la venden. Estas casas, unidas por la estructura del alcantarillado como solía ocurrir antiguamente, deben irse juntas, separarlas implica un gasto imposible”, detalló Concha.

Completando y en línea con lo expuesto por Valdivia, que llevar un espacio dedicado al arte “requiere una dedicación de tiempo completo. Si pensamos en hacer algo bien hecho, cubriendo todos los aspectos que requiere una buena gestión, ya sea difusión en los medios y redes como la mantención de la infraestructura, el financiamiento es vital. Además, contar con un equipo curatorial, también es primordial. Contactar a los artistas cuya obra se quiere difundir con una propuesta interesante, incluso sin importar que esté o no en el circuito comercial. Es decir, el financiamiento es la cabeza del proyecto, sin ello no puede concretarse nada. Es lamentable, pero es así. Para armar y contar con un buen equipo de trabajo, se necesita financiación y no siempre es una alternativa postular a fondos estatales, pues ello requiere un tiempo de formulación y dedicación que no siempre se tiene”.

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