Ante poco más de 12 mil asistentes, el cantautor cubano demostró su vigencia sobre los escenarios, en un show correcto a nivel general, con sus canciones más famosas. Un regreso a tierras penquistas que dejó con gusto a poco a sus fanáticos, ya que faltó mayor interacción con los asistentes y apenas superó por poco las 2 horas de duración.
Tuvieron que pasar 26 años para que Silvio Rodríguez se reencontrara con el público penquista. Reencuentro que se concretó a eso de las 21.15 horas del viernes, en un estadio Ester Roa en su mediana capacidad, es decir, el sector de galería agotado, mientras que los asientos dispuestos en cancha con varios vacíos.
En el recuento, un poco más de 12 mil asistentes se acercaron a disfrutar y recordar los éxitos del cubano al reducto ubicado en Collao. En este sentido, fue espectáculo que traspasó generaciones, con padres e hijos entusiastas de poder escuchar al ídolo de la llamada “canción de protesta” en la capital regional.
Aunque la gran cantidad de vehículos previo al inicio del concierto, hicieron pensar en un momento que colapsarían las vías de acceso, no fue así. Por el contrario, las personas ingresaron con calma y de forma expedita a los distintos sectores dispuestos en el estadio, lo mismo que las personas con discapacidad y movilidad reducida.
En cuanto al espectáculo en sí, fue un show correcto y preciso que se extendió por poco más de dos horas, que dejó en claro que el sonido y la voz del intérprete de “Unicornio” están impecables a sus 71 años de edad. “Yo te quiero libre” marcó la partida de un bloque dedicado a la mujer, como él mismo cantautor mencionó, además de señalar el aniversario número 468 de Concepción cuando se dirigió a los asistentes en el comienzo de su presentación.
Tras cerca de una hora de concierto, el cubano invitó al escenario a una persona que le había escrito una carta y que quería compartir una canción con el público, momento que aprovechó para hacer un pequeño break. Un tema por cierto marcado por el recuerdo y a modo de testimonio de lo ocurrido durante el tiempo de Dictadura.
Ya de regreso, con guitarra en mano y acompañado de sus siete músicos, Rodríguez interpretó un tema inédito dentro de su larga discografía, el cual sólo había tocado en la década de los setenta en una radio francesa, llamado “Canción contra la decisión”. De ahí en adelante se fueron desprendiendo algunos de sus grandes éxitos como “Quién fuera, “Santiago de Chile”, “La Maza”, “Ojalá”, esta última una de las más aplaudidas y coreadas de la jornada.
Un reencuentro en general correcto y de poca interacción con los asistentes, ausente de consignas políticas y que dejó una sensación de gusto a poco entre los asistentes, quienes pensaron a lo mejor que el cubano se explayaría con discursos y regalaría un show más generoso, como los de antaño que alcanzaban las casi tres horas. Quizás sus siete décadas sí le pesan. Un poco.
Isidoro Valenzuela M.
Isidoro Valenzuela M.