Opinión

El poder de la palabra cargada

Se instaura un nuevo paradigma, ni mejor, ni peor...diferente, que ofrece nuevas oportunidades.

Por: Editorial Diario Concepción 28 de Julio 2020
Fotografía: Cedida

Valeria Villablanca B.
Psicóloga, Psicogerontóloga

Estamos en tiempos de pandemia, quien lo diría…jamás pensamos que algo así pasaría, sólo teníamos noción de esto como una historia tipo predicción para los más cercanos al apocalipsis en la biblia cristiana.

Lo cierto es que pasó, y ya estamos aquí, en medio de una civilización que dejo atrás fronteras, para abrirse como tal, formando un grupo de seres que debieron adoptar nuevas formas de vida en Chile como el Tíbet, ya no importa cuál sea el lugar de residencia, estamos tan lejos y tan cerca como nos permita el botón de “contestar” en una videollamada.

El concepto de distancia, casa, trabajo, conversación, compartir, varió, no más vitrineos en el mall o paseos al azar, se instaura el #quedateencasa, que más que una sugerencia es la solución a mucho de nuestros temores. Nunca cobró más valor el lugar donde antes llegábamos por las tardes después de una agotadora, pero agradable jornada laboral, que aunque en esos tiempos haya sido desagradable, podría apostar que se recuerda con cierta nostalgia.

No podemos esperar que las cosas vuelvan a ser lo que eran, eso no va a pasar, pero, sí, en realidad ¿después de esto son mejor? Si consideramos el enorme respiro que está tomando la Tierra, ya que como sus huéspedes no nos hemos portado muy bien. De una forma u otra hemos vuelto a tiempos de reunión familiar, de entender que no se sale de esto solo, aunque nos sintamos así. Efectivamente un grano de arena más otro hacen la playa. La reconstrucción emocional es fundamental en estos días en que la estructura económica, a nivel de naciones, está trastabillante.

El tema de fondo, creo yo, es ver de qué manera le damos alivio a nuestra “mente”, para ver nuevas salidas, formas de actuar y de comunicar, de qué manera comenzamos a relacionarnos viendo estos tiempos como los nuevos tiempos, ya que el concepto de “normalidad” que conocíamos no existe. Se instaura un nuevo paradigma, ni mejor, ni peor…diferente, que ofrece nuevas oportunidades.

Abogo por “La olla común emocional”, para todo somos solidarios, si falta alimento de alguna forma hacemos una olla común, donde están todos invitados, el objetivo final es hacer el problema de unos la solución de todos. ¿Por qué no actuar así en salud mental?

Aquello que era un problema lejano, se transformó en una carencia global que agobia a todos sin distinción, una solución puede ser un llamado a una amiga de la que no sabíamos hace tiempo, videollamada a un familiar querido, contando cómo nos sentimos y escuchando cómo se sienten otros. Empapémonos de buenas noticias, risas y anécdotas, así de a poco iremos conformando nuestra olla común, logrando salir de esto siendo todos más que la suma de las partes.

Etiquetas