Ciudad

Plantaciones forestales se deben limitar para evitar que incendios lleguen al área urbana

Aseguran arquitectos y expertos del Biobío que se debe legislar sobre las distancias y formas de separar los bosques de las viviendas, el tipo y materialidad de las construcciones e involucrar a la comunidad es vital para evitar nuevos eventos.

Por: Ximena Valenzuela 04 de Febrero 2023
Fotografía: Raphael Sierra

Si bien, hasta algunos años, los incendios forestales se concentraban sólo en zonas rurales, hoy el fuego está llegando a las ciudades. Hualqui, Tomé, Chiguayante y Santa Juana son muestra de ello. La causa sería la cercanía de las plantaciones forestales con las áreas urbanas debido a una falta de regulación en la materia. Arquitectos, urbanistas y especialistas en riesgo aseguran que se debe limitar la distancia para evitar nuevos incendios.

Rodrigo Lagos, presidente del Colegio de Arquitectos, afirmó que las actividades extractivistas se generan en áreas que exponen a las comunidades, en zonas rurales donde existen residencias y espacios que colindan con áreas urbanas altamente pobladas, por lo que las empresas deberían crear perímetros de seguridad y mitigación. “Además los planes reguladores debieran considerar áreas de protección, sin uso, con la finalidad de proteger las zonas residenciales y disminuir la propagación de los incendios”.

Ante la magnitud de la extensión de las plantaciones forestales, según dijo, urgen estudios que conduzcan a una normativa ambiental y de planificación territorial que minimice los impactos de este tipo de siniestros y de la sequía.

En ese sentido, Bernardo Suazo, arquitecto y magíster en análisis geográfico y urbano, afirmó que dentro de los instrumentos de planificación urbana territorial deberían normarse las zonas buffer, que se utilizan para proteger el medio ambiente y áreas residenciales. “Significa dejar una zona limpia de plantación forestal entre el límite urbano y el rural, que pueden tener distintos anchos dependiendo de la peligrosidad o el riesgo de incendio”.

En 2016 el profesional definió una zona buffer para El Carmen, pero no se concretó, pues Contraloría y el Ministerio de Vivienda exigieron un estudio de riesgo, que por su alto costo, no se encuentra dentro de los presupuestos de los instrumentos de planificación territorial. “Hay un celo legal que por cumplir una norma parece ser que el remedio es peor que la enfermedad (…) en cambio en Alemania, Estados Unidos y Canadá, entre otros, la planificación urbana es integral , los límites se definen con la comunidad, pero nosotros aún estamos con una planficación de hace 60 años que se debe regular”.

Claudio Arce, past presidente del Colegio de Arquitectos en la Región, aseguró que el Gobierno debe contar con una política de mantenimiento de las áreas circundantes a las ciudades y que se busquen con especies que sean de difícil combustión para evitar la propagación de incendios, que se persiga penalmente a quienes contribuyen a crear basurales ilegales, pues generan una alta carga de combustible.

“El Estado de Chile debe preocuparse del tipo de forestación, la distancia y la limpieza permanente de áreas cercanas a forestales (….) también es bueno mantener un colchón de cortafuegos urbanos en todas las ciudades, que tenga mantenimiento permanente para evitar el daño que pueden provocar las pavesas”.

Riesgo cada vez mayor

El doctor en urbanismo y experto en Gestión de Riesgo Observatorio Corbiobio, Iván Cartes, indicó que los cortafuegos han probado que son la única forma efectiva de alejar el fuego de los elementos ignífugos, en este caso las viviendas. El problema estaría en el cálculo efectivo, pues depende de la pendiente, velocidad del viento, la densidad del bosque y elementos que puedan acelerar el fuego, entre otros. “Hay que hacer un mea culpa y realizar mesas de conversación entre las empresas que hacen cultivos de bosques artificiales cerca de las áreas urbanas. Hay que decretar franjas de amortiguación e iniciar campañas de prevención y mitigación de incendios forestales en áreas urbanas”, aseveró.

En este momento, según dijo, el escenario es muy complejo debido al cambio climático y el alza de temperaturas, no sólo están amenazados los bosques, sino también las ciudades. “La amenaza va a persistir. Lo que hay que hacer es racionalizar la plantación de bosques y racionalizar la construcción y los materiales de las viviendas en contacto con el bosque. Obviamente una de hormigón resiste mucho más que una de madera, pero los bordes y la interfaz rural no están regulados”.

Recomendó un plan de resiliencia completa que incluya las viviendas más cercanas al bosque, que eliminen residuos de ramas, los acopios de vegetales secos y otros como escombros de producción que pueden ser ignuficos en el momento del contacto con el fuego.

Cartes agregó que se debe involucrar en los planes de resiliencia a la comunidad, contar con participación ciudadana, pues el 99% de los incendios son provocados, sin embargo, a su juicio, entre el 96 y 98% de la población no sabe qué hacer en caso de incendios forestales, a diferencia de la gran información que se tiene en sismos y tsunamis. “Por lo tanto el escenario va a ser muy complejo depende de cómo las empresas: pequeñas, medianas y grandes entienden el problema y cómo lo entiende la ciudadanía”.

En tanto, en materia de diseño las viviendas más expuestas, según dijo, son las que están suspendidas sobre pilares o pilotes, separadas a 50 ó 60 centímetros del suelo porque en general por ahí donde ingresa el fuego por efecto de convección.

El especialista complementó asegurando que la prevención, mitigación y resiliencia son palabras claves que se deben internalizar para saber lo que está pasando y así “salir mejor parados en el futuro porque este no es fenómeno natural, sino antrópico, somos nosotros los que lo provocamos con una conducta de desarrollo urbano, consumo y de hábitos de no racionalización de energía en las grandes urbes que son islas de calor y que por lo tanto emiten ondas de calor a la atmósfera y por esto, obviamente, en la zona de contacto forestal agravan el riesgo de incendios “.

Complementó que entre el 95 o 97% de los incendios forestales son provocados precisamente en la interfase urbana rural, es decir, en el punto de contacto de la ciudad con el bosque. “En Chile, a parte de Santa Olga, no hemos tenido casos de quemas de ciudades completas, pero en otros países sí, con efectos graves en el capital social y humano que es lo que más debería preocuparnos”.

Etiquetas