Cultura y Espectáculos

Teatro Regional del Biobío: un largo y esperado sueño que al fin se volvió una realidad

Una lucha donde tomaron parte varias generaciones, de artistas y gestores cul-turales, permitió la construcción del espacio. Ahora, el desafío es mantenerlo.

Por: Ricardo Cárcamo 27 de Mayo 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Desde el incendio que afectó al antiguo Teatro Concepción -ubicado en la esquina de Barros Arana con Ongolmo, donde hoy está el Mall del Centro-, que la ciudad no tenía un recinto acorde a su gran actividad artístico-cultural. Si bien el Teatro UdeC es escenario de diferentes disciplinas cada temporada, para la comunidad contar con un espacio similar al siniestrado en 1973 era una deuda pendiente.

Tras años de gestiones, en los ‘90 surgió el proyecto del Teatro Pencopolitano, con un diseño de Borja Huidobro e impulsado por una corporación del mismo nombre. Un fuego que se fue agotando, hasta que en la década del 2000 tomó nueva fuerza. En el periodo de Ricardo Lagos (2000-2006) fue incluido en una lista de proyectos Bicentenario, pero no pasó nada. En 2008, se hicieron las primeras presentaciones de una propuesta que mantenía el espíritu del Pencopolitano, pero con nuevas ideas.

En 2011, llegó el primer paso concreto: el Presidente Piñera mencionó el proyecto en su discurso del 21 de mayo, y cuatro días después se estableció un convenio para su construcción.

Recursos e inauguración

La primera proyección fijaba la inauguración para fines de 2013. Sin embargo, antes había que concretar un paso esencial, como lo era obtener los recursos para su construcción. Entre marzo y abril de 2013, se llevaron a cabo la votación en el Core, que aportaría la parte más importante del dinero (más de .400 millones).

En este proceso, debido a abstenciones y negativas iniciales del Consejo, hubo un fuerte involucramiento ciudadano, con campañas vía redes sociales y asistencia a las sesiones de votación para presionar por la aprobación, la que finalmente llegó el martes 9 de abril de 2013.

En el camino, hubo otro inconveniente que sortear: la empresa Serinco, que se había adjudicado la licitación, renunció al proyecto en enero de 2015.  Se le ofreció el trabajo a Echeverría Izquierdo, que fue la segunda oferente en el proceso. El costo total alcanzaría los .248 millones.

Tras el cambio de empresa, todo fue dentro de lo estipulado. Junto con armarse el equipo del espacio, con Francisca Peró a la cabeza como directora ejecutiva, este año se consiguió otro logro importantísimo: se incluyó en la glosa de instituciones culturales que reciben aportes directos del Gobierno, asegurando -de no mediar ningún problema- más de millones anuales para su administración. Y aunque en su inauguración, el pasado 7 de marzo, para muchos no estuvo presente el espíritu ni tampoco varias personas que fueron esenciales en esta lucha de décadas, sí pudo terminar un sueño que apuntó por años a ser una pesadilla.

Un sueño donde Diario Concepción tomó un rol protagónico, poniendo el tema sobre la mesa en 2008, apoyando la campaña para la aprobación de los recursos en 2013 y ahora, tras su apertura, siempre atento a las novedades que permitan mantener su funcionamiento de la mejor forma posible.

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