Malabaristas, clowns e, incluso, un enmascarado Donald Trump marcharon pidendo una nueva Constitución, salud y previsión dignas.
El 22 de octubre, el estudiante penquista Rodrigo Lagarini perdió la vista a causa de una lacrimógena, pero no su conciencia social. Aseguró que seguirá peleando para que las condiciones cambien en Chile.
Son jóvenes, algunos ni siquiera bordean los 18 años, pero tienen claro que quieren cambios sustanciales no sólo para formarse, sino también para tener una pensión que les permita tener una vejez digna.
"Una de las cosas de mirar en menos a la gente es suprimirle el arte y la cultura", comentó el religioso, quien aseguró: "Hay que cambiar las reglas del juego y tenemos que ponernos todos de acuerdo".
Estamos ante una situación histórica para nuestro país y que ha mostrado ante la comunidad interna e internacional que los indicadores del desarrollo pueden ser equívocos, que las cifras pueden esconder realidades larvadas.