Cultura y Espectáculos

Una potente y efectiva fórmula que apela al bolsillo de los fans

El financiamiento es una de las grandes debilidades que muchos proyectos culturales y artísticos han tenido como piedra de tope para poder concretarse. Esta plataforma o herramienta web se ha convertido estos últimos años en una gran alternativa para salvar esta constante carencia.

Por: Mauricio Maldonado 10 de Junio 2018
Fotografía: Ilustración Andrés Oreña P.

Si bien a nivel internacional es una fórmula que se viene probando y utilizando desde hace muchos años, recién el 2013 hay registros a nivel nacional de que se comenzaran a financiar proyectos a través de esta vía. Al parecer, el crowdfunding lejos de pasar de moda, es un camino interesante y factible de tomar en razón de la escasez de recursos para financiar proyectos de distinta índole. En el terreno en particular de la cultura, diferentes son quienes han optado por acudir a esta alternativa para reunir dinero para concretar sus ideas a cambio de “recompensas” para quienes deseen aportar a la causa.

En la música, son variados los ejemplos que se han capitalizado gracias a la ayuda de los fanáticos y también no tan fanáticos. La banda penquista De Saloon el año 2014 logró la grabación de su sexto álbum, “Mar de Nubes”, apelando a los seguidores de su música. Es así como se contactaron con el sitio internacional Idea.me, plataforma donde diversos proyectos se promocionan para que los usuarios formen parte de ellos a través de un aporte en dinero. La suma a recaudar es fijada por los artistas analizando sus gastos. De no lograrse la meta, el dinero es regresado a las personas.

“Parahacer proyectos el dinero siempre es poco, por lo que hay que buscar otras maneras de financiar. El Estado no puede abarcar todo, lo mismo ocurre con los municipios, por lo que el crowdfunding es un modo creativo de poder entusiasmar y seducir al público, y se ha comprobado que ha dado buenos resultados”, acotó Rodrigo Pincheira, reconocido y experimentado periodista especializado en música.

Pincheira hace hincapié en que para que este tipo de fórmula resulte es importante y ser inteligente en ofrecer un producto atractivo, “yo mismo he participado y colaborado de algunas iniciativas que tienen que ver con grabación de discos de músicos conocidos, con la posibilidad de recibir la copia del álbum o asistir al lanzamiento del nuevo material. También, lo interesante de esto es que rompe de algún modo los sistemas de distribución y venta de la música, porque permite un acercamiento más directo con el propio artista. El crowdfunding se enmarca en un contexto mayor, y que tiene relación con las formas de autoproducción, de autogeneración, de tener tu propio sello discográfico, y que permiten una cosa más humana no tan fría comercial e industrial”.

En la misma línea musical, pero de una manera más especializada y dirigida, por estos días y hasta mediados de mes, el saxofonista de jazz, Ignacio González, está realizando una campaña para reunir fondos para viajar a Nueva York -ciudad a la que viajó en junio de 2015 para capacitarse como director de orquestas juveniles en el Jazz at Lincoln Center- y trae material para la Big Band Jazz de Concepción, agrupación de la cual él es su director musical. “Es poco dinero, por lo mismo, se lo he planteado a pocas personas, más bien se ha tratado de algo sumamente dirigido. Iniciativa con la que pretendo traer unos arreglos específicamente creados para ellos. Me reuniré con un director de big bands de allá -Chris Byars- que es conocido en todo el mundo, además voy a pasar donde un señor que hace boquillas para saxofones, como para unificar este tema entre los jóvenes músicos. Si bien ellos tienen, éstas no poseen el sonido de jazz que buscamos como banda”, afirmó el músico.

Para González esta receta o manera de obtener dinero apelando directamente a las personas, es algo “muy parecido a lo que era el mecenazgo antiguo, lo que me parece una herramienta súper potente. En este caso en particular, es en beneficio de unos chicos que de alguna manera tienen un acceso precario a la cultura, una iniciativa loable y que también repercutirá en el entorno, en mejorar de alguna manera nuestra sociedad. Es una fórmula que acerca a la gente con los artistas, los fideliza, me parece algo totalmente interesante, se logra juntar gente entorno a una idea”.

En otras artes

Más allá de la música, hace poco las artes escénicas locales dieron un buen ejemplo que el crowdfunding también es posible en otras áreas de la cultura. Es así como en marzo, la compañía Teatrhoy comenzó una campaña para reunir fondos para concretar el montaje “Campo de batalla. Las ruinas de Estocolmo”, gatillado por lo ambiguo de esperar los resultados de los fondart, principal vía pública de financiamiento para proyectos artístico culturales.

Gentileza Cristóbal Barrientos.

“Recurrimos a esto porque nos encontrábamos con el proyecto hecho y el equipo estaba conformado, por lo que entre postular a un fondart, esperar que se abran, hacer un montón de gestiones que puede que resulten o no, se está como en ascuas, nosotros sabíamos que queríamos hacer la obra sí o sí y hacerla este primer semestre. Necesitábamos trabajar pronto y también el fondart implica tener que, nuevamente, contar lo que tú has hecho, certificándolo en palabras, al contrario de la comunidad que te ha visto trabajar por años y confía en lo que haces, es mucho más simple. Esa gente es la que finalmente nos apoyó”, explicó Valentina Durán, actriz y directora del montaje.

Añadiendo que “nos dio resultado y nos acotamos a un montón de cosas que podrían ser mucho mejores, por ejemplo, todos estamos trabajando sin sueldo, pero sí podemos hacer esta obra que queremos. Recomiendo quedarse instalados en esta plataforma para poder después cruzar los aportes, que sea algo que se use como un hábito. Por ejemplo, un mes apoyar a dos proyectos o algo así”.

Por otra parte, en el área de las artes visuales también se puede dar de ejemplo el apoyo directo de la gente al proyecto de Cristian Reinas “Campo II: Desplazamiento de tierra”, el cual se pudo finalizar gracias a un pequeño crowdfunding levantado por el artista vía redes sociales. “Es una estrategia que internet tiene súper a la mano, hay varias iniciativas dentro de Conce que se han financiado así, pero lo mío fue mucho más express y para cosas puntuales, cubriendo los ítems como imprevistos que van surgiendo dentro de los proyectos, resultó bien dentro de un círculo muy cercano de contactos”, expresó.

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