Ciencia y Sociedad

Prevenir cáncer de cérvix: simples acciones, complejo reto

Autocuidado en vida sexual y controles médicos son clave para la prevención de patología que está primordialmente asociada a la infección persistente por VPH y que afecta especialmente la vida de mujeres jóvenes y sobre la que cada 26 de marzo se busca concientizar.

Por: Natalia Quiero 26 de Marzo 2022
Fotografía: Freepik

Avances en ciencia, medicina y salud permitirían revertir el panorama, pero el cáncer cervicouterino está entre los más frecuentes en las mujeres de Chile y afecta muy dramáticamente a las jóvenes, siendo segunda causa de muerte entre las de 20 a 44 años, según el Ministerio de Salud (Minsal).

Una realidad no muy distinta a nivel internacional, porque cada año se detectan miles de casos nuevos y miles mueren por esta enfermedad, y para salvar vidas es que el 26 de marzo se definió como Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, buscando concientizar en la población femenina del mundo que es posible y cómo reducir el riesgo de una enfermedad que se caracteriza por el crecimiento de células cancerosas o tumorales malignas en el cuello del útero o cérvix. Autocuidado es el concepto clave, uno en el que caben varias simples acciones de llevar a cabo y que a la luz de las cifras parecen un reto complejo de superar en muchos casos.

Responsabilidad y control

La responsabilidad de ir a controles médicos ginecológicos regulares desde el inicio de la actividad sexual es básico para que una mujer resguarde la vida, pues es donde se pesquisa cualquier anomalía en el aparato genital femenino y “porque la causa de mayor incidencia de este cáncer es la infección por el virus del papiloma humano”, resalta la doctora Esther Rodríguez, médica oncóloga de la Clínica Biobío de Concepción y del Hospital Las Higueras de Talcahuano.

Es que, aunque como todos los cánceres es multifactorial, por lo que no sólo hay una causa definida, según las estadísticas casi 90% de los de cérvix son causados por la infección persistente del VPH, que se transmite por contacto sexual, tanto hombres como mujeres.

Por ser una infección de transmisión sexual (ITS), también relacionada a otros cánceres y no sólo femeninos, advierte que el riesgo se da fundamentalmente “con el inicio y la vida sexual activa, sobre todo si es desprotegida y mientras más temprano empieza más riesgos por la probabilidad de tener más parejas sexuales”, y así de estar en contacto con personas que vivan con el agente. Lo alarmante es que estudios estiman que 20 a 30% de las mujeres menores de 30 años porta al virus, muchas sin saberlo porque no da signos ni síntomas hasta que la patología oncológica se desarrolló y avanzó. En los hombres, afirma Rodríguez, es más silencioso y no menos contagioso.

PAP para llegar a tiempo

En ese disimulado avance peligra la vida, mientras en su identificación temprana hay salvación. La médica aclara que este cáncer no suele ser de rápida evolución y asegura que “cuando se diagnostica en etapas tempranas permite un tratamiento oportuno muy efectivo y de alta tasa de curación”. De hecho, detectado a tiempo es curable al 100%, con cirugía y otras terapias.

Pero las chances de curación, efectividad y sobrevida disminuyen si más progresa el cáncer; cuando se llega tarde la patología e intervención son más impactantes, largas e invasivas y, además de un desenlace fatal, pueden dejar repercusiones graves para la salud sexual y reproductiva y el bienestar integral. Sin opción de cirugías sólo para extirpar células malignas y más exposición a radioterapia marcan consecuencias entre las que menciona “pérdida de fertilidad y menopausia precoz, además hay efectos en paredes de la vagina que pueden dificultar la actividad sexual posterior”.

Y para ese diagnóstico temprano, para salvar vidas, irremplazable es el examen Papanicolau o PAP: “es la única herramienta que tenemos para pesquisar precozmente la presencia de una lesión precursora de cáncer o de cáncer y derivar oportunamente para que la mujer reciba tratamiento temprano”, asevera la matrona Carolina Bascur, directora del Departamento de Obstetricia y Puericultura de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC).

Explica que esta prueba, disponible de manera gratuita en el sistema público de salud chileno y que se debe realizar periódicamente desde el inicio de la vida sexual, se basa en analizar muestras tomadas del cuello del útero para reconocer cambios celulares que indican riesgo o cáncer de cérvix. Se conocen varios genotipos de VPH, algunos asociados a lesiones llamadas condilomas o verrugas genitales y no con cáncer, y otros son carcinogénicos y aclara que no causan una lesión visible al ojo humano y se asocian a varios cánceres como oral, de ano, de pene y de vagina, además del cervicouterino, donde genotipos 16 y 18 están en 70% de los casos.

Desde allí, cuenta que “el PAP puede arrojar la presencia del VPH, pero no la cepa”, lo que puede no significar cáncer o riesgo. Hay una prueba (accesible en el sistema privado) que da más detalles de la cepa presente en el cuello del útero.

Conductas como determinantes del riesgo o de la protección

Autocuidado para llegar a tiempo salva vidas, pero mejor, el propósito de este día mundial y un enorme desafío, es la prevención del cáncer de cérvix. Algo posible en la gran mayoría de los casos al relacionarse con el VPH gracias al conocimiento y herramientas disponibles, imposible si se consideran las brechas de acceso a información adecuada que termina en comportamientos riesgosos para la propia salud y la de otros.

Vacuna vital

El primer recurso en el que la oncóloga Esther Rodríguez pone el acento es la vacuna contra el VPH, que protege contra la infección de las cepas más asociadas al cáncer de cuello uterino. Sin dudas su desarrollo ha sido hito para la ciencia, medicina y salud pública global.

En Chile es parte del Plan Nacional de Inmunización (gratis) para niños y niñas que cursan cuarto y quinto básico, aplicándose en dos dosis. De ahí el llamado a que madres, padres o tutores permitan esta inoculación que puede salvar vidas y no tomen decisiones equivocadas al creer discursos antivacunas o que pongan en duda la efectividad de esta en particular. Al contrario, se espera que con su masificación por los países y el mundo, “con el tiempo este cáncer va a terminar desapareciendo”, destaca, tanto a nivel local como ojalá global.

Estilos saludables

Las conductas son determinantes en la salud integral y esto incluye el riesgo o protección frente a múltiples patologías como las llamadas crónicas no transmisibles y cánceres, y el cérvico uterino no es excepción, resalta la matrona Carolina Bascur.

No fumar, realizar actividad física regular y mantener una dieta equilibrada en cantidad y calidad son hábitos saludables de importancia vital frente a muchas afecciones y para la prevención de la patología oncológica que hoy convoca releva el aporte en el cuidado del microbioma vaginal, microorganismos que naturalmente están en dicha zona y cumplen roles fundamentales. También influye el correcto cuidado e higiene íntimo.

Se detiene en los lactobacilos y en que dichos factores fomentan su colonización: “se han considerado principales protectores de presencia de agentes patógenos y no sólo VPH, también otros de transmisión sexual como clamidia y gonorrea, y de otras infecciones que no son de transmisión sexual”. Para no desfavorecerlos, aconseja “no usar protectores diarios, ropa interior que no sea de algodón ni jabones y otros productos que se venden como de higiene íntima, porque todo puede alterar el pH vaginal y generar riesgo de que se reduzcan los lactobacilos y quedar vulnerables frente a un contacto sexual en el que podría adquirirse un virus como el VPH y se replique más fácilmente”.

Punto imposible de ignorar, pues si importan las conductas, las sexuales son también determinantes en el riesgo o protección frente al cáncer cervicouterino, al VPH y a toda ITS que existe, como VIH, sífilis, gonorrea, clamidia o herpes. “La única forma que tenemos de protegernos del VPH y de las ITS es usar preservativo, sea condón masculino (de pene) o femenino (de vulva-vagina), porque cumple función de barrera”, asevera. De ahí que ante un contacto sexual se debe exigir el uso de preservativo, más si se trata de una persona desconocida o que no es la pareja habitual o si se tienen múltiples parejas. También recomienda que, si se desea prescindir de este con una pareja, lo ideal es asegurarse de que no haya presencia de VPH u otra ITS, accediendo y solicitando exámenes.

Educar temprano

Todo se trata de tener un comportamiento responsable que permita gozar de una vida sexual segura y sana, que implica que sea deseada, consentida y respetada, además de libre de peligros de enfermedades o embarazos no deseados (para ello el preservativo no es el método ideal).

De ahí que las profesionales ponen el acento en la inigualable relevancia de la promoción en salud y en la educación sexual para reducir todo tipo de riesgo en este ámbito.

La educación sexual influye de manera potente en la adquisición de conductas de autocuidado en materia sexual”, sostiene Carolina Bascur, pero lamenta que “estamos al debe desde siempre, todavía no tenemos políticas públicas que ayuden a generar instancias en establecimientos educacionales escolares y universitarios. No podemos entregar esta responsabilidad a las familias, debe ser una estrategia conjunta entre salud, educación y comunidad”. Si la educación sexual fuera adecuada, plantea que no persistirían ni subirían las cifras de ITS como se está viendo, en personas cada vez más jóvenes y con una incidencia transversal en grupos y edades, y esto también toca acudir según corresponde a chequeos médicos y exámenes.

Lo primordial es educar en materia sexual desde la infancia para promover y sensibilizar durante todas las etapas y no esperar llegar a la adolescencia y enseñanza media para hacerlo, porque la matrona afirma que no va a servir porque significa llegar tarde al existir cada vez un inicio más precoz de la actividad sexual. Es que prevenir es sinónimo de evitar que se produzca el riesgo, la conducta, la enfermedad; por eso hay que actuar antes, por eso la vacuna como política es en infantes muy previo al inicio sexual y eso debe aplicar en educación y promoción. “Si tenemos una educación sólida desde los primeros años, porque el ser sexual es desde el inicio de la vida, la persona va a ejercer su sexualidad de manera más responsable, adquiriendo conductas de autocuidado de manera espontánea y también cuidando a la otra persona/pareja”, manifiesta Bascur.

Toma de PAP

En Chile el cáncer de cérvix está dentro de la canasta GES y, en miras a su detección temprana y disminución de tasas de mortalidad, existe también el Programa Nacional de Pesquisa y Control del Cáncer Cervicouterino en el que está inserto la toma del examen PAP gratuito.

Así, pueden acceder a esta prueba, a través del sistema público de salud, todas las mujeres de entre 25 a 64 años de edad cada tres años como regla general. Eso sí, la oncóloga Esther Rodríguez cuenta que se aconseja la toma anual una vez iniciada la actividad sexual, pensando en poder cumplir esa periodicidad en el sistema particular. Para determinar la regularidad es fundamental acudir anualmente a chequeos ginecológicos.

La matrona Carolina Bascur detalla que recomendaciones ante la toma de PAP y para resultados certeros son: acudir sin la menstruación (idealmente 7 a 10 días después de esta), no haber tenido relaciones sexuales penetrativas al menos 48 horas antes ni haber hecho un tratamiento farmacológico vía vaginal en días previos.

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