Otro indicador más optimista, aunque puede no representar a la totalidad del país, muestra, en la zona metropolitana, la existencia de 152.662 jóvenes entre 15 y 29 años que mientras estudian, dedican parte de su tiempo a conseguir ingresos complementarios.
Entre los principales resultados regionales está la alta prevalencia de ingesta de alcohol, que llega al 67,4%, mientras que el uso de marihuana llega a un 49,5%. Con porcentajes menores, se registró un alto consumo de hachís, cocaína, analgésicos y tranquilizantes sin receta médica.
Adicionalmente, la velocidad de incorporación de la mujer al mercado laboral, disminuye para las generaciones de mujeres más jóvenes. Mercado laboral local ofrece menos que el país.
El desempleo juvenil, en los últimos ocho años, se ha mantenido por sobre el 17%, mientras la tasa de desempleo nacional baja de 9% a 7%, es decir, los jóvenes desocupados más que duplican al resto de la población desempleada.