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Bicicletas se imponen como modo de transporte, pero falta cumplir la Ley

Sólo las ciclovías construidas a partir de 2015 cuentan con nuevo estándar exigido por el Ministerio de Transportes. Las ubicadas en calle Barros Arana, se deberán modificar.

Por: Ximena Valenzuela 26 de Enero 2020
Fotografía: Raphael Sierra P.

En los últimos años el uso de la bicicleta se ha masificado en el Gran Concepción, impulsado, principalmente, por la construcción de ciclovías que favorecen rápidos desplazamientos, entregan seguridad y permiten evitar la congestión provocada por vehículos particulares.

Según el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, “el número de viajes se ha incrementado desde el año 2017, teniendo su máximo peak durante los meses de noviembre y diciembre de 2019, lo que se atribuye al movimiento social ocurrido durante esa fecha”, lo que hace a la bicicleta un objeto preciado, cada día más vigente.

“Voy para todos lados en la bici, hasta el trabajo, ya me acostumbré. No tengo que esperar por una micro ni un colectivo, ahorro plata y ayuda a mi estado físico”, dijo Marcos Vidal, ejecutivo bancario que a diario, dice, usa su “chancha”.

Como Vidal son cientos las personas que recorren el Gran Concepción en bicicleta, aprovechando los 83 kilómetros de pistas diseñadas para ello, que además comparten con patines y scooters.

Las de mayor uso en Concepción son Manuel Rodríguez, Ongolmo, O’Higgins y Roosevelt. Entre diciembre de 2017 y enero de 2020 aumentaron su flujo en 18%, 23%, 21% y 17% respectivamente. La media diaria es de 751 viajes en Manuel Rodríguez, 620 para Ongolmo, O’Higgins 829 y 1.194 para Roosevelt.

Este año, detalló el seremi de Vivienda y Urbanismo, James Argo, se programó el inicio de las obras de una ciclovía en el Eje 8 Oriente de Chiguayante, que tendrá una extensión de 2,5 kilómetros y, otra de 2 kilómetros en el par vial Collao.

Se levantará otra en corredor público Talcahuano Hualpén de 3,7 kilómetros, y una de 0,8 kilómetros de extensión en la avenida Ricardo Vicuña en Los Ángeles, además de los 0,6 kilómetros que están en ejecución en ese mismo punto.

Para Jaime Paz, presidente de la Agrupación Más Cleta, las deudas históricas con los ciclistas son Collao, la costanera Chiguayante, la conexión del puente Perales con Talcahuano y la creación de otra vía para ciclistas en Caupolicán, por ejemplo, para conectar mejor con el centro.

“Se podría hacer como en Londres que se prohíbe el ingreso al centro de vehículos, lo que favorece e impulsa aún más el uso de las bicicletas”, dijo.

Mayor estándar y seguridad

Y si bien, la construcción y estándar de las ciclovías tradicionalmente ha estado en manos de Vivienda y Urbanismo, ahora Transportes se hace parte de la labor con una guía de composición y diseño operacional que permitirá, según el seremi del ramo, Jaime Aravena, que los municipios y gobiernos regionales gestionen, de forma más expedita, vías para ciclos.

El documento, detalló, contempla especificaciones operacionales para ingresar los proyectos: longitud, velocidad de los tramos, estacionamientos, árboles y postes, accesos de vehículos, paraderos, Bomberos, colegios y recorridos del transporte público.

En ese contexto, Aravena dijo que una de las principales modificaciones se relaciona con la calidad de la infraestructura para ciclos, en términos de operación y seguridad.

La iniciativa busca disminuir los accidentes de tránsito, pues en 2018 se registraron 8.214 siniestros con 139 fallecidos, 46,3% por colisión. En 306 accidentes estuvieron involucradas bicicletas con siete muertos.

Actualmente, explicó el seremi, el 2% de los viajes en el Gran Concepción se hacen en bicicleta, por lo que se está evaluando un proyecto de bicicletas públicas para la zona, proceso que culmina a fines de junio y que dará luces de su factibilidad.

Convivencia de modos

Aravena explicó que el reglamento de la Ley de Convivencia Vial, que establece estándares de construcción de ciclovías y va de la mano del uso de elementos de seguridad, está en proceso de toma de razón en Contraloría.

“Se detalla cómo construir una ciclovía, por medio de la presentación de anteproyectos y proyectos a la seremi de Transportes -entidad que autorizará su elaboración- además de los elementos de seguridad con los que deberán contar quienes usen los ciclos”, dijo y agregó que el nuevo mecanismo requiere un reglamento para establecer condiciones de seguridad de tránsito.

