El incumplimiento por parte de los ciudadanos de las medidas impuestas, derivado, en parte, de la falta de legitimidad de la clase política antes referida, obliga a que sean los tribunales quienes deban sancionar cuestiones que, en una sociedad en la cual las personas actuaran en forma socialmente responsables, no debieran nunca llegar en forma masiva al conocimiento de un tribunal.
La ausencia de liderazgos, coherentes, cohesivos, dotados de sentido común, empatía y visión de futuro nos puede llevar a lo planteado por Shakespeare, “Es el tiempo de la peste cuando hombres dementes lideran a los ciegos.”
La vivienda adecuada fue reconocida como parte del derecho a un nivel de vida adecuado en la Declaración Universal de DDHH (1948) y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966.
La oportunidad está: Una nueva Constitución. El “pueblo” (muchos le temen a esta palabra) tiene un poder que puede y debe ejercer por sí mismo para determinar qué Estado le parece apropiado para garantizar el máximo bienestar de toda la ciudadanía.
El padre de la cosmonáutica Eduardovich Tsiolkovsky (1857-1935) decía: “La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir para siempre en una cuna”.
A veces, se debe romper con algunas reglas, que son las que imponen los que detentan el poder, para conseguir alguna transformación.