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Pie diabético logra importantes mejoras con uso del Cobre

De ocho meses a un año tardan en recuperar las heridas con tratamientos tradicionales, la nueva técnica reduce el proceso a dos meses. Sociedades científicas avalan su uso.

Por: Ximena Valenzuela 14 de Septiembre 2021
Fotografía: Cedida

“Partió como una herida, me vieron el médico, pero dijeron que tenía problemas de várices. Luego dijeron que podía ser una herida de diabetes que se complicó. Al principio no me quise operar, después cuando quise, con la pandemia, no se pudo. Todo se complicó. En diciembre de 2020 me cortaron, hasta la altura del muslo, la pierna derecha, y hace dos meses la izquierda”, contó Alberto Figueroa, habitante de Penco de 64 años, que ahora es 100% dependiente y añora los años en que recorría el borde mar de su comuna.

El drama vivido por Figueroa se podría haber evitado, tanto con un diagnóstico rápido y certero, como con una nueva tecnología llamada Cupersan, producto a base de cobre que ayuda a la recuperación de pacientes con pie diabético afección que sufren más de 105.000 personas en Chile.

El nuevo producto, según Rafael Méndez, gerente de CuperSciencie ente creador de Cupersan, ya es usado por 700 profesionales del país en más de 2.000 pacientes, 250 de Biobío, la mayoría con resultados positivos. Del total de pacientes, detalló, 180 participan de un estudio clínico de seguimiento que evalúa la efectividad en las heridas más complicadas como el pie diabético, que causa problemas en las arterias periféricas que irrigan el pie, provocando trastornos sensoriales, úlceras en la planta y atrofia de la piel.

El penquista Carlos González, 68 años, sufre diabetes hace 35 años y casi desde su diagnóstico inicial sufre pie diabético por lo que ya perdió cinco dedos de sus pies. La última cirugía fue al corazón, pero le “cortaron una vena de la pierna para mejorar la irrigación sanguínea. Me quedó una herida muy grande y se infectó muy feo (…). Me aplicaron el tratamiento y en poco más de un mes la herida estaba sana y cicatrizando, a diferencia de la terapia tradicional con apósitos en tardaban entre ocho meses a un año en sanar, muchas veces sin éxito”.

Para González las mejoras son notables, que el tratamiento no genera dolor, que ahora puede caminar y que duda que producto del pie diabético pierda otro dedo. “Es muy gratificante usar un tratamiento que funcione”, dijo.

Respaldo médico

La terapia usada en González es reconocida por su efectividad por la Asociación de Diabéticos de Chile (Adich), institución sin fines de lucro fundada hace 44 años para apoyar a los diabéticos y buscar desarrollos médicos que los beneficien, se unió en 2014 con CuperScience para iniciar una investigación sobre el uso del cobre en el tratamiento de heridas crónicas.

Carmen Solís, directora médica de la Adich, contó que vieron el potencial en esta nueva aplicación del cobre, que ya había mostrado avances curativos, cicatrizantes y bactericidas muy efectivos en el área veterinaria, por lo que en conjunto a los creadores, comenzaron a investigar sus efectos en úlceras producidas por el pie diabético.

“La posibilidad de salvar una extremidad en un paciente gracias al cobre, nos sedujo inmediatamente”, reconoció Solís, internista y diabetóloga, que trabaja hace 20 años en la organización que escribió el protocolo aprobado por el comité de ética del Servicio de Salud Metropolitano Oriente para realizar el tratamiento en pacientes que pudieran beneficiarse con él. “La experiencia fue muy buena y lo que más les sorprendió, fue la rapidez con la que se limpiaban las heridas para lograr una cicatrización”, afirmó y destacó las características bactericidas y antihongos del cobre.

Karla Zuanic, enfermera de gestión de Adich, explicó que el tratamiento se aplica de forma generosa sobre la herida, ya sea de origen venoso, arterial, mixto, pie diabético, úlceras por presión, quemaduras y curaciones planas limpias, entre otras. “El aporte del producto en aquellos pacientes con pie diabético, que son la mayoría de los casos actualmente en Adich, resulta más que satisfactorio porque reduce los tiempos en cicatrización, desarrollo de tejido granulatorio y disminuye y evita la carga antibiótica o la rotación de éstos en aquellos casos que son refractarios a tratamiento, para el paciente y para el profesional de salud es un alivio y satisfacción. En definitiva, mejora la calidad de vida del usuario”, aseguró.

Una opinión similar tiene Pamela Valverde, enfermera del Cesfam de Penco, quien comentó que al cabo de una semana de usar el producto los pacientes comienzan a ver resultados, “lo que es un tremendo avance en el tratamiento de esta afección. Además les brinda una luz de esperanza evitando discapacidad prematura por amputación”.

La profesional destacó que el tratamiento es mínimamente invasivo, ya que “solo unos pocos pacientes han reportado un leve ardor, el que cede luego de la tercera sesión”.

La rapidez con la que actúa el producto, que además contiene aloe vera, es un beneficio para el ánimo de los pacientes, aseguró Juan Manuel Silva, gerente general de Vivir Salud, entidad que en su clínica en Chillán aplican el tratamiento y los distribuyen a toda la Región.

“Nuestros pacientes son personas con úlceras recurrentes o de larga data y notamos que, con el paso de los días, tenían mayor confianza en seguir usándolo debido a su favorable evolución, en comparación al procedimiento clásico de apósitos” detalló y agregó que uno de sus pacientes le confesó esperanzado poder usar sandalias o short durante este verano.

“Cupersan pasó de ser un producto de prueba a ser nuestro favorito para la limpieza y tratamiento de heridas. Su efectividad es muy rápida y al usarlo en todas las curaciones se nota la diferencia con respecto a otras soluciones limpiadoras”, afirmó Silva.

En tanto, Méndez destacó que este año el Instituto Nacional de Heridas, referente a nivel nacional y latinoamericana en el área, en conjunto con la Universidad Mayor, están realizando una serie de estudios entre los que se encuentran: estudios de costo efectividad, estudio de estabilidad en uso, estudios microbiológicos, estudio de biocompatibilidad y estudio de efectividad in vivo para certificar aún más la efectividad del tratamiento que puede ser costeado a través de la canasta GES. Valor comercial por el momento no será relevado.

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