Precisamente, la falta de un reglamento fue cuestionado por el experto en infraestructura y consultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Felipe Ulloa.

“En el contexto de la Ley de Convivencia de Modos, se debe recordar que se aprobó la normativa sin ningún tipo de infraestructura asociada ni señaléticas ni reglamento. Lo anterior ya es un mal indicador y, por tanto, no se puede esperar que la población tenga una conducta adecuada si no fue educada como peatón y/o ciclista”, sostuvo.

Las existentes

Para Andrea Cox, arquitecto del área de Asesoría Urbana del municipio penquista, afirmó que la guía propuesta facilita la generación de proyectos, al complementar el manual de Cicloincluisón elaborado por Vivienda y Urbanismo.

“Este último tenía aspectos, pero generales, ahora hay detalles específicos y métodos cuantitativos de evaluación de proyecto de ciclovía. Son avances importantes en materia de fomento de uso de la bicicleta, pues antes del manual del Minvu y de la guía de Transportes no habían parámetros adecuados para los ciclistas y los demás usuarios de la vía pública”, comentó Cox.

Tal como sostuvo la profesional, hasta 2015, momento en que se creó el Manual de Vialidad Ciclo Inclusiva, que busca ciclovías más seguras y cómodas, no existían definiciones de diseños, salvo las del Manual de Recomendaciones de Diseño Vial Urbano (Redevu) y, de la Ordenanza de Urbanismo y Construcción que señalaba que debían crearse por la acera, contraviniendo la Ley de Tránsito, que delimita la calzada a los ciclos y la acera al peatón.

Producto de ello, muchas de las cliclovías previas a 2015 se levantaron en el espacio residual de las aceras provocando problemas, por ejemplo, por la presencia de obstáculos como árboles o paraderos que desvían abruptamente a los ciclistas.

Por ello, según el gobierno, el estándar de las nuevas promete ser mejor y no repetir las falencias como los obstáculos y las zonas mixtas.

Desde la dirección de Tránsito del municipio penquista, coinciden en las apreciaciones entregadas por Asesoría Urbana y el mayor enfoque de seguridad que tendrán las vías gracias al nuevo reglamento.

El seremi de Vivienda, James Argo, recalcó que las ciclovías construidas luego de 2015 cumplen con los nuevos estándares propuestos, y en el caso de las que no, aseguró que la solución está en rehacerlas con los nuevos criterios, o bien, incorporar mejoras en virtud de las características urbanas del sector donde se emplazan.

“Roosevelt, Rodríguez, O’Higgins y Ongolmo, los cuatro ejes de ciclobandas, los que van a la altura del automóvil, cuentan con el estándar que se necesita, pero otra como la de Barros Arana claramente no, quita espacio al peatón, falta demarcación, no está delimitada por medios segregadores como se da en la del parque Ecuador con los arbustos pequeñitos”, aseveró Jaime Paz.

El ciclista comentó que para él son más seguras las vías unidireccionales para evitar accidentes, pues complicas los cruces, tanto de ciclistas como de peatones.

El llamado, agregó, para todos los actores automovilísticos es la empatía, respetar a todos y cumplir la ley, a pesar de que no se conoce en detalle.

Normativa incumplida

La Ley de Convivencia de Modos establece que los vehículos motorizados deben mantener una distancia de 1.5 metros durante el adelantamiento a ciclistas.

Exige a los ciclistas circular por una ciclovía y, a falta de ésta, ir por la derecha de la calzada. Usar casco, reflectantes, luz delantera y trasera.

Sólo pueden circular por la acera menores de 14 años, padres con niños bajo siete años, discapacitados y adultos mayores.

Prohíbe estacionar en ciclovías y que peatones circulen por ellas.

Carabineros e inspectores municipales deben fiscalizar el cumplimiento de la norma. Las multas por infracción van desde las 0,2 UTM las menos graves y 0,5 UTM las leves.

Sin embargo, según Jaime Paz, no se cumple porque la gente no conoce la ley, por ejemplo, los repartidores al no respetar los semáforos. “No se hizo una campaña que reforzara la norma luego de su entrada en vigencia hace un año”, dijo y agregó que debería incluirse en el currículum escolar, enseñando la ley y mecánica básica.

Con respecto al metro y medio, que se debe mantener entre un vehículo y un ciclista, aseveró que lo ideal es contar con segregadores de vía, pues es prácticamente imposible que un fiscalizador pueda medir en tiempo real la distancia.

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