Cultura y Espectáculos

Héroe de aire y mar: Sully

La película ha servido para revitalizar la carrera de Clint Eastwood, luego de la polémica Francotirador, y tiene una gran actuación de Tom Hanks.

Por: Diario Concepción 24 de Febrero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-6164.jpg

La película ha servido para revitalizar la carrera de Clint Eastwood, luego de la polémica Francotirador, y tiene una gran actuación de Tom Hanks.
 

Esteban Andaur
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En enero de 2009, el piloto aéreo Chesley ‘Sully’ Sullenberger (Tom Hanks) realizó un aterrizaje de emergencia sobre el Río Hudson en Nueva York. La hazaña fue calificada por los medios de comunicación como un "milagro", puesto que ningún pasajero ni tripulante del vuelo comercial resultó muerto, salvo algunos que sufrieron heridas leves.

Posteriormente, fueron hallados registros que demostraban que había suficiente energía en el avión para llegar a su destino, sin poner en riesgo la vida de las personas a bordo. O sea, había muchas indemnizaciones que pagar, y Sully tendría que probar que no se equivocó; y es ése el momento en que arranca Sully (2016), la más reciente película de Clint Eastwood.

Dos años después del inesperado taquillazo que fue Francotirador (2014), la controvertida película sobre el francotirador estadounidense más "exitoso" en Irak, Eastwood decidió apaciguar a la crítica y al público con otra biografía que, a mi parecer, sirve como el antídoto del filme bélico. Después de todo, ésa tenía de protagonista a un loco sádico, sin ideales políticos profundos, para qué decir espirituales, asesinando a quienquiera se le cruzara por delante. Es más, la naturaleza violenta de este fascista pudo haber servido de inspiración para que muchos jóvenes se enrolaran en el Ejército de EE.UU. por todas las razones equivocadas.

El protagonista de Sully, en cambio, es un héroe cotidiano, no violento, sensato. Se gana toda nuestra admiración.

Una de las señales claras en Sully sobre el cambio de tono en la dirección de Eastwood, es la música. El director usa jazz, uno de sus géneros musicales predilectos, tanto en la partitura como en la música diegética. Eastwood está ahora relajado, y su meta con Sully es, evidentemente, personal. No intenta hacer una declaración política; él quiere contar la historia de un héroe de una forma nada estridente, con delicadeza, elegancia y respeto por la gente involucrada, y transmitir un estado de ánimo calmo. Sully es la película que Eastwood hizo para deleitarse a sí mismo. Él admira a este héroe insospechado, y hace que nosotros también. Y todos disfrutamos el viaje.

Una de las primeras escenas nos muestra a Sully mirando por la ventana de un alto edificio. Lo que ve a través del vidrio es producto de su imaginación: un avión cae y destruye los edificios de enfrente. Cuántas víctimas fatales eso habría dejado, es mejor que ni nos lo preguntemos.

Así, lo que vemos del accidente que pudo ser, son recuerdos fragmentados que Sully tiene de vez en cuando, y sus visiones hipotéticas, durante las horas que anteceden a su auditoría con la Junta Nacional de Seguridad del Transporte. Los flashbacks son síntomas del trauma que el aterrizaje en el Hudson le dejó al piloto, caracterizado de forma íntegra y empática por Hanks; y, asimismo, organizan los eventos del filme de manera que éste no resulta sensacionalista, y como espectadores participamos de la angustia de Sully, sus pasajeros y tripulantes. Por ende, la escena del aterrizaje, espectacular en su elaboración, es interpretada en cuanto a sus diversas y complicadas emociones.

El efecto dramático del filme, en este sentido, es notable, ya que nos pone en el lugar de Sully no sólo a través de la compasión, sino de su propia mente.

Los flashbacks son sólo de Sully, pues la película está contada por completo desde su perspectiva. Por ejemplo, la esposa de Sully, Lorraine (Laura Linney) sólo aparece hablando por teléfono con él, desde la casa de la familia Sullenberger. Esto nos sitúa aún con más fuerza en el lugar de Sully, pero no le permite a Linney desarrollar a profundidad su personaje. Y es una lástima, ya que si vas a tener a Linney en un papel secundario en una película importante, entonces debes, a lo menos, modificar un poco el guión a su favor.

Las actuaciones del resto del elenco, como Aaron Eckhart en el rol del copiloto de Sully durante el vuelo milagroso, son todas correctas y sutiles.

Sully es un grato recordatorio del cine perspicaz, observacional, que le dio relevancia a Eastwood en los 90, refrescando y extendiendo el legado del director.

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