Destacan menor costo y mayor regularidad del servicio en este sector rural de la capital regional.
La ampliación del recorrido 70G de la Ruta Las Bahías hacia la población San Jorge —oficializada por el Ministerio de Transportes como parte de los recientes ajustes operativos del Perímetro de Exclusión del Gran Concepción— completó cerca de dos semanas de funcionamiento, permitiendo que dicho sector del borde rural de la capital penquista cuente con un enlace directo y regulado hacia el centro.
La modificación incorporó un servicio que opera entre las 05:30 y las 22:00 horas, con una frecuencia de hasta nueve buses por hora en horario punta de la mañana y seis en horario valle durante días laborales.
Hasta hace poco, el transporte disponible dependía casi exclusivamente de buses interurbanos, con esperas prolongadas, menor regularidad y costos superiores. El cambio introdujo una variación concreta en la vida cotidiana de los residentes: tarifas urbanas, continuidad horaria desde primeras horas de la mañana y una frecuencia mucho más estable que la que ofrecían los servicios interprovinciales, reduciendo la incertidumbre en los desplazamientos diarios.
Según el trazado oficial, la extensión desplaza el antiguo límite operativo —ubicado en Juan Riquelme, en la Ruta 146— hacia el interior de San Jorge, permitiendo que el recorrido enlace Talcahuano, Hualpén, Concepción oriente y la zona de Chaimávida con un punto terminal que antes quedaba fuera de cobertura.
La recepción inicial ha sido ampliamente validada, tanto por parte de los usuarios como de los propios conductores, quienes resaltan que el ingreso al sector se adaptó sin mayores cambios operativos y responde a una demanda acumulada, abriendo además la conversación sobre una eventual extensión futura hacia localidades más altas como El Pino.
Para la comunidad de San Jorge, el efecto más inmediato ha sido económico. La presidenta del Comité Vecinal, Elia Parra, explicó que antes dependían de los buses interprovinciales, cuyos pasajes podían alcanzar los mil pesos por trayecto.
“Hoy día estamos pagando lo mismo que en el sector urbano”, señaló, destacando en especial que los estudiantes, quienes antes gastaban hasta mil pesos para iniciar y cerrar su jornada, ahora pueden trasladarse con tarifa regulada.
El cambio también resolvió un problema recurrente: la incertidumbre en los tiempos de espera. Parra recordó que podían pasar treinta, cuarenta minutos o hasta una hora sin que los buses interurbanos detuvieran su marcha para recoger pasajeros, lo que afectaba la asistencia a colegios, trabajos y consultas médicas. Durante las noches la situación empeoraba, ya que, según ella, “si el bus venía lleno, quedábamos sin nada”.
Con el recorrido funcionando dentro del sector, la comunidad cuenta con un último bus cercano a las 23 horas y un primer servicio alrededor de las 6 de la mañana, lo que consideran un cambio estructural para un territorio que, pese a su cercanía con Concepción, permanecía sin transporte urbano. “La gente está súper contenta”, afirmó.
La dirigente recordó además que esta mejora es resultado de años de gestiones: reuniones con la Seremi de Transportes, solicitudes por la condición rural del sector y el recuerdo de un proyecto de terminal que nunca se concretó. La llegada del servicio 70G, dice, representa un avance histórico y abre expectativas para que futuros recorridos puedan extenderse hacia El Pino y Chaimávida, zonas aún más aisladas.
Desde la perspectiva de los conductores, el balance inicial también es favorable. Domingo Aravena, presidente del sindicato de la línea Las Bahías, describió la extensión de forma positiva, tanto para el sector como para la operación misma: “Ya no tienen que estar esperando la micro una hora. Y a nosotros también nos sirve porque son más boletos que se compran”. El sindicato estima que la ocupación ha sido constante desde el primer día.
Aravena afirma que la adaptación fue prácticamente inmediata, ya que la extensión representa solo unos kilómetros adicionales respecto del término anterior en Juan Riquelme. “No había mucho que adaptar… estaba a dos kilómetros y medio del destino que teníamos antes”, comentó, destacando que los tiempos de retorno y la organización de los turnos no se vieron alterados.
Otro aspecto relevante es la convivencia con el territorio. Lejos de presentar dificultades, los conductores perciben un trato cercano y respetuoso por parte de los vecinos. “Se portan muy bien… generalmente la gente que vive afuera de la ciudad se comporta mejor”, afirmó. En materia de seguridad, agregó que el sector cuenta con iluminación suficiente y no se registran episodios delictivos que afecten la operación nocturna.
El dirigente reconoció que, al igual que la comunidad, los conductores ven factible que el recorrido pueda extenderse en el futuro hacia El Pino, dada la demanda latente y la buena recepción que ha tenido la llegada del servicio urbano a San Jorge.
Desde el Ministerio de Transportes, el seremi (s) en el Biobío, Hugo Cautivo, valoró la extensión del 70G hacia el sector, señalando que la medida ha tenido una buena recepción tanto por parte de los usuarios como del operador.
La autoridad explicó que la modificación permitió extender un servicio que antes finalizaba en Juan Riquelme, dando respuesta directa a una solicitud levantada desde la comunidad.
“Estas modificaciones son resultado de un diálogo impulsado en su gran mayoría por organizaciones sociales, como juntas de vecinos, que derivan en conversaciones con la línea de transporte, el municipio y el Ministerio”, afirmó, subrayando que ese trabajo previo “asegura que la propuesta sea bien recibida en un altísimo porcentaje, en beneficio de todas las partes”.
Cautivo detalló que “desde la entrada en vigencia de esta regulación, las empresas debieron incrementar progresivamente sus planes operacionales, tanto en frecuencias como en extensión de trazados”, proceso dentro del cual la empresa optó por aumentar simultáneamente sus kilómetros recorridos y frecuencias exigidas.
Por último, y respecto de una eventual ampliación hacia El Pino o Chaimávida, el seremi (s) sostuvo que existe disposición a analizar nuevas propuestas. “Así como se logró la extensión, una buena propuesta que resulte beneficiosa para la comunidad y para el operador genera optimismo para incluir a otros barrios”, señaló.
“Quiero destacar la perseverancia de los dirigentes vecinales que han solicitado un mejor servicio de transporte público, entregando propuestas”. Adicionalmente, recalcó que existió “una coordinación directa entre ellos y la empresa para acordar los horarios y el funcionamiento general del servicio, lo que evidencia que la participación ciudadana, el diálogo y la disposición de las partes siempre aseguran un buen resultado”, finalizó.