El otrora presidente de la Corporación Cultural Teatro Biobío habló sobre su llegada a la corporación, y sobre la producción indicó que “hay que ver si existen recursos, ya que los plazos están encima”.
Si bien siguió los pasos normales y respectivos de la postulación a un trabajo, guardando siempre la esperanza de poder obtener el puesto, hasta el momento de la conversación continuaba gratamente sorprendido. “De forma sorpresiva para mí, me llamó el rector para decirme que era la persona seleccionada”, comenta Mario Cabrera Delgado, nuevo gerente de la Corporación Cultural Universidad de Concepción (Corcudec).
Sentado frente a un amplio escritorio cubierto de papeles, Cabrera es consciente de la importancia de este puesto y todo lo que implica la actividad de la Orquesta Sinfónica UdeC, pilar fundamental de Corcudec.
“Me llena de orgullo este cargo, tanto por el prestigio de la corporación y obviamente de la UdeC, un sello que traspasa las fronteras incluso nacionales. Agradecido de las nuevas autoridades por haber depositado la confianza en mí y estoy con todas las ganas, y pondré toda mi experiencia en este puesto de tanta relevancia”, afirmó.
En este sentido, más allá de haber sido el presidente de la Corporación Cultural del Teatro Biobío y presidente del directorio de Fundación Cepas (cargo que aún ocupa, ya que está en proceso de consulta si lo deja o no), Cabrera ha sido cercano a las artes y la cultura incluso antes de su formación como comunicador audiovisual.
“Las artes en general es un tema que ha atravesado mi vida personal y profesional. No soy músico, pero soy melómano, lo que ayuda un poco a entender lo que es la música docta. Lo otro, y a modo de anécdota, Pedro Millar fue mi profesor cuando estudié Comunicación Audiovisual. Con él aprendí a escuchar música clásica a fines de los ochenta. Tengo una relación con las artes en general bastante cercana, leo bastante, escucho mucha música y también escribo. De alguna manera, mi perfil profesional siempre fue hacia las artes y la cultura”, señaló.
La nueva autoridad hizo hincapié en desligarse del Teatro Biobío antes de arribar a Corcudec, pese a no contradecir los estatutos de ambas entidades. “Me pareció pertinente dejar ese cargo, hay que estar con una suerte de transparencia total en los procesos que se dan y me parecía que era poco oportuno y pertinente el estar a la cabeza de los dos teatros que hay en la ciudad”.
Aunque la programación general de la Corcudec ya está configurada para lo que queda del año -temporada sinfónica y de cámara 2018, además del ciclo de los Lunes Cinematográficos- queda por definir algunos espectáculos que no quedaron cerrados por la anterior administración, entre esos la temporada lírica.
“El cambio de autoridades a esta altura del año, en cualquier administración, es algo complejo. Se supone que uno espera que la administración anterior haya hecho el trabajo serio de proyectar el año siguiente y, cuando está hecha de buena manera, la programación es como media inamovible. Pero, sin duda, hay que hacer un estudio detenido de eso, ya que está asociado a costos si esa proyección tuvo el respaldo financiero para poder levantarse y eso lo acordaremos con el directorio nuevo. Sé que hay desafíos, tenemos que analizar el tema de la ópera y de algunas otras obras que quedaron programadas, pero que no están cerradas”, expresó el gerente de Corcudec.
A lo que completó que “esto último -ópera- se tiene que revisar. Por la administración anterior sólo quedó programada, tengo que revisar si hay recursos y si es factible, ya que los plazos están encima”.