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Felipe Berríos ante descontento ciudadano: “Lo peor es la sensación de que fueras de segunda clase”

"Una de las cosas de mirar en menos a la gente es suprimirle el arte y la cultura", comentó el religioso, quien aseguró: "Hay que cambiar las reglas del juego y tenemos que ponernos todos de acuerdo".

Por: César Herrera 05 de Noviembre 2019
Fotografía: La Tercera

El conocido sacerdote Felipe Berríos se refirió a la situación que enfrenta el país, tras el estallido social y político protagonizado de forma orgánica por la ciudadanía.

En entrevista con La Estrella, el jesuita recuerda que si bien el país crece, las prioridades han cambiado. “Al principio estábamos preocupados de bajar el 40% de la pobreza y teníamos algo básico. Superamos eso, entonces afloró todo el conflicto del Estado con los mapuches, el matrimonio homosexual, otros temas que no es que antes no existían, pero que estaban en segundo plano”, aseguró el religioso.

En la misma línea, Berríos añadió que “uno vive para pagar deudas, no te alcanza el salario al final del mes, la sensación de que abusan, que te suben los precios no equivalente a cómo suben los salarios… Yo diría que lo peor es el trato, la sensación de que fueras de segunda clase“.

De acuerdo al sacerdote “no han sido ni los pobres ni la clase alta los que han hecho esto y además es la que más ha sufrido esta falta de cultura, por estas deudas… que están aterrados porque si les enferma alguien de la familia o tienen un accidente y caen en la pobreza o les nace otro hijo y se les desequilibra el presupuesto. En el fondo, hemos creado una cultura en la que a ti te miden por lo que tú produces o por lo que consumes. Entonces cuando hay una persona que no produce y que es puro gasto como un anciano o enfermo o un niño del Sename, la sociedad no lo toma en cuenta y eso es caer de fondo. Una cosa es subir las pensiones, pero tenemos que cambiar la mirada y no medirnos por lo que uno produce. Esta es una cultura enfocada en que vale la persona que tiene una tarjeta de crédito, que puede consumir”.

Asimismo, explicó que ocurre en Chile “es una cuestión contradictoria, porque ciertamente somos los más ricos de Latinoamérica, subiendo los niveles en educación y medicina, pero primero para algunos. Y segundo, porque justamente estamos en otro nivel en donde uno dice ¿y por qué tenemos esto pa” todos? ¿por qué no repartimos mejor la cosa? ¿Y por qué la salud no es un derecho? O sea, otros países están todavía en el primer escalón en el que están luchando por lo básico, pero planteamos preguntas que son válidas de hacer porque este no es un país pobre, es un país desigual“.

Según su mirada, al gobierno le ha faltado rapidez en la lectura del fenómeno social, ya que “no basta con medidas económicas, sino que además de eso, porque hay cosas urgentes como las pensiones, hay que cambiar las reglas del juego y tenemos que ponernos todos de acuerdo“. “La gente quiere que se le escuche y quiere un Presidente que diga: Sabes qué más, estamos más ricos pero no más felices. Conversemos, qué sociedad queremos. Porque detrás de esas medidas concretas había un malestar más profundo y ese malestar más profundo es que algunos tienen privilegios en la justicia, algunos se enriquecen más que los otros, algunos son los que tienen influencia en la sociedad”, aseveró Berríos.

A lo anterior, el religioso sumó que “otra cosa es que se ha perdido el servicio público como tal, como servicio y entonces, creo que se han exagerado los sueldos y los privilegios, porque son demasiado altos y entonces la gente se chorea, pues si el 50% de los chilenos gana menos de 400 lucas y hay otros que están ganando $10 millones y con asignaciones, entonces da rabia. Hay que hacer una reforma sustancial para ver que el servicio público es un servicio y no para hacer negocios”, propuso.

“Hay que financiar a los congresistas, pero que sea algo proporcional, que sea lo que gane un profesor…pero ellos ganan lo de un gerente y eso hace que se alejen de la realidad”, precisó el padre.

Finalmente, Berríos afirmó que “andábamos todos como a la dormida, agachados, trabajando cada uno en lo suyo y de repente este científico (José Maza) llenó los estadios en distintas ciudades y nos hizo mirar las estrellas y darnos cuenta que en el mundo no todo es puro trabajo o plata, sino que otras cosas. Por algo este gallo hacía lo que ningún político hacía, llenar los estadios con gente sencilla, gente llena de deudas… la gente quiere mirar las estrellas, quiere más cultura, arte, poesía… hay más reflexión. A nosotros se nos olvidó que no hay nada más revolucionario que leer, que mirar las estrellas, que hacer ciencia y arte. Una de las cosas de mirar en menos a la gente es suprimirle el arte y la cultura…”, sentenció.

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