Plan de acción municipal elaborado por científico de la Ucsc propone estrategias para solucionar los problemas locales del fenómeno global, reducir impactos y adaptarse, y la acción colectiva es clave.
En agosto de 2021 se publicó el primero de cuatro informes que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (ONU) completará a fines de 2022 y que advirtió que la actividad humana ha calentado la Tierra a ritmo sin precedentes en al menos 2 mil años, que está teniendo impactos en el sistema climático que se intensificarán cuanto más se caliente el planeta, que el cambio climático es global y sus manifestaciones locales.
Eso implica que afecta o afectará a todo lugar y habitante del mundo, pero también que hay una responsabilidad compartida en el problema como en su afrontamiento. Es la premisa de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, lanzada en 2015, propósitos interrelacionados para asegurar la prosperidad del planeta y humanidad la próxima década, donde mantener a raya el cambio global y adaptarse son clave.
Contribuir a ese reto y bajo el paradigma de la acción colectiva busca el plan estratégico para enfrentar el cambio climático en Hualqui que diseñó Andrés Fuentes, químico ambiental de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc). Trabajo que desarrolló en el marco de su tesis, para la que obtuvo financiamiento desde una convocatoria de la iniciativa Ci2030 Ciencia para la Innovación Consorcio Sur-Subantártico, y durante su práctica profesional que hizo en la Dirección de Medio Ambiente del municipio durante 2021.
El plan que elaboró incluye datos de una estación meteorológica y se sustenta en los impactos locales de la crisis climática global, fijando objetivos cuyo alcance materializarían un equilibrio entre el desarrollo económico y social con el cuidado medioambiental en Hualqui. Así, tareas esenciales fueron indagar en manifestaciones y consecuencias locales del fenómeno.
Y evidencia y experiencia advierten que se palpa en la localidad, en la Región del Biobío y en Chile, fundamentalmente en aumento de temperaturas promedio y más ocurrencia de las extremas (altas o bajas) y reducción de precipitaciones, aunque también aparecen esporádicas intensas lluvias que acarrean riesgos. Sobre ello, el científico afirma que “particularmente preocupante en Hualqui son las altas temperaturas y sequía, sobre todo en sectores rurales, donde hay población sin acceso a agua potable y la abastece la municipalidad”.
Es que la escasez hídrica es una de las graves implicancias de la falta de lluvia, que lleva a reducir cantidad de nieve y de cauces de ríos. Y el calor exacerba al problema. Además de la crisis social-económica que conlleva la sequía, enfatiza que junto a la alta presencia de monocultivos una de las grandes consecuencias es el potencial incremento de incendios forestales, con un manejo que también puede dificultarse.
Otro problema en Hualqui, la Región y sur en general, es la contaminación ambiental por calefacción en invierno y quemas ilegales, que emiten gases de efecto invernadero, responsables de calentar la Tierra y afectar la calidad del aire, mermando l bienestar y salud respiratoria.
El trabajo que ha propuesto Andrés Fuentes pone el acento en estrategias para agua limpia y saneamiento y optimizar el uso del recurso hídrico. Para ello “se quiere crear una aplicación para entregar a la comunidad la cantidad de agua que se necesita para el cultivo”, precisa. La aplicación la ideó como una herramienta concreta de apoyo a los vecinos y a que aporten desde sus acciones, proyectándose su pronta disponibilidad gratuita y bajo un diseño amigable.
Además, destaca que “queremos implementar que 60% de la energía consumida por la Municipalidad de Hualqui sea a través de energía limpia y renovable” y que “la población pueda sustentarse a través de esta energía de aquí al 2030, con apoyo del municipio y empresas”.
Justamente resalta que “hay compromiso del municipio de ejecutar el plan en los plazos estipulados”, que varían diversos según la meta, habiendo unas concebidas para 2023 y las más complejas a 2030, plazo límite de la ONU.
Eso sí, tanto para esta iniciativa como en otras comunales o locales que apuesten por enfrentar el cambio global, enfatiza la importancia de la educación ambiental y sensibilización a la comunidad para que se provoquen cambios a nivel de la consciencia y socioculturales.