Es esencial cambiar la institucionalidad del agua, pasar a una gobernanza hídrica dejando atrás la seguridad hídrica que plantea el Estado y sus organismos.
En ausencia de una vacuna, lo más seguro es que se registren brotes recurrentes de Covid-19 y picos de contagios por varios meses.
El nuevo equilibrio implicará el punto de acuerdo entre la realidad -expresada en las necesidades- y los deseos de nuestra sociedad.
Se instaura un nuevo paradigma, ni mejor, ni peor...diferente, que ofrece nuevas oportunidades